¡Pero que cosa tan preciosa era usted! Especialmente en el momento en que recostaba sus codos contra la mesa de la clase y mordía su labio inferior, lo hacia cuando estaba concentrada, y su cabello largo y negro azabache caía sobre su espalda y cubría sus lados como una manta, protegiéndola del mundo, miraba el papel y trazaba líneas firmes y oscuras, imborrables, seguras, sin dudas, y al final, se recostaba contra el respaldo de la silla y admiraba su obra, y sonreía. Si, especialmente en esos momentos era hermosa.
ESTÁS LEYENDO
Aviones Hacía Usted
Short StoryY ya que aun sus hermosos ojos azules no se posan sobre mi, he decidido que deberán posarse sobre mis aviones.