Cap7

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Sel seguía durmiendo plácidamente en el sofá. Mi cabeza me daba dos opciones:

Levantarla y pedirle explicaciones.

•Llegar tarde a la junta de la empresa por quedarme charlando con ella.

Supuse que podría soportar unas cuantas horas, y más horas de sueño dejarían que Sel se calme por completo para que se digne a hablar sobre el tema.

La  segunda opción es la ganadora.

Me veo por última vez en el espejo en la sala de estar, observó con detenimiento el vestido color tinto y el saco negro, me aseguró de que mi rostro se vea bien. Con el bolso y carpetas en mano, salgo del departamento aún lleno de cajas sin desempacar.

Me apresuro a tomar el elevador y camino con rapidez hacia mi auto. Saco de la bolsa las gafas de sol y una vez que giró las llaves escucho el motor de mi amado auto.
Mis insignificantes y cortas vacaciones llegaron a su fin gracias a nuevos comerciantes novatos que llegaron a SEiKi.
Haruma se había encargado de ponerme al tanto con una exhaustiva documentación en donde se encargó de añadir cada detalle de la situación. Agradecí las acciones del chico, mas sin embargo pase un largo rato leyendo semejante cantidad de papel.

El Presidente se encontraba fuera de la compañía atendiendo juntas de relaciones entre otras compañías. En cada junta que involucre la presentación de un nuevo producto, propuestas de comercio, negociación económica y de acciones, y por supuesto de los múltiples inversionistas, entre otras cosas, el presidente de la compañía está presente en cada una. De no ser así su sustituto es el vicepresidente, en este caso yo. Mi trabajo es tomar las decisiones que el presidente tomaría para traer beneficios a la empresa, tengo autorizado la firma de documentos, la aprobación de productos y nuevas propuestas, para resumir lo único que no está en mi poder es contratar y despedir personal.

Dejó atrás mi auto y me encaminó hacia el elevador del área de aparcamiento, me entra una llamada de Haruma la cual ignoro al ya estar en el edificio, cuando el elevador se abre en mi piso salgo con tranquilidad del elevador.

Camino hacia mi oficina y al llegar Haruma me espera en la puerta con su ya característico rostro de nerviosismo.

-Señorita Ayuzawa -lo miro por los lentes oscuros y entro en la habitación.

Dejó mi bolso en el sofá de cuero y camino hasta el largo escritorio, dejó las carpetas sobre éste y me despojo de los lentes. Me dispongo a darle un trago al café que mi secretaria ha dejado en el escritorio pero Haruma grita.

-¡Los comerciantes llegaron antes! -lo miro incrédula y bajó el café que nunca llegó a mi boca.

-¿Qué... dijiste? -pregunté esperando haber escuchado mal aún cuando él había gritado.

-Están esperando en la sala de reuniones, número tres -lo miro mal.

-Pudiste habérmelo dicho -dije con frustración. Me enderecé y puse mi cabello detrás de mis hombros.

Tome las carpetas y salí apresurada del lugar. Subí al elevador seguida de Haruma. Tenía que subir tres pisos.

-Llame para avisarle, no contesto mi llamada -cerré los ojos recordando.

Era cierto, el había llamado pero yo no conteste, no imagine que fuera algo importante, le había restado importancia.

-Mi error, no tienes que preocuparte Haruma -suspire.

Mi tacón golpeaba con rapidez el metal del elevador. Aún cuando se trataban de novatos aspirantes a trabajar en la compañía debía ser puntual, entre las propuestas puede haber una por la que la empresa apostaría.
Cuando las puertas se abrieron me dejaron ver las múltiples salas de reuniones.

Este piso era específicamente para eso, el atractivo del lugar es que los enormes ventanales del lugar permiten ver la ciudad desde las alturas. El vidrio trasparente me dejaba ver que efectivamente la sala tres estaba ocupada por cierto número de personas.
Haruma se adelantó y abrió la puerta entre e inmediatamente hable.

-Me disculpo por el retraso caballeros - camine hasta la cabeza de la mesa-. No me fue informada con anticipación su temprana llegada.

Observe la mesa dividida en dos, los inversionistas de la compañía por un lado y por el otro los comerciantes.

-Espero que hayan sido informados sobre la ausencia del Presidente, me disculpo en su nombre- agache ligeramente la cabeza-. Soy la señorita Ayuzawa, Vicepresidenta de la empresa.

Me senté y cruce mis piernas.

-¿Cuáles son sus propuestas caballeros? -abrí una de las carpetas. Haruma quien se mantenía sentado al lado de mi me extendió una pluma y se lo agradecí con un movimiento de cabeza.

Hice una ademan con la mano para que comenzara la primera presentación mientras escribía un par de palabras en la hoja de la carpeta, escuche una silla rechinar y por primera vez desde que entré en el lugar pose mi vista en cada uno de los comerciantes. Algunos parecían extranjeros. Una radiante sonrisa me era dirigida por un conocido, me sorprendí al ver a Akemi sentado entre los comerciantes, me sonrió pero mantuve mi postura.

Finalmente mi vista se posó en el rubio que ahora se encontraba de pie con una serie de carpetas en mano. La rabia me invadió.
Sentí un hormigueo recorrer mis piernas y un frío molesto en mi espalda, me mantuve fuerte ante su estupida sonrisa.

Una carpeta llego a mis manos, le di un vistazo y por mera curiosidad de querer comprobar que lo que está pasando es una ilusión busque el nombre del chico que había hecho la propuesta.

Al inicio de la hoja, en pequeñas letras de color negro está su nombre:

Takumi Usui

Fingí que no sucedía un desastre en mi interior.

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