Cap3

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Rodeada de muchos productos y comida. Esto no es lo mío. Debo aceptar que mis artes culinarias son un fracaso, no entiendo como las personas se atrevían a comer lo que les preparaba.
Mi sección favorita del supermercado, lleno de comida lista solo para calentar en microondas y por supuesto no puede faltar un par de sopas instantáneas en mi carro de compras, solo llevo lo esencial para sobrevivir una semana, esto es lo que como casi todos los días sí no es que voy a algún restaurante en algunos casos de emergencia o cuando hay alguna cena ostentosa de la empresa.

Los largos pasillos -interminables a mi parecer- comienzan a molestarme, encontrar los artículos y productos que quiero comprar se está volviendo una tarea difícil.
La cajera tarda demasiado en hacer la cuenta de los clientes que van adelante de mí en la fila, a pesar que me he resignado a buscar un par de cosas que en verdad necesitaba ella decide tomarse su tiempo. Un poco más tarde, -en realidad mucho más tarde- fui la desafortunada clienta que queda atascada en medio del cambio del personal de la mañana al de la tarde.

Enciendo mi auto y escucho sonar mi celular, me colocó un auricular inalámbrico en mi oído derecho y mientras doy marcha al auto contesto la llamada.

-¿Qué pasa?-

-Señorita Ayuzawa, por fin contesta mi llamada-

-¿Por qué iba a responder una llamada del trabajo cuando estoy de vacaciones? -dije de manera dura.

-Me imaginé que diría algo así, por eso la llame desde mi número-

-Veo que fue un error contestar, voy a colgar-

-¡No!, espere...-

-Sí tiene que ver con el trabajo no te molestes en pronunciar ni una sola palabra, solo lograrás hacerme enojar_

-Olvídelo..._

-No vuelvas a llamarme, estoy de vacaciones, atiende tus propios asuntos y no me involucres, novato-

-Si, lo siento, Señorita Ayuzawa... -escuche un suspiro.

-Escucha, así es este mundo, tú decides si vas caer o no Haruma-

-Trabajaré duro-

-Más te vale-

Colgué.

Haruma, un joven empresario y novato en SEiki. Está a mi cuidado por el momento. Debo enseñarle la técnica de trabajo de la empresa.
Tiene cualidades, como todos en la empresa, el Presidente no elegiría a nadie que no tuviera el potencial necesario para sus estándares, por eso soy dura con el. Mientras no estoy a su lado debe poner en práctica lo que le he enseñado.

Pasó por un gran túnel lleno de luces, al mirar por el retrovisor veo una limusina.

-Vaya -suelto una carcajada y una vez más mi celular suena esta vez es una amiga la que me llama. Presiono el auricular en mi oído y escucho música clásica en el fondo.

-¿Es importante? -dije directamente.

-Demasiado-

-Te escucho-

-¿Esta noche te apetece salir?, he encontrado un bar buenísimo, salgamos juntas-

-Tengo cosas que hacer, ve tú -dije cambiando de carril hacia la derecha.

-"Cosas que hacer", vamos Misaki déjate de bromas, desempacar no es tan importante podrás hacerlo mañana, mejor pasemos un buen rato las dos juntas -dijo imitando mi voz

-La última vez dijiste lo mismo "pasemos un buen rato juntas" y terminaste involucrando un par de chicos en los planes -también lo dije imitando su voz.

-Bueno, la diversión no podemos ármala nosotras solas, aveces es necesario la ayuda de unos galanes_-

-Olvídalo, no iré, no desperdiciare mis vacaciones en un bar-

-Solo será hoy, vamos-

-Sel, no iré, voy a colgar-

-Prometo que no habrá chicos -
suspire.

-¿Lo dices en serio?-

-Si-

-Bien...-

-¡A las nueve! -me detuve en el semáforo y la enorme limusina se colocó a un lado mío.

-¿Pasó por ti? -pregunte.

-¿Sabes dónde es el bar?-

-Pasó por ti a las nueve -dije dándole a entender que no tenía ni la menor idea.

-No tardes-

-Entonces arréglate desde ahora-

-Si, Si-

-Anda -colgué.

Sel, una de mis amigas, de algún modo siempre logra sacarme a dar "un paseo", como ella lo llama. Aunque sus verdaderas intenciones es encontrarme pareja y eso me molesta. Bastante.

El semáforo se pone en verde y sigo en marcha, poco a poco la limusina avanza hasta que la última parte queda alineada a mi ventana del conductor. Volteo brevemente y por un segundo me lleno de rabia. La limusina avanza más y yo doy vuelta.

Debí haber visto mal, por supuesto que no era él, claro que no, no era...

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