XVI

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Por alguna razón en su vida siempre había rechazado el compromiso, así se sentía cómoda, le gustaba sentirse libre sin ataduras aunque eso significaba que muchas veces estaba sola.

Cuando muy joven había muerto su padre, una rara enfermedad había terminado pronto con su vida y ella había quedado sola, su madre por otro lado nunca la conoció.

Poco después de la muerte, ella pasó a recibir toda la herencia del padre, podía vivir sin problemas el resto de su vida sin trabajar, aún así vivía de manera modesta pero cómoda.

Su forma de ser era única, era fría y fuerte, cuando algo no le agradaba simplemente se retiraba. Cuando lo conoció estaba en una librería, buscaba un nuevo libro para leer y ahí se sintió atraída por el nuevo ayudante de la librería.

Eran muy diferentes nadie pensaría que fueran pareja, pero era eso mismo lo que hacia que la relación de mantuviera de manera muy buena.
Tenían ya algún tiempo de relación. él alegre y jovial, ella callada y analítica, él sociable y entusiasta, ella pensadora y calmada.

El tiempo pasó ella se sentía enamorada, pero no quería comprometerse a nada más formal, el por otro lado quería contarle a todos su amor y que todos vieran lo felices que eran.

Al final todo pasó como era de esperar, ella lo dejo por miedo al compromiso cuando el propuso matrimonio, él simplemente se empezó a morir por dentro.

Pasó el tiempo, el siguió su vida tratando de olvidarla, ella lo recordaba pero se sentía un vacío cuando su mente lo miraba.
Muy en el fondo esperaba que volviera a intentarlo, tal vez está vez estaría lista para comprometerse.

Una fría y lluviosa noche se encontraba leyendo, escuchó que alguien llamó a su puerta y lo vio.
Era él, quizás quería pedirle una oportunidad de nuevo y ella estaba lista para decir que si.
Abrió la puerta a distancia y espero su llegada, cuando llegó hasta donde estaba su carácter hablaba primero, primero a secarse después a hablar.

Mientras esperaba en la sala, sonreía se sentía por primera vez feliz.
Cuando llegó apartó su sonrisa, ¿por que estás aquí?.... para matarte....

Esa frase hizo que todos sus planes mentales desaparecieran, se quebró por dentro y no supo cómo manejarlo.
Él no la mato, no pudo se desmayo antes de hacerlo.

Pronto se encontraba caminando bajo la fría noche y ella con lágrimas en su rostro.

Por que no había dicho nada ella, él
era obvio que el aún la quería. sólo debía decirlo pero le costaba tanto hacerlo y decirlo.
Se quedó sentada una media hora sintiendo una profunda tristeza.

Al fin se levantó camino hasta la entrada de su casa y salió a la oscura noche, su vestido ondeaba con el aire y una capa de niebla hacia tétrica la noche, camino rumbo al parque central camino un tiempo hasta que lo divisó caminando lentamente.

Sus pasos eran más rápidos pronto lo alcanzaría ¿pero qué haría o qué diría? Siguió hasta ponerse a un costado de él. Sintió una presencia muy cerca de él giro su cabeza y ahí estaba ella a su costado.

No sabía porque estaba allí, sólo la miro, ella acercó su mano a la de él y la tomo firmemente y siguieron caminando, ambos se dieron cuenta de lo que significaba eso y sólo se dejaron llevar.

No sabía porque estaba allí, sólo la miro, ella acercó su mano a la de él y la tomo firmemente y siguieron caminando, ambos se dieron cuenta de lo que significaba eso y sólo se dejaron llevar

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Espero que les guste esta historia.
Espero sus comentarios gracias.
Rv.

Ricardo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora