Mire el reloj de el cuarto y la hora parecía burlarse de mi. Ella era libre de seguir adelante, o ser eterna.
-¿No me deja tomar un café?
-No, yo al igual que usted estoy exausto, pero hay una persona muerta de por medio y hay que hacer justicia.
Me quede estupefacta.
Me despegue de mi silla velozmente para acercarme al oficial con la mesa de por medio.
-Justicia tendrían que haber hecho hace tres años cuando las denuncias llegaron, no ahora que una persona murio.-Le grite en su cara.
Sus ojos me miran fijo como si le hubiera hablado en otro idioma.
Vi por el reflejo del vidrio en el muro que el guardia a mis espaldas se acercaba asi que volví a sentarme tomando los bordes de la mesa con ambas manos.
Tengo tanta impotencia que mis manos se comienzan a tonalizar rosadas a causa de lo fuerte que sostengo los bordes.-Le pido disculpas.-Contesta.
-Le pido que me diga quien murió en ese tiroteo.
-No puedo, pero si prosigue con la historia se va a poder retirar y enterarse. Prosiga.
Cerre los ojos e inhalé.
-Después de ver a Javier con droga y luego de lo que me dijo obviamente no nos cruzamos más ni había intención de hacerlo. Pero los lunes teniamos gimnasia en el campo de deportivo de la escuela y fue entonces cuando descubrí que había dejado las llaves de mi casa en la suya...
-¿Si o no?- Pregunté a Milena.
-¿Si o no para qué?
-Milena, no seas injusta.
-Entonces supongo que si ¿Porque todavía no estas en el campo?
-Porque deje mis llaves en tu casa y cuando vuelva nadie va a estar para abrirme ¿Tú hermano está?
-Si ¿Donde tenes la cabeza?- Dijo entre risas.
"Si supieras"
-Nos vemos mañana.-Corté.
La casa de Milena y Javier quedaba a solo cuatro cuadras de la mía pero desde que nos distanciamos no volví a ir.
Cuando me pare enfrente de la puerta de entrada senti un leve escalofrío.
El escalofrío de los viejos tiempos en los nuevos.
Justo cuando estoy por tocar timbre la puerta se abre con la aparición de un Javier.
Nada había cambiado: Las mismas ojeras me gritan que le pregunte que esta mal, los rulos se intentan escapar de su gorro gris que combina con el resto de su ropa absolutamente aburrida.
-Necesito entrar, deje algo la última vez que estuve aca.-Intente mantener la voz alta pero fue un fracaso.
-¿Que cosa? Yo lo busco.-Arrimó la puerta dejando su cabeza contra el marco.
-En realidad esperaba que me dejes pasar y pudiésemos hablar.-Conteste. El sol de esa tarde me daba justo en los ojos y apenas corría una mínima brisa.
Javier parecia procesar lo que le acababa de decir.
-ha...hablar ¿Hablar?-Parecia confundido a mas no poder.
Me sentia tan incomoda.
-Si, hablar.-Dije como si fuera obvio.
-Es que...no puedo ahora.-Miro detrás mio y volvio a poner los ojos en mi.
Me estaba rechazando.
Ya me había humillado suficiente y lo unico que habia tratado era ayudar.
-Como sea, de todas formas deje mis llaves aca.-Empuje la puerta y entré a su casa, pero apenas entre me detuve.

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Tiempo Fuera
Teen FictionHace 9 años conocí un chico, en tercero de primaria. Teníamos 8 años y su hermana 9, ella se convirtió en mi mejor amiga y el en mi mejor amigo. Hace 5 años, luego de la primaria, me separe de el. En cambio su hermana tenia un celular y hablábamos...