Sueños rotos

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{NARRADOR OMNISCIENTE:}

El Sargento James Buchanan Barnes fue el primero en estar despierto a la mañana siguiente, o bueno, sería el primero en despertar si hubiese sido capaz de conciliar el sueño. No había podido hacerlo.

La causa, una inesperada visita nocturna a sus aposentos, el improvisado sofá del salón de los Barton.

Ansioso por alejar sus pensamientos de ese momento, decidió alejarse de la incomodidad del sofá y emprender su camino hacia la habitación de su mejor amigo.

Con sigilo, subió las escaleras y entreabrió la puerta, pero no vio a su amigo en su cama, y la puerta del baño abierta le confirmó que él no estaba dentro tampoco. La única imagen tranquilizadora eran los dos pequeños Barton todavía durmiendo, apretujados en una cama.

Aunque lo único que le tranquilizaría a él sería ver a Selene y Steve bien, y a eso fue. Buscando a su amigo, se encaminó hacia la habitación de la portadora de sus pensamientos, Lila Barton.

La imagen con la que se encontró era digna de una fotografía, como mínimo.

Todavía abrazados, la pequeña Stark y el Capitán Rogers dormían plácidamente, ajenos al mundo que les rodeaba, en el suyo propio.

Bucky suspiró, sonriendo ante el desenlace que él había deseado. No se atrevió a acercase, ni siquiera a abrir más la puerta, con temor a que eso pudiese despertarles.

Si alguien te merece, моя маленькая экономия, ése es Steve.- Susurra el ex-soldado de HYDRA.- Y si alguien merece a Steve, al pequeño Steve Rogers de Brooklyn, ésa eres tú.- Con esa silenciosa confesión, vuelve a la planta baja, deseando que esta aparente tranquilidad pueda durar siempre. También sabía que eso era imposible.

Los problemas siempre estaban alrededor.

En su ensimismamiento, no vió ni oyó a la dueña de sus pensamientos, Lila Barton, subir por la escaleras, ni entrar en su legítima habitación.

La pequeña de los Barton se llevó una gran sorpresa al entrar en su habitación y ver que su nueva compañera de cuarto no estaba sola, ni mal acompañada. Parecía muy cómoda entre los brazos del tan afamado y serio Capitán América. Más cómoda y relajada que ella, en el breve tiempo que la había conocido, la hubiese visto. 

Aunque su descuidada entrada parecía haberla despertado de su relajado sueño.

Suspirando, todavía con los ojos cerrados, intentó erguirse en la cama. Su mente tardó unos minutos en registrar que lo que le evitaba la movilidad era un brazo, y no la sábana con la que ella se había tapado.

Buenos días Sel, siento haberte despertado.- Susurró la morena, lamentando haber molestado su pacífico sueño.

No pasa nada, ¿Qué hora es?.- Pregunta la pelinegra, asombrada recordando cómo se había desarrollado la noche anterior. Steve seguía durmiendo relajado, con su brazo musculoso todavía rodeando su cintura.

Son las diez de la mañana, todos están empezando a despertarse.- Comenta.- El Sargento Barnes estuvo aquí, creo que estaba buscando al Capitán Rogers.

¿Buck? ¿Está bien?.- Su sobreprotección hacia el torturado soldado se dejó entrever.

Yo le vi perfectamente, seguro que sólo quería saber dónde estaba.- Con un suspiro, asiente, prometiéndose hablar con él más tarde.- Parece que ya os lleváis bien otra vez.- Mira las dos figuras abrazadas en la cama.

Sí, bueno, ¿dónde llevas metida toda la noche?.- Se avecinaba una reprimenda, hasta la morena lo supo.

Yo...mmm... Voy al baño.- Replicó rápidamente, escapando de su alcance. 

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