Capituló 23

12 2 0
                                    

-. . . . . . .-

Versión de Kensuke:
Lo unico que pensaba era en la destrucción de mi padre, subi lentamente empuñando mi espada con ira tal cual desprendía un aura oscuro y siniestro, luego de llegar a la terraza del castillo fue como si el tiempo se detuviese, la pelea se detuvo y ambos reyes miraron mi presencia, mi padre sorprendido me decia en gritos que yo no era un demonio pues algo cambio en mi, era como si hubiera perdido la postura en el carácter y haya fallado sin notarlo; me acerque lentamente y Draco se alejó sabiendo que ahora no le correspondía esa batalla, estaba listo para lo que ocurriría a continuación.

En movimientos erráticos mi padre me atacaba con su hacha y yo solo con el movimiento de la mano evitaba sus ataques, no me inmutaba ni nada, amaba verlo sufrir tratando de matarme, uso todas sus fuerzas contra mi y yo no puse defensa alguna, hasta que luego de un rato cogi una pose de batalla y le atravese el estómago con mi espada, lo mande hacia el cielo de un salto y hize que los rayos de aquel ennegrecido cielo lo destruyera solo dejándolo en polvo del cual se mezclaba con el olor de Azufre, no pude soportarlo, mi cuerpo ardia y mi corazón latía a golpes, cai de rodillas volviendo a la normalidad, me estaba debilitando de una manera tan brusca, sentia como mi cuerpo cambiaba, Draco trato de auxiliarme asustado, luchaba para no verme como Misuki... sentía la debilidad de mi cuerpo y cerre los ojos para pensar... algo me hizo levantarme y olvidar lo que ocurría en mi cuerpo, era mi hijo Ike, senti que mis alas se evaporaban y mi espada se convertía en polvo, camine con dificultad mientras Draco me daba fuerzas para avanzar y ser mi guia, luego de estar cerca del salón del Trono, escuche un llanto en cual encendio mi alma, corri rápidamente hacia ese salón sintiendo el aroma a las rosas de primavera por la noche, mire a mi esposa cubierta por una sabana sosteniendo a un niño de pelo azul claro y ojos amarillos como los mios, corri hacia Misuki y la abraze con mis fuerzas; el llanto brotó de mis ojos y el dolor desapareció, senti que por fin todo había terminado, el sufrimiento nos cambio a la alegría, Misuki me beso la mejilla diciendome que ya no me preocupara por el dolor, que ya no me preocupara por el llanto, pues Ike Shion era nuestra alegría siempre... un hijo que su sonrisa iluminaba el lugar, era un angel-Demonio bello.... Draco se unio y nos abrazo pues se consideraba como nuestro padre, el no contuvo la alegría y rio a cuatro vientos diciendo que era una familia feliz. Pero el color de rosas terminaría al sentir al gran rey caer frente nosotros con una espada atravesada en el pecho, el llanto fue el peor pecado que cometimos los tres, pues hasta mi hijo lloro, y al parecer, fuimos traicionados.

-Continuará....

Infierno e CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora