Desire

Capitulo 6

Nota: holaaaa!! Por si creían que había abandonado el fic les traigo un nuevo capitulo, tuve un bloqueo con esta historia, podría decir que también la falta de tiempo, como verán subi otros fics cortitos que hacia en mis ratos libres, lamento la espera y pues sin mas que decir disfruten de la continuación.

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Su cuerpo tiritaba entre las sabanas de seda y algodón egipcio de su cama, ya se encontraba en su habitación, luego de que su amo le castigara por traicionarlo, sus lagrimas corrian limpiando un poco de la sangre de su cara, de una fuerte bofetada el sultan le había reventado sus suaves labios, no quería llorar, pero no podía parar, no le importaba haber pasado todo eso con tal que Saitama saliera ileso, soportaría eso y mas... por él, su cuerpo estaba adolorido, estaba acostumbrado a ser tomado por Amai sin realmente consentirlo, pero esta vez fue diferente, esta vez había algo que de verdad se rompió en su ser, algo que lo devasto, solo la visión del hombre que amaba lo transporto lejos de esa horrenda escena que protagonizaba, se aferro a un almohadón y no tardo mucho en quedar inconsciente, las emociones y el dolor en su ser lo hicieron desvanecerse rápidamente.

Por las calles andaba una gran carreta cargada con enormes vasijas de aceite para lámparas, el hombre que llevaba la mercancía se acercaba al palacio, era algo tarde la noche estaba llegando, al llegar al portal los guardias detuvieron al mercader y su carga

-¿Quién eres y que llevas ahí?- interrogaron al joven

-es aceite para el palacio, es la entrega mensual- la cara amable e indefensa de Mumen hiso que los guardias creyeran cada palabra dejándolo pasar, desato a los asnos que jalaban la carreta y la dejo en la parte de atrás del palacio, justo fuera de la cocina, suspiro y limpio el sudor provocado por el nerviosismo de ser descubierto

-que tu dios te acompañe Saitama- lo dijo en un susurro cerca de una de las vasijas y después de mirar un par de veces la carreta, Mumen dejo el lugar.

En otro lugar del reino dos mujeres guardaban sus posesiones mas valiosas en maletas y bolsas enormes llenaban el carruaje para escapar lo antes posible, sabían que Amai no se enteraría de la verdad hasta mas tarde, y para ese entonces ellas estarían muy lejos, esperaban que se entretuviera mucho en la búsqueda y tortura del "secuestrador" de Genos, asi tendrían tiempo suficiente para cruzar varios reinos fuera del alcance de la furia del sultan, dándose prisa saldrían al oscurecer.

Cuando el sol cedió su lugar a la luna todo comenzó, dentro de una de las vasijas el mozo de cuerda saco la tapa de un golpe, y salio con el cuerpo algo entumecido por estar apretado dentro de ese contenedor se apuro a correr entre las sombras buscando la entrada perfecta al palacio, se asomo por una ventana y vio despejada el área asi que rápidamente entro mientras cada tantos pasos se escondia detrás de los gruesos pilares, mientras corria doblando por un pasillo (pues no tenia ni la mas remota idea de donde buscar) una puerta se abrió haciendo que Saitama se quedara congelado

-¿Quién...?- una niña de cabellos negros lo veía con los ojos abiertos de par en par, antes que cualquiera hiciera o dijera algo voces se escuchaban doblar el pasillo, tapo la boca de la niña y entraron a la habitación de donde ella había salido, una vez dentro el mayor esta planeando pedirle que se quedara callada y que no quería dañarla pero la niña reacciono primero que él, golpeando con su codo fuertemente el estomago de Saitama haciendo que este la soltara

-¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?- le interrogaba puesta en modo de ataque mientras lo veía fijamente

-baja la voz, no vine a hacerte daño...- haciendo señales con su mano de que bajara su tono y su alarma la pequeña después de escanearlo llego a una conclusión