Cap6

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Un sonido.

Un horrible sonido inundó mi habitación.

Mi celular estaba sonando. Por quinta vez.

Pesadamente moví mi mano entre la sabana y con mi mano busque el celular hasta sentirlo, lo busque y lo introduje conmigo abajo de la sabana.
Ni siquiera mire quién llamaba, solo conteste.

-¿Si?... -dije con claro sueño.

-¡Misaki! -la voz de Sel
invadió mis tímpanos.

-Mis oídos... -me queje.

-¿Estabas dormida? -dijo bajando el tono de su voz.

-¿Te disculpas por casi dejarme sorda o por despertarme a... las cinco de la mañana...? -me queje al ver la hora en el celular.

-Se que es demasiado temprano, pero ¡te necesito! -dijo desesperada.

-¿Para qué? -la pesadez no desaparecía.

-Solo... ¿podrías venir a buscarme?-

-¿A tu casa... a estas horas?, no-

-Ese es el problema, yo... no estoy en mi casa  -se quedó en silencio y entonces analice lo que dijo.

-¿Qué? -pregunte con mis ojos cerrados.

-No estoy en mi casa, anoche... el punto es que necesito que vengas a buscarme a casa de Masaru -entonces comprendí todo.

-¿Qué es lo que te pasa? -me levante mientras la regañaba y me quitaba de encima las sabanas.

El suelo estaba frío y estar en ropa interior no ayudaba mucho.
Deje el teléfono en el mueble al lado de la cama. Presione el botón de altavoz y subí otra maleta a mi cama.

-Misaki... -oí la voz quebrada de mi amiga del otro lado.

-Maldicion Sel, ¿en dónde estás -escuche como se tranquilizaba y respiro profundo.

-Masaru no está, así que supongo que puedo salir y verte cerca de un lugar que conozca-

Tome un pantalón deportivo negro y me puse una sudadera casi gris, me coloqué unas zapatillas deportivas.

-¿No sabes en dónde estás? -pregunte claramente enojada.

-No lo recuerdo, al llegar aquí tomamos un poco más y...-

-Sal de ahí, no voy a colgar, así que toma tus cosas y busca un lugar que conozcas para poder ir por ti -la interrumpí.

-Bien...-

Coloque mi cabello en una cola alta, tome dos lentes negros y una manta chica. Tome las llaves del carro y subí en el elevador.
Me puse uno de los lentes, los lentes restantes y la manta los deje en los asientos de atrás.
Encendí el auto y me coloque el audífono inalámbrico hable una vez más.

-¿Sel? -pregunte para comprobar si mi amiga seguía al teléfono.

-Estoy afuera... -contesto logrando tranquilizarme.

-Estoy en el auto, pero necesito que me digas en dónde estás...-

Después de unos largos minutos manejando, logre encontrar a mi amiga sentada en una parada de autobús. Aún traía puesto el vestido de la noche anterior y llevaba puesto los tacones, tenía su celular en su oído y se aferraba a su bolsa.
Me detuve  justo en frente de ella y baje la ventanilla.

-Estoy frente a ti... -le dije y me quite los lentes.

Separó el celular de su oído y miro para ambos lados preocupada, una vez más me miró a mí, se puso de pie y corrió hacia el Cadillac.
Abrió la puerta y entró rápidamente, subí la ventanilla, las ventanas estaban polarizadas así que nadie podía vernos.

Mi amiga parecía bastante asustada, aun así no hice preguntas, me quite el cinturón y me estiré para tomar la manta y los lentes que estaban atrás.
No le dije nada y solo se los di, se puso los lentes y se envolvió en la manta, después se puso el cinturón de seguridad.

-Iremos a mi departamento -ella solo asintió.

Arranque y conduje, minutos después entre en el estacionamiento del edificio y aparque el auto en el lugar de siempre. Quite los seguros y ayude a mi amiga a bajar, me aseguré de que estuviera bien cerrado y subimos en el elevador.

Abrí la puerta y deje a mi amiga pasar e inmediatamente se deshizo de sus altos tacones dejándome ver su estatura real, ella no era tan pequeña, era un poco más alta que yo.
Se quitó lo lentes y caminó hasta desplomarse en el amplio sillón.

-¿Estás bien? -pregunte mas ella no contesto.

Camine hasta donde estaba y para mi sorpresa había logrado quedarse dormida en un instante.

-Debes estar bromeando... -suspiré y solté mi cabello, me despojé de mis lentes y camine hasta mi habitación.

Una vez más me deje llevar por la suavidad de mis sábanas.

AMOR Y DESAMOR... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora