Me levanto aturdida de la cama otra mañana más, daba gracias a Dios por acabar el rollo de las clases. Me encontraba un poco mal, no tenía ganas de nada, solo de estar tumbada con la manta cubriendome el rostro.
Miro fuera y veo gotas de agua chocando contra mi ventana, la típica lluvia de verano.
- Fantástico. - susurro en bajo con ironía levantando las manos.
Me visto con unos vaqueros grises, una sudadera grisácea y unas Convers negras con lentejuelas. Me echo rimel y me hago un poco la raya. No tenía hambre así que salí de casa sin desayunar. Voy de camino al metro cuando siento que alguien me observa, miro a mis alrededores pero no detecto nada raro.
Ali deja de estar tan preocupada por cosas que no existen. Nadie iba a estar vigilandote como si fueras alguien importante.
Por una vez daba las gracias porque apareciera y me abriera los ojos.
Llego al instituto y voy a saludar a Bibi que estaba manteniendo una conversación con unos compañeros, cuando de repente Dan me corta el camino.
-Ali... estás bien te veo un tanto rara? - pregunto él con un gesto de preocupación en su rostro.
La verdad no tenía ganas ahora mismo de hablar con él.
- Si, estoy bien.- le replico dando una patada a una pelusa invisible. El silencio estaba denso, pesado. Tan incómodo que casi se había vuelto ya insoportable cuando Dan se atrevió a romperlo de nuevo.
- Ali hoy quedamos en mi casa de nuevo para aclarar las últimas cosas de la excursión?
- Si.- le contesto secamente, le esquivo y sigo mi camino hasta Bibi.
El día transcurre con lentitud, se me había hecho eterno.
Llego a mi casa me preparo la comida, al acabar Bibi se presenta en mi casa y vamos a la de Dan.
Dan nos recibe como siempre, yo ya me sentía mejor debido a la pastilla que me tomé antes.
Pasa el tiempo muy rápido y ya eran las 20:00 y nos teníamos que ir. Dan se ofreció a llevarnos. Primero dejó a Bibi en su casa y luego se dirigió hacia la mía. Para en frente, me desabrocho el cinturón y él me agarra de la mano ya que estaba en el asiento del copiloto. Me tira hacía él con fuera y aprieta sus labios contra los míos. Yo le sigo el beso, aprieta más fuerte para poder introducir su lengua, a lo que yo le sigo, nuestras lenguas empiezan a bailar una danza muy alegre. Nos separamos para tomar aire y en un acto reflejo el me vuelve a tirar del brazo para quedar encima suya apoyandome con la espalda en el volante. Me vuelve a besar tan fuerte como antes, trazando circulos en mi espalda con sus manos, sentí su erección contra mis pantalones y en ese momento me di cuenta que tenía que parar. Me vuelvo a sentar en el asiento con dificultad.
Él se queda inmóvil por mi reacción.
- ¿No era eso lo que llevabas esperando tantos años? - pregunta el asombrado.
- No, no quiero ser una chica más que te folles y no la vuelvas a hablar nunca. No creía que eras así.- respondo bruscamente dandome cuenta de que no solo él estaba asombrado por mi contestación, yo también.
Me bajo de su coche sin dejarle tiempo a hablar.
Entro en mi casa y veo que no hay nadie, mis padres trabajan más tiempo del que estaban en casa, el ser policía es lo que tiene.
Llamo a Bibi con las lágrimas inundando mi rostro.
La explico todo lo ocurrido en el coche.
- Tia es un puto idiota, la verdad no me creía que fuese como todos decían, me caía bien ahora ya no, como le vea le voy a partir la cara - exclama Bibi asustandome por su forma de expresarse a veces.
- Tia no te preocupes estoy bien, llevar tantos años colada por él y que pase esto...- la digo sollozando- necesito estar sola y pensar, voy a dejarte tía. Adiós.
- Adiós Ali y no estes mal por ese capullo. -Cuelga.
Ahora más que nunca necesitaba desaparecer. Últimamente todo me salía mal.
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Amor, desamor, sexo, drogas y crímenes.
Ficción GeneralTodos esperan tener 18 pero para mi esa edad me ha dejado marcada y no en el buen sentido de la palabra. Aliviar los dolores de la vida en el sexo. Encontrar felicidad en las drogas. Entrar en un entorno malo. Amor, desamor, sexo, drogas y crímenes...