Cap4

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Claro que no era él. Tal vez el estrés de la mudanza me está afectando.

El trayecto en carro no fue tan largo por lo que pronto ya me encontraba en el estacionamiento subterráneo del edifico donde se encuentra mi apartamento. Tome las bolsas de las compras y me aseguré de que el auto estuviera bien cerrado.
Me adentré en el edifico y subí al elevador, unos minutos después comencé a caminar hasta mi departamento.
Dejé todo en la isla de la cocina y me encaminé a mi habitación y recordé que la mayoría de mi ropa sigue empacada. Mi teléfono sonó una vez más, revise la pantalla mostrándome el nombre de Sel. Acepté la llamada y la puse en altavoz e inmediatamente un grito invadió mi habitación.

-¡¿Qué debo ponerme?!-

-¿Me llamaste para preguntarme qué debes usar?-

-Tengo un dilema ahora mismo, Misaki, no sé que usar -podía imaginarla arrojando ropa por todos lados.

-Ponte algo lindo y ya-

-¡Vaya, eso fue tan útil!-

-Sel, aunque yo te diera un consejo sobre ropa de todos modos no me harías caso-

-¡Eso no es verdad!, siempre sigo tus consejos-

-¿Así?, ¿cómo cuál?-

-Ya sabes... aquel... el de las copas... ¡Lo que sea!, el punto es que te llame para que me des un consejo sobre qué ponerme y no para que me hagas un interrogatorio sobre los otros consejos que me haz dado y no recuerdo ahora mismo-

-Sí claro... -rodé los ojos y cargue una maleta hasta la cama.

-¿Debería usar un conjunto con falda... o un vestido corto?-

-Sel...-

-Esto es muy difícil -se quejó.

-Sel... -la llame una vez más.

-Muy corta o muy larga-

-¡Sel!-

-¡¿Qué?!-

-¿Por qué te estás preocupando tanto por tu atuendo?-

-Ah... pues... no tiene nada de malo hacerlo de vez en cuando -se escuchaba nerviosa.

-Me estás escondiendo algo-

-No...-

-No mientas-

-¡Oh vaya!, mira la hora, tengo que colgar Misaki, voy que tomar un relajante baño, besos querida, te veo en dos horas-

-¡Sel!-

Ella ya había colgado.

-Relajante baño, sí claro -dije imitando su voz y su tono de elegancia.

Busque entre varias cajas hasta dar con un vestido azul marino, tenía escote y no era tan corto, lo usaría con unos tacones altos de color negro.
Tome una larga ducha y me reí al recordar la voz de Sel. Unos largos minutos después salí con una toalla envuelta a mi cuerpo, coloque una crema hidratante sin olor por todo este y me coloqué mi ropa interior. Comencé a secar mi cabello y lo arregle de modo que se viera tan lacio, pase a mi rostro y me puse un maquillaje no tan cargado pero que resaltará en la noche, tono rojo en los labios.
Me coloqué el vestido facilitando la tarea con el cierre que tenía aún costado, los tacones negros me regalaron altura  y  un elegante collar adornaba mi cuello, sin olvidar el perfume.

AMOR Y DESAMOR... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora