¿Y si...?

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Después de haber sido rechazado Hiroki Kamijou caminó sin destino por las calles de Tokio, caminaba sin ningún pensamiento importante, el shock y el dolor del rechazo se lo impedían. Nunca había sentido nada igual a lo que sentía por Akihiko; llegó a su departamento de estudiante y se acurrucó en la cama mientras se desahogaba, lloró hasta quedar profundamente dormido.

Despertó hecho un desastre, con los ojos hinchados a causa de tanto llanto, de verdad no sabía si quiera ir a la universidad, dudaba que Akihiko lo buscara pero no estaba listo para correr el riesgo de encontrárselo y enfrentarlo cara a cara, no después de hacer el amor... no, de tener sexo con él y haber sido rechazado después. En fin, poco importaba, debía seguir, tal vez nunca se había enamorado de nadie más porque no lo había intentado, esa era una de las ideas que rondaban su cabeza mientras se duchaba, eliminando todo rastro de la esencia de Akihiko de su cuerpo. Se movió sin interés para llegar a la escuela, sin embargo, ni bien había llegado cuando fue abordado por algunos de sus excompañeros:

-Oi! Kamijou, que extraño verte llegando tarde.

Kamijou solo contestó con una mueca. Tomoe nunca había sido su amigo, era lejos su persona favorita, lo soportaba por ser amable, pero nada más.

-No te ves muy bien...venga es viernes, vamos a una fiesta esta tarde habrá de todo un poco, ya sabes. - Dijo Tomoe mientras guiñaba un ojo hacia Hiroki.

La idea de ir a una fiesta en su estado depresivo no lo emocionaba para nada, pero entonces vio llegar a Akihiko y una especie de despecho le dio el impulso que necesitaba para aceptar la singular invitación y salir corriendo de ahí, mientras Tomoe le gritaba:

-Vale!, te mando la dirección a tu móvil.

Kamijou ni siquiera volteó a verlo, debía correr para evitar que Akihiko lo alcanzara.

-Kamijou!! Kamijou, espera!! - Gritaba Akihiko mientras corría más rápido y lograba alcanzar al castaño, tomándolo del brazo. – Te dije que esperes! ¿Por qué huyes?, tenemos que hablar de lo que pasó ayer...

Kamijou no tuvo la fuerza para girarse y confrontarlo pero aun así contestó:

-No hay nada de qué hablar, ya dijiste lo necesario. – Y rió irónicamente.

-Eres mi mejor amigo, por eso yo...además esta...él.

-Sí, lo sé, tu amado Takahiro. Olvídalo, me voy. – Y sin más se soltó del agarre del más alto y se fue. Debía salir de ahí era demasiado doloroso aún.

El día transcurrió con normalidad. Cuando salió de su última clase recibió un mensaje de parte de Tomoe con la dirección de la fiesta, cierto, había aceptado ir a esa fiesta "diversa"; tal vez era lo que necesitaba, conocer a otras personas, si tal vez sea eso...

Al caer el sol Kamijou llegó al lugar y vio a Tomoe junto a un grupo de personas a los que no conocía. Caminó con ellos hasta el lugar de la famosa fiesta y entraron, una vez dentro se separó de ellos quería beber, eso le calmaría los nervios. Llegó a la barra improvisada y pidió una cerveza, se giró mientras bebía y noto que alguien lo estaba mirando, se hizo el interesante y lo ignoro un poco ya que parecía ser muy joven para estar en ese lugar; lucía como un estudiante de bachillerato era bajo, delgado, de pelo negro y ojos castaños, sexy pero joven y además parecía pasivo, como él. Parecía que el otro chico también lo había notado, pero lo seguía mirando, Kamijou se movió de la barra para evitar problemas.

La fiesta estaba aburrida, ya había decidido irse cuando el pelinegro lo abordó:

-Esta fiesta es una porquería, no hay chicos guapos además de nosotros...

-Si tu lo dices... - Hizo ademan de irse pero una mano en su rodilla lo detuvo.

-Espera platica conmigo un rato, no te pasará nada.

- ¿No eres muy joven para estar aquí?

- Lo dudo, te apuesto a que soy mayor que tú.- Dijo el "bachiller" mientras reía de forma pícara.

-Ja! No te creo nada mocoso, vete a con tus padres.

-Espera Kamijou!!...

- ¿Cómo es que sabes mi nombre?

- Él me lo dijo – Dijo mientras señalaba a Tomoe con la barbilla. Ese idiota siempre hablando de más.

- Y ¿Cómo piensas demostrarlo mocoso? – Fue entonces que el pequeño se quedó pensando un breve momento.

- Primero, ¿Qué me darás si gano?

- No lo sé, dime ¿Qué quieres? – lo retó.

- Bien, si yo gano....te vas conmigo. – Dijo el de pelo negro mientras sonreía con superioridad.

- ¿Y si no ganas? – Dijo Kamojou mientras lo observaba con incredulidad.

- Te dejo en paz, así de fácil.

- Bien, y ¿Cómo lo demostrarás?

Entonces el jóven saco de entre sus cosas su identificación y se la extendió, Kamijou al instante creyó que sería una identificación falsa, la aceptó y a modo de entrevista comenzó a preguntar:

-¿Te llamas?- fue la primer pregunta que Kamijou elaboró. Y el chico entendió el juego de inmediato.

- Kisa Shouta, tengo 23 años, vivo en... mi número de seguridad es...

- Para, para ya, te creo Kisa-san – dijo Kamijou entre sorprendido y avergonzado, le habían ganado.

-Y supongo que Kamijou no es tu apellido, ¿Cierto?

-Hiroki, Hiroki Kamojou.

- Un gusto Hiro-chan; bien me parece que gané así que, ¿Nos vamos?

- No, lo lamento pero no servirá de nada... - No se decidía a decirlo en voz alta.- Soy igual a ti...umm, también soy pasivo. – Dijo eso último casi en un susurro.

- No te lo creo, apuesto a que nunca lo has intentado, ya sabes ser el que da.

- Pues no, la verdad no.

Y así era jamás lo había intentado, bueno no es como si hubiera tenido muchas parejas, tal vez por eso nunca había dejado de ver a Akihiko de una forma romántica, ¿Por qué era activo? – Sí ¿Cómo no?- pensaba Kamijou, era algo estúpido pesar de esa forma, ayer con Akihiko lo había disfrutado, pero ¿Sería solo por sus sentimiento unilaterales?, ¿Y si en realidad solo estaba confundido por esa larga amistad?, ¿Y si en realidad era activo?, ¿Y si...?

Kamijou pensó en todas las opciones antes de tomar una decisión, finalmente salió de la fiesta con Kisa-san, el cual parecía satisfecho. Salieron y Kisa parecía conocer muy bien el camino, no intercambiaron palabra alguna y rara vez se veían, Kamijou se limitó a seguir al mayor hasta llegar a un love-hotel, algo bastante común en aquella zona, sin embargo se sentía inquieto pues nunca había pensado en él mismo como un seme y el además estaba el tema de la poca experiencia, estaba nervioso.

Kisa como todo un experto los registró y caminó hacia la habitación, Kamijou lo seguía, después de todo ya estaba ahí. Llegarón a la habitación, Kamijou lo iba a intentar.

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