¿Y si...?

Éste soy yo.

Después de ese día su relación se hizo más estrecha ya no solo era sexo placentero y aunque los dos disfrutaban de esta nueva estabilidad, ninguno de los dos sabía cómo exactamente mantener una relación, porque ninguno había tenido una antes. Al parecer una relación adulta implicaba más confianza, poco a poco se enteraron de intimidades del otro y de todos esos datos inútiles que las parejas intercambian, dónde estudiaron, su color favorito, etcétera. Experimentaban cosas nuevas cada vez que se veían, después de algunas sesiones Kamijou descubrió algunas posiciones que nunca se habría imaginado, le preocupaba un poco el hecho de que Kisa supiera tanto, su inexperiencia le hacía sentirse inferior sin embargo era el mayor quien le tranquilizaba.

-¿Cómo es que sabes tanto?... olvídalo, prefiero no saber.

-Te diré solo lo que necesitas saber, siempre me he sentido atraído por los hombres, los guapos sobre todo y nunca he tenido una relación, nunca me había sentido como contigo, ¿eso es suficiente?, no te preocupes por mi pasado, eso quedó atrás.

A pesar de que la conversación siempre terminaba igual, Kamijou no podía evitar sentirse inseguro con Kisa, es decir, para él había muchas cosas y situaciones nuevas, la incertidumbre de lo que vendría después le ponía muy inquieto. Al mismo tiempo para Kisa el hecho de tener "una relación" le mareaba un poco, sabía que quería estar con el castaño, pero nunca había hecho esto, Kisa estaba acostumbrado a cambiar de pareja casi a diario, ¿qué le hacía querer estar con Kamijou?, no sentía que fuera el amor de su vida, si acaso eso existe, no quería lastimarlo de ninguna forma y eso le aterraba un poco.

Pasaron un par semanas y con ellas nuevo ciclo de publicación comenzó y desapareció el tiempo que Kisa podía dedicar a su nueva relación, Kamijou era extrañamente comprensivo y a Kisa no se le hizo nada extrañó cuando recordó que era intimo amigo de Usami-sensei, pensaba en eso mientras fotocopiaba un manuscrito, tomó las copias y regresó al elevador sin notar al alto joven de pelo gris que le acompañaba, Usami al verlo entrar se aclaró la garganta y lo saludó. No hubo conversación, se habían dicho lo necesario la ultima vez que se vieron. Toda esa tarde Kisa estuvo distraído, pensando en el castaño, quería verlo y llevarlo a su apartamento entonces llamó a Kamijou.

El teléfono zumbó un par de veces al lado de Kamijou, quién dormía profundamente sobre una montaña de libros en la biblioteca, un joven estudiante que compartía la mesa se percató y tomó la llamada.

- ¿Diga?

- Ah...¿Kamijou?

- No, él....está ocupado, ¿Quién llama?

- No importa.

El pasado de Kisa le hizo pensar cada posibilidad, nunca hablaron sobre exclusividad pero la esperaba, quién era ese chico y porqué contestaba su teléfono. Teorías iban y venían en la cabeza de Kisa. Al final sus pies recorrieron un viejo camino, casi sin darse cuanta había llegado a un bar gay que solía frecuentar, se sentó a la barra y pidió una cerveza, no pasó mucho tiempo antes de ser abordado por un atractivo joven, fiel a su comportamiento siguió el juego que conocía tan bien "éste soy yo" se dijo para no acobardarse, le mintió al chico, le dijo ser un estudiante y le creyó, después de todo Kisa parecía de preparatoria. Salieron rumbo al apartamento del joven desconocido, aparentando más ebriedad de la que en verdad sentían, Kisa solo quería terminar con el asunto. Se sintió mal por lo que estaba haciendo, llegaron a su apartamento. Podía sentir la diferencia del toque, del sabor, el desconocido sabía a tabaco y alcohol, Kamijou a café; el desconocido olía a tinta, Kamijou a libros antiguos. Debía dejar de pensar en él, nunca le había pasado, sin embargo decidió seguir con su misión después de todo según Kisa, Kamijou estaba haciendo lo mismo. Sentía al desconocido explorar su boca con desesperación, prácticamente le arrancó la ropa, cayeron en la cama Kisa quedó atrapado bajo el peso del desconocido quien sin aviso alguno le penetro, Kisa ahogó un gruñido de dolor.

No lo disfrutó para nada, apenas terminaron salió de ese apartamento pues se sentía culpable. No estaba seguro de que Kamijou le fuera infiel sin embargo lo hizo con un extraño, corría por las calles cuando chocó con alguien, antes de poder disculparse el obstáculo habló.

-¿Kisa?, ¿Qué haces aquí?, ¿Me estabas esperando?

La completa sorpresa en el rostro de Kisa fue la última emoción que el pelinegro soportó y rompió en llanto. Estaba tan fuera de sí que no se dio cuenta de que el extraño vivía en el edificio vecino al apartamento de Kamijou. El castaño solo atinó a abrazarlo y llevarlo a su apartamento.