Ambos se besan con desesperación mientras se van despojando de sus chamarras. La de Jay es toda negra y la de Jake es color verde obscuro. Las dos chamarras son depositadas en el suelo. Es lo único que se quitaron; menos las camisas y las playeras estas no les estorban.
Los dos siguen con los besos y se acarician con las manos, aunque de forma torpe. Les urge ir directo al grano. Jake recarga a Jay en el borde de la mesa de centro.
La sala de la casa no cuenta con muchos artículos, salvo la lámpara de araña que cuelga en el techo. Los dos policías se cuestionan: ¡¿De entre todos los bombillos que existen en la casa: Los bombillos de esta lámpara de araña, son los únicos que sí funcionan?! Por consiguiente, podrán ver lo qué están haciendo. Además la sala la conforman cinco muebles. He aquí la lista: Un sofá algo grande, acompañado de dos sillones enanos, una mesa de centro larga y estrecha (se asemeja a una barra de bar) y un reloj de pie. Es todo lo que se encuentra.
Jay se separa de su boca y le pregunta.
—¡Aquí, estás seguro?
—Sí, ¿por qué no? Además te sentirás como una tortuga bebé caminando sobre la arena —comenta Jake, agitado por lo mismo.
—Ok, así será —jadeo Jay.Y observa como su amado, le va bajando de manera sensual y a la vez con prisa, los pantalones con underwear hasta las rodillas. Luego de liberar al mejor segundo amigo del hombre. Jake se pone de cuclillas para poder maniobrar bien, con ternura lo agarra. Segundos luego, empieza a mimarlo. Después de mimarlo pasa a lo siguiente qué es mama... ¡Mamma Mia! Pronto lo introduce en su boca. ¡Empieza la diversión!
Jay de pie, ronroneaba de placer durante el acto, ya que aquella lengua siempre ha sido una excelente masajista.
Tras un lapso no tan largo.
Jay, no quiere apagar con su viscosa semilla, la sed de su querido novio. Por tanto se aguanta todo lo que puede. Entonces, le suplica a su amado que se retire de su miembro. Jake lo mira con extrañeza, no obstante le obedece, lo retira de su boca. Jadeante por el acto trata de despejar su garganta, asimismo desea saber ¿qué rayos, Jay, piensa hacer?
Jay contesta a su inquietud, con vehemencia lo levanta del piso. Jake no opone resistencia, porqué el semblante de su amante muestra desesperación junto con frenesí. Jay con velocidad le baja su pantalón y la underwear hasta los tobillos. A continuación, lo coloca boca a bajo sobre la mesa de centro. Jake suelta una onomatopeya de disgusto casi inaudible, él va ser la tortuga bebé, caminando sobre la arena.
Sin más contratiempos. Jay, suelta su viscosidad en la entrada de su amorcito. Jake siente una sensación cálida... de pronto, siente tantito frío; porqué Jay introdujo un par de dedos para esparcirlo mejor. Jake no sabía si cerrar los ojos o mantenerlos abiertos. Jay no tardo ni un minuto con esto. Y para no hacerla más de emoción, Jay introduce su nepe en la entrada ajena. Ambos se entregan a la pasión y se olvidan del mundo entero.
Ignoran que ya es de noche y hay luna llena, colandose por los orificios de los cristales en las ventanas.
Jay saborea el cuello de su amado, Jake rasguña con levedad la mesa; y entre varios resuellos intercambian cumplidos, sobre lo bien que se acoplan.
Un buen rato después.
Jake le pide a Jay que sea tirano, o sea, dale más fuerte. Su chico le complace, aumenta la intensidad.
Tras este mandato.
Jake no se queda atrás, también arroja su viscoso semen, mancha la mesa color vino. Jay se emocionó con lo que pasó, por eso sigue dándole fuerte. Aunque no le duro mucho el gusto. Termina el acto, a causa de haber alcanzado el orgasmo. Sin embargo, fue un orgasmo tipo tántrico, o sea, seco. Qué esperaban el chico no es una vaca.
ESTÁS LEYENDO
You are my treasure
De TodoPor culpa de un accidente, dos policías apuestos emprenden la búsqueda de un tesoro.