Las luces en el vacío, juntas por fin.
Aún con el dolor punzándole el estómago y el viento helado entumeciendo su cara, Jhon seguía corriendo, dando todo de sí para poder alcanzar a aquel raro muchacho que cargaba en su mano una hacha cubierta en llamas.
El intenso brillo del arma le daba una dirección a su vida. Aquel resplandor mostraba el camino que debía recorrer para llegar con Ethan, y quizás, con ella también.
Pero aquella ilusión sería rota por los aullidos espectrales que invadían la mente de Jhon. En ese momento, él se arrepintió de voltear la cabeza.
Al menos veinte de aquellos monstruos le seguían a pocos metros de distancia.
– ¡Hey! ¡No te distraigas con ellos! –gritó el otro corredor– ¡Estaremos bien si llegamos al faro!
Aunque la intención del extraño fue el de tranquilizarlo, Jhon no pudo evitar pensar que aquella confianza excesiva que mostraba su "salvador" era una clara señal de locura.
A medida que se acercaban al faro, Jhon empezó a notar una frágil luz celeste que provenía de esta.
Pero cuando estaban apenas a unos metros de llegar ahí, una bala perdida rozó contra la pierna de Jhon, haciéndole caer y golpeando su cabeza contra el duro suelo.
Mientras su vista se tornaba nublada, le parecía ver que alguien se acercaba.
Súbitamente, sintió una mano aferrándose a su brazo y obligándole a levantarse.
– ¡Venga, no me jodas ahora! ¡Ya estamos cerca aún no puedes morir! – dijo el muchacho mientras lo cargaba a rastras.
Pero los espectros no tardarían en alcanzarlos, y a los pocos segundos varios de ellos ya estaban muy cerca de ellos.
Entonces, el joven lanzó un fuerte silbido mientras gritaba "¡Hey! ¡Por aquí!"
De pronto, una ráfaga de balas fueron en la dirección de los monstruos, eliminándolos al instante.
En ese instante, Jhon logró divisar a la lejanía a tres personas; dos hombres y una chica, parados en la puerta del gran faro, disparando contra los espectros que se aproximaban.
– Nos tienen cubiertos, no te preocupes– le dijo el chico, de pronto.
Pero Jhon aún se preguntaba del porqué aquel muchacho lo había salvado ya que, si los papeles hubieran sido opuestos, él lo hubiera abandonado sin siquiera voltear atrás.
– ¿Por qué haces esto? – preguntó Jhon, finalmente.
– ¿Por qué crees? ¡Soy un héroe, maldita sea! – gritó, sonriéndole frenéticamente.
Jhon no pudo decidir si aquello lo dijo sarcásticamente o no.
Ya con los espectros muertos, Jhon y el extraño lograron llegar al faro, con varios espectros aun siguiéndolos, pero una vez atravesaron la extraña luz celeste, los espectros se detuvieron y quedaron aturdidos al entrar en contacto con ella, cubriéndose los ojos y retorciéndose en el suelo.
Entonces, el desconocido recostó a Jhon contra la pared. El frió del muro contra su espalda se sentía muy bien y el viento, ahora más tranquilo, acariciaba su piel.
Pero entonces, sintió una débil presión contra su pecho, mientras unos pequeños brazos le rodeaban con afecto.
Cuando Jhon abrió los ojos, Ethan estaba ahí, en frente de él, abrazándolo.
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Los espectros
Science FictionYa han pasado cuatro años desde que los espectros, criaturas fantasmales hechas de oscuridad y muerte, salieron de las sombras hambrientos de los recuerdos de la gente. Estos devastaron aquello conocido como sociedad, dejándola en las tinieblas y en...