Lo que se esconde dentro del faro.
A medida que cruzaban el espeso bosque, los pensamientos comenzaban a atormentar la cabeza de Jhon.
Su mente daba vueltas y vueltas al tema, como si se arremolinaran dentro de la oscuridad de la capucha que lo cubría, intentando darle sentido a aquella impulsividad que lo llevó a abrirse camino hacia el faro.
Aquel sentimiento que le hizo dejar la seguridad para aventurarse a algo que, con suerte, sería algo mejor.
"Eso es...algo mejor"─pensó.
Mientras tanto Ethan, cubierto como él en una cogulla negra, luchaba por mantenerse a la carrera con él.
Su mirada, fija en su padre, notaba que, poco a poco, aquella expresión estoica y tenebrosa iba cambiando poco a poco.
Parecía que quería formar una sonrisa.
De pronto, entre los frondosos árboles, parecía verse una gran colina que llevaba al final del bosque.
Debajo de esta pequeña elevación, se podía ver el terreno llano que rodeaba al faro.
El lugar de dónde se había lanzado la señal.
A medida que se acercaban, se escuchaban claramente el sonido de los disparos, acompañados de pequeños destellos de luz.
Una vez fuera de la espesura del bosque, Jhon pudo ver claramente el gigantesco edificio frente a él.
La construcción, pintada por completo de blanco, se erigía con magnificencia entre aquel natural paisaje.
Pero lo que llamó más su atención fue el espectáculo que tomaba lugar en la base.
Usando sus binoculares Jhon vio rápidamente al pie del lugar a una pequeña resistencia que luchaba contra los espectros que se lanzaban hacia ellos.
Iluminados por una hoguera detrás de ellos, se podía ver al menos a cuatro personas defendiéndose contra la amenaza.
Aunque la distancia no le permitía verlos con claridad, él no pudo evitar notar que la ropa que llevaban dos de ellos no era ropa ordinaria como las de algún saqueador.
Al ver los uniformes de esos individuos, se dio cuenta que eran los mismos de aquellos que reclutaban gente en las montañas.
Aquellos los llevaban a La Ciudad de la Luz.
Una vez analizado los sujetos, Jhon decidió observar el panorama con la visión nocturna especial de los binoculares.
Pero lo que encontró a la lejanía le dejó la sangre helada. Sus dedos temblaban a medida que ajustaba, con lentitud, el lente para enfocar aquello que parecía una espesa niebla, pero que en realidad no era más que miles de espectros, que descendían velozmente desde el monte.
─Oh, mierda...─ susurró mientras guardaba los binoculares en su mochila.
Súbitamente, todo aquello que lo había motivado hasta ese momento se desplomó.
No importaba que tan fuerte fueran, no era posible que ellos puedan sobrevivir aquella masiva horda de las criaturas.
Jhon volteó instintivamente de vuelta al bosque. El sendero que lo regresaría se veía muy claro frente a sus ojos.
Poco a poco la duda comenzaba a carcomer poco a poco su seguridad. Su respiración se volvía agitada. El sudor frío comenzaba a correr por su frente. Sus piernas se sentían pesadas, incapaces de dar un paso.
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Los espectros
Science FictionYa han pasado cuatro años desde que los espectros, criaturas fantasmales hechas de oscuridad y muerte, salieron de las sombras hambrientos de los recuerdos de la gente. Estos devastaron aquello conocido como sociedad, dejándola en las tinieblas y en...