CAPÍTULO 8

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- ¿Chris, eres tú? - me dijo una voz conocida.

Rápidamente me giré con el fin de observar a la persona que se ocultaba tras esa familiar voz.

¿Alguna vez habéis experimentado una sensación, en la cual, la persona que menos esperas ver en un momento determinado, es la que más te alegras de ver?
La persona oculta tras esa voz, era Joey, bueno, ese era su apodo, no recordaba cómo se llamaba.
Joey era uno de los mejores amigos de Adam, un hermano, podríamos decir, él también es militar, pero yo no lo sabia.
Joey es alegre y divertido, en todas las comidas o cenas que celebrábamos, ahí estaba el con sus chistes. Hacia de cualquier situación mala, algo bueno y tranquilo.
Me acuerdo una noche en la que yo estaba triste porque había muerto una vecina de mi pueblo, cuyo funeral no pude asistir. No me encontraba bien esa tarde, pero él consiguió que me olvidase, en cierto modo de la situación. En fin, es un ángel de persona, como diría mi madre.

- ¿Joey? - pregunté con tono de asombro, el cual no sé porqué, obviamente sabia que era él y que se encontraba delante mía.

- Vaya, estas...cambiada. - me dice agachándose un poco para abrazarme, debido a su gran altura y a la poca mía.

- Si, eso me dice mucha gente, aunque solo me he cortado el pelo. - le comento de forma graciosa, con cierto tono humorístico, con el fin de que no se notase mi gran incomodidad ante verlo.
No podía dejar de pensar en Adam.

- Si, pero en la defensa de todos, diré que te favorece, incluso. - me comenta y no puedo evitar reír, todo lo que él dice, nada más por cómo lo hace, consigue hacerte reír.

- ¿Cómo estás? - me pregunta, ahora con tono más serio, supuse que se refería a como estoy después de la atroz ruptura. Pero decidí responderla a mi situación desviándose del tema.

- La verdad es que bastante bien. - le comento tranquila. - Deseando acabar el curso, ya sabes, exámenes finales. - le contesto con una fina y forzada sonrisa. - ¿Y tú? - le pregunto.

- Me alegro mucho. - me dice con una gran sonrisa. He de admitir que tiene unos dientes super bancos. - Yo bastante bien, puesto que voy a ser futuro papá. - dice más alegre y con una mano situada en la nuca.

- ¿Papá? Vaya, eso es...maravilloso. - digo alegre y asombrada por la inesperada noticia

- Si, es increíble, no me lo esperaba para nada, la verdad. - me comenta. - Melissa y yo queríamos tener un hijo, pero pensábamos en más tarde, cuando tuviese más tiempo, esto ha sido una gran e inesperada sorpresa. Y ahora, de siete meses. - me dice emocionado.

- Es increíble, si. Muchas felicidades. - le digo dándole un abrazo.

- Muchas gracias, pero para emocionado Adam, que va a ser el padrino. - suspira de alegría y yo no puedo evitar incomodarme, mientras me cruzo de brazos. Él inmediatamente se da cuenta y rectifica. - Lo siento, no pretendía mencionarlo.

- No, esta bien, no te preocupes. - le digo con una sonrisa, ocultado así mis ganas de llorar.

- Bueno, un placer haber hablado... - no le dejo acabar lo que tenia que decir.

- ¿Cómo está? - le pregunto insegura.

La pregunta lo toma por sorpresa y me respondo con una voz entrecortada:

- Pues...él está bastante bien, si. - responde. - Ya sabes, con maniobras y eso. - se cruza de brazos.

- Me alegro por él. - respondo con un tono contrario a melancólico, lo echaba de menos.

- Si, pero...Adam te echa mucho de menos, está muy apagado desde entonces, le dabas mucha vida. - me argumenta, lo cual me hace alzar la cabeza y mirarlo sorprendida.

- Yo también...también le echo de menos. Pero cada uno por su lado. - le comento.

- No es justo que una pareja así, se separe, pero te entiendo. - me comenta en un tono más serio.

- Si, ya bueno...un placer, Joey. - le digo mientras le doy dos besos de despedida.

- El placer es mio, Chris. Hasta pronto. - me dice disponiéndose, mientras se marcha junto a un grupo de amigos.

No me gustaban estas sorpresas.

EL MILITAR. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora