Parte 3 Brandon

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En la mañana del siguiente día. Jake y Jay optan seguir con su vida, igual que antes del accidente. Jake no va ha correr de su hogar al pobre de Jay.

Ambos policías encima de un taxi se dirigen a su cafetería de costumbre. Varios kilómetros recorridos, al fin llegan al lugar. Ambos se introducen en el bar-restaurante-cafetería de nombre: "Cafeto para los tetos"
El nombre del establecimiento para nada es original, mucho menos bonito.
El sitio no es diferente al resto de su tipo. Está equipado con mesas, sillas, sillones y bancos. Una barra donde sirven los refrigerios. Un número indefinido de rocolas y macetas qué albergan flores artificiales. Una enorme cocina. Un par de baños y algunas lámparas de techo. Los colores que predominan son el naranja, blanco y rosa palo. Sin embargo, la decoración de cada detalle te remite a otra época lejana.

Jake y Jay, toman su mesa de siempre; el privilegio que consiguieron por haber sido policías. Ambos comienzan a platicar, en eso, un mesero se acerca a su mesa.

—¡Buenos dias caballeros! ¿Qué se les apetece desayunar el día de hoy? — preguntó el mesero de piel canela.
—¡También para ti, buenos días Jerry! Te extrañábamos, tanto tiempo sin verte —mencionó Jake con dulzura.
—¡Sí, te extrañábamos mucho! —Jay apoya el comentario de Jake.
El mesero se chivea y comenta:
—De acuerdo, no se diga más. Voy a traerles el mismo desayuno de siempre; en ésta ocasión con una sorpresa secreta de mi parte.

Al oír esto, Jay deseo agregar algo más; sin embargo el mesero Jerry salió disparado en dirección hacia la cocina.

—¡En un momento regreso, voy al baño! —anunció Jake—, ¿No vienes?
—¡No gracias, no tengo ganas de mi árbol! Además traigo las manos limpias —aseveró Jay, poniéndose la servilleta en el cuello de la camisa.

El oficial Gyllenhaal, asiente con el rostro y sin más, toma rumbo hacia uno de los baños. El oficial Baruchel, observa cómo se aleja su amado. De pronto, siente una brisa fría... Pero le resta importancia porqué hay gente pasando por su lugar, flanquean su mesa. Jay, está sentado en uno de los sillónes (el forro de los asientos es de color vermillon), en ambos caben dos personas. Y en medio de ambos sillones se encuentra la mesa.

—¿Este asiento está ocupado? ¡Disculpa mi intromisión, no quiero molestarte! ¡Tengo poco tiempo y me urge pedirte a ti, un grandísimo favor!

Jay deja de observar a los demás comensales. Voltea rápido la cara, para mirar de dónde surge esta voz. Jay posa su vista en el extraño hombre, que tomó asiento en el sillón opuesto, o seáse enfrente de Baruchel.

El extraño hombre, luce joven, es de piel blanca, sus ojos y cabello son de color café obscuro: con el típico peinado que se solía usar en la década de los 80; de aspecto delgado, su estatura... digamos que no es tan alto como Jay: Y porta ropa casual como Jay y Jake, aunque el color de las prendas varia de uno a otro. Imagínatelo.

—¡Un favor! ¿De qué carajos hablas y por cierto, quién es usted? — pregunta Jay, alterandose un poco.
—¡Demonios, con razón nunca tuve amigos! Carezco de tacto al momento de tratar con los demás... En fin, ¡Me llamaba o aún me llamo: Brandon Flowers! —Se presenta el hombre extraño— ¿Y usted cómo se llama?
—¡Mucho gusto en conocerlo! ¡Me llamo Jay Baruchel!
Ambos hombres se saludan de mano.
—Muy bien, ahora que rompimos el turrón. ¡Por favor Jay, es urgente que me ayudes!
—¡Lo siento mucho, Brandon! —dice dudando con respecto a si lo puede tutear— De todas las personas en éste establecimiento: ¡¿Por qué rayos te fijaste en mí?! ¿O tal vez me conoces de otro lado?

Brandon lo mira con inquietud, Jay quiere soltar su mano, por qué jamás había sentido tal frío. Ambos hombres deshacen el saludo.

—No te conozco lo suficiente, aunque te vi en el otro lado. Y siento que tú puedes ayudarme con esto. Se trata de un tesoro muy valioso de valor incalculable —Jay se emocionó mucho al oír la palabra tesoro. Brandon sigue comentando—; este tesoro lo enterré en una casa abandona. No te desesperes, pronto te daré la dirección dónde se encuentra dicha casa. Quiero que tú lo saques, debido que yo ya no puedo; y antes de qué cuestiones cualquier cosa. Quiero regalarte a ti, mi tesoro...
—¿Porqué a mí?—intercede Jay.
—¿Por qué? en el momento lo sabrás.

Jay y Brandon continúan hablando acerca del mismo asunto. En eso, Jake los interrumpe.
—¡Haste un lado déjame sentar! —Jake lo zarandea— ¿Por qué la tardanza con el desayuno, qué habrá pasado con Jerry?

Jay se va al fondo del asiento, cerca de la pared. Jake se sienta en el otro extremo, o sea la salida.

—¡Disculpa a Jake, es mi novio! Él a veces es irrespetuoso con las personas.
—¡No te preocupes, es natural! ¡Qué tal Jake! —Brandon lo saluda ondeando su mano derecha.
—¡¿Jay, te sientes bien; a quién carajos le pediste disculpas?! —preguntó Jake mientras lo mira pasmado.
—¿Hablas en serio o te estás haciendo el bufón? —Lo mira con duda—. Le ofrecí una disculpa a Brandon, el chico enfrente de nosotros, él hace un instante te saludo.

Señala con el dedo a Flowers, le vale gorro ser maleducado. Jake mira hacia donde está apuntando Jay. Gyllenhaal preocupado corrige a su novio.

—¡Mi vida, no veo a nadie, ahí no hay nadie! —Niega con el rostro.
—¡Basta, no juegues conmigo, detesto este tipo de bromas!
—¡Discúlpame Jay, tu novio no puede verme y tampoco oirme! —aclara Brandon tocando una mano de Jay recargada en la mesa.

De imprevisto aparece el mesero Jerry, con los desayunos y la misteriosa sorpresa. Brandon se quita, permite que el mesero coloque los platos y lo demás.

—¿Y por qué Jake no te puede observar? ¡Venga Brandon, no me vas a salir con el cuento de que eres un fantasma!

El mesero se pasma también con la reacción de Baruchel. En seguida le pregunta en voz baja a Jake: ¿Con quién está hablando? y ¿si su novio se encuentra bien? Jay alcanzó a oírlo.

—Jerry ¿de qué lado estás? ¡Por favor, dime que tú sí lo ves, observas a Brandon! —suplica Jay, entrando en una crisis nerviosa. El mesero pasmado niega con el rostro.

—¡Nadie me puede ver ni oír, sólo tú: mi intención no era hacerte daño! El tiempo se agota, debo irme. Espero que mi tesoro compense este trago amargo. ¡Adiós Jay, nunca te olvidare!

Brandon se desvanece ante los ojos de Jay, éste está a un pelín del desmayo. Jake lo sujeta y le arrima un vaso con agua.

—¡Jay se golpeó muy feo en la cabeza, se dio un p*tazo! Quizá se le aflojó un tornillo — comentó Jake, intentando calmar a Jay.

El mesero sugiere llevarlo a un hospital, el policía rechazó la sugerencia. Por causa del susto ninguno de los dos engullo su desayuno con el plus de Jerry. Ambos policías se marchan del establecimiento.

Horas más adelante. Jay seguía insistiendo con el tema del fantasma de nombre Brandon. Gyllenhaal brama y respira de forma ruidosa. Dando a entender que se callé.

Ambos se localizan en la cocina. Jake sacó una bebida fría del refrigerador. Se trata de un jugo de lata.

—Escucha con atención. Comeremos lo que sea mientras vemos el partido. Y por favor deja de estarme chupando el colmillo con esas visiones tuyas. ¡Capisci!
—¡Cuáles visiones mías, es la primera vez que veo un espíritu! —Jay lo mira con enfado y al acto se cruza de brazos. Jake gruñe y nuevamente abre el refrigerador.

Otro tiempo después. Ambos policías se encuentran en la sala de la casa. Hace poco terminó el partido de béisbol. Gyllenhaal se siente algo aburrido, en cambio Baruchel continúa fuera de sí por causa del fantasma Brandon.

—¿Por qué no me crees? Se supone que somos un equipo, deberías apoyarme.
—Cariño, te metiste un fuerte golpe en la choya. De por sí ya estabas medio loco, con lo que te pasó se acentuó más. —Jake le da con su dedo un leve golpe en su frente, Jay se queja del golpecito.
—De acuerdo, si no me vas a creer y tampoco vas a ayudarme con esto. Entonces, me iré de tu casa. ¡Adiós para siempre Jake!

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