¿Y si...?

Ese "algo".

Hiroki despertó solo en la sobria habitación del love-ho, agradecía la soledad pues no estaba seguro de cómo encarar a Kisa, salir de una fiesta con un desconocido no solía ser su comportamiento habitual y mucho menos acudía a lugares como en el que se encontraba. Se estiró y decidió tomar un baño pues se encontraba cubierto de sudor y...otros fluidos. Hiroki no reparó en la nota que se encontraba al lado de la cama sino hasta que se disponía a dejar la habitación:

"Hiro-chan: lucías cansado así que te dejé dormir, si quieres que nos encontremos llámame al 55-XXX-XXX, aun me debes contestar algo.

KISA"

-Tsk!- Fue lo único que Kamijou puro articular antes de arrugar la nota y tirarla a la basura.

Salió del hotel con un lio en la cabeza, no estaba seguro de los hechos de la noche anterior, lo único de lo que estaba completamente seguro es que a partir de ese día serían dos las personas a las que debía evitar a toda costa. Por un lado estaba Akihiko, quien había sido su mejor amigo y de quien llevaba varios años enamorado, después de ser rechazado por él, simplemente no tenía la fuerza para seguir con su antigua amistad. Y ahora este joven quien le genero un nuevo panorama en cuando a las relaciones entre hombres.

Caminó sin rumbo por un rato, después de que cayera la tarde se decidió a regresar a su departamento así que tomó el tren que lo llevaría a su destino. La publicidad de los vagones le recordó que el nuevo libro de Akihiko saldría a la venta la siguiente semana, seguro que sería un éxito igual que los anteriores. Pasó a la tienda por algo de comida y finalmente llegó a casa.

Había pasado el día entero pensando en lo que había pasado el día anterior. De verdad había disfrutado la experiencia, por supuesto. Sin embargo seguía sintiendo que algo no estaba del todo bien. Era físicamente satisfactorio, claro, pero tener sexo sin una conexión emocional no le saciaba por completo, así poco importaba que rol desempeñara, la verdad es que no importaba.

Entendió entonces algo, no le importaba ser activo o pasivo, lo que Hiroki en realidad buscaba era ese "algo" que le hiciera sentirse amado, completo y pleno. Así el sexo sería el complemento y no el estelar de una relación. Entenderlo tranquilizo al castaño y le otorgó cierta paz mental.

La semana pasó con normalidad, al menos hasta el día en que la novela de Akihiko salió a la venta...

Ese día Hiroki salió de la escuela y se dirigió a su librería favorita, la más grande de la zona, "Libros Marimo", había un pequeño alboroto gracias a la popularidad de autor, Hiroki entro al local y se quedo un poco helado al encontrarse con la persona que menos deseaba ver...

-Hola Hiro-chan!! ¿Qué te trae por aquí? ¿Vives cerca?

Hiroki trato de ignorar a ese hombre de pelo negro, pero su acción fue evitada cuando Kisa le tomo del brazo y lo siguió hasta la sección de estrenos de la librería.

-¡Que malo!- dijo Kisa, haciendo un puchero- Contéstame, no seas mal educado.

Asi entonces, sin desear hablar con él le respondió:

-Hola Kisa-san, vine a comprar un libro que acaba de salir.

-y, ¿Vives cerca?- Dijo Kisa con un tono de coquetería.

- No, solo estoy de paso- Mintio Kamijou-

-Que bobo, no sabes mentir. ¿Por qué no me has llamado?

Kamijou sabía que no podría volver a mentir así que simplemente se quedo callado leyendo la contraportada del libro que había tomado esperando que Kisa entendiera el mensaje.

-Bueno, ya que no quieres hablar...- Kisa no pudo terminar la frase, pues fue interrumpido por un alto hombre de pelo gris.

-Kamijou! Qué bueno encontrarte aquí- dijo Akihiko sorprendiendo a todos ahí, pero más a Hiroki a quien le paso el brazo por los hombros y quien no contaba con encontrárselo en un lugar así. El castaño se soltó del abrazo y giro para decir:

- No te sorprendas tanto, no vine por ti, estoy acompañando a alguien. Te presento a Kisa Shouta un...amigo, así que con permiso.

Y sin más explicaciones dejo a Akihiko atrásarrastrando a Kisa hacia su departamento. Sabía que estaba mal, que no debiómentirle a su amigo y que no debía llevar a Kisa a su casa, sabía que en esemomento su vida cambiaría aunque no estaba seguro de que tanto lo haría.