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(no tengo gif de buena calidad de jeon yuri llorando y aparte me da cosita mi beba :( igual no se quien es la del gif si me dicen los amaría mucho we)
(seguro me quieren asesinar por el capítulo anterior JAJAJA)
Si bien yo era una persona muy manipulable, JungKook también era un controlador, había que admitir las dos partes, ambos éramos un desastre.
—Miro estas cosas por ti...¡y te duermes!–me recriminó mi mejor amigo al verme bostezando con algunas lágrimas en los ojos. –Nunca más.
—Uf, gracias, pensé que nunca lo dirías. –dije con la voz aún ronca por el pequeño sueño que me di. JungKook me tiró la almohada a la cara, ofendido y pegandome en la nariz. La verdad es que se sentían tener 15 años de vuelta, viendo películas que despues se terminábamos arrepintiéendonos de ver, el sarcasmo y las peleas por bobadas, cosa que ahora ya no es tan fácil de conseguir. –¡Estúpido, mi nariz, idiota!
La risa rara de JungKook empezó a sonar en mi living, y mamá se asomó a verlo con una sonrisa, su cabeza se veía desde la puerta.
—Mamá, porfavor. ¿Qué quieres ahora? –pregunté sabiendo que su sonrisa de niña había aparecido por una sola razón.
—¿Que dices maleducada?–frunció el ceño y rió. JungKook a mi lado rió un poco tímido, como siempre. – Cierto que te crié yo. Bueno, decía si podían ir a comprar algo de comida y de paso que JungKook se quede a cenar, ¿Si?
A mi lado, JungKook miró la hora y fecha.
—Eh, creo que no será posible. Tengo planes.
Listo, otra vez quedo en segundo lugar, otra vez yo soy la estúpida que deja todo por el, pero él sigue prefiriendo salir con alguno de los estúpidos de sus amigos.
JungKook sintió como me tensaba a su lado, pero sólo puso una pequeña sonrisa y se levantó del sofá.
—lo siento chicas, me voy. –besó mi frente y saludó a mi madre rápidamente antes de salir dando un portazo.
Mamá me miró con un signo de pregunta escrito en su cara. —¿Puedes ir tú entonces, así miramos algunas películas de Disney?
Intenté esconder la amargura que sentía en toda la garganta, tragandomela junto con mis lágrimas.
—Pero mamá, ya estoy grande para películas de Disney. –intenté convencerla para poder meterme a mi cama y llorar hasta dormirme porque cada vez me dolía más, que yo solo ocupara unos minutos de su vida y después en la noche sea un juguetito.
—Eso no decías la semana pasada. –puso un puchero y empezó a hacer aegyo para convencerme. –SoHyunie-ah~
—Bien, ya voy, sólo porque tu aegyo es asqueroso.
—Tú ni siquiera tienes, mocosa.
—Y estoy feliz por ello. ¿Que traigo?– mamá se encogió de hombros. –Bueno, pizza y helado.
