I; El comienzo de lo que pudo ser y no fue.
La noche en que cumplí aproximadamente quince años me quedé pálida, pues no podía respirar como era debido, pues me estaba dando un ataque de asma, pero con el paso de los años descubrieron que viendo películas de militares se me pasaba un poco, pero eso hizo que en mi familia se viviera un régimen militar severo.
Cuando tenia aproximadamente 17 años mi padre consiguió que entrará en una prestigiosa escuela militar, pero eso hizo que todos mis sueños de ser abogada acabasen apenas con diecisiete años iba a vivir un mundo el cual odiaba con toda mi alma, pero eso a mi padre apenas le importaba, pues todas mis hermanas habían pasado por alguna escuela militar.
La única en la casa que me quería era Lupe, pues era la criada que siempre me protegía por la noche siempre me traía una taza de chocolate con galletas y siempre que estaba triste me reconfortaba
Pocos días después de entrar en la academia
Los deberes de un militar eran más complicados de lo que pensaba, pero donde esta lo de las películas como Salvad al soldado rayan, el niño del pijama de rayas o mi querido John.
Lo de bajar en paracaídas y las acampadas era lo más divertido.
Lo de a las armas se trataba tenía un fusil y una pistola las cual tenía que limpiar cada cuanto tiempo.
La verdad que la vida en la academia no es divertida, pero todo lo que nos están enseñando me está gustando.
La habitación estaba a oscuras aquella noche, pues Raydan se había ido a dormir más temprano de lo normal, pero hay veces que me quedaba en vela viéndole dormir, pues me recordaba que todos tenemos un lado menos frívolo y misterioso mientras dormimos.
Aquella noche era heladora ni las mantas conseguían que entrase en calor, pero se me ocurrió mirar las líneas curvilíneas de su espalda, oír el suave sonido de su respiración y sentir cuando se convulsionaba cuando tenía alguna pesadilla.
