03.

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Las manos de Meryl sostenían con firmeza la linterna azul, alumbrando cada parte de la habitación. La casa de Tessa se encontraba totalmente demacrada, como si en esta no hubiera vivido alguien en años.


La rubia se encontraba aterrada, de todas las veces en las que había estado en esa casa jamas la había recordado tan sombría. Su visión se poso en un porta retratos, el cual se encontraba sobre una mesa, en este había una foto de ella junto a sus tres amigas, Tess, Bere y Arianne. Meryl sonrió al recordar ese momento, las vacaciones del 2013 en la casa de los abuelos de Tessa, ese verano había sido uno de los mejores para las cuatro chicas, playa todos los días, películas antes de dormir, mucha comida, la presencia de sus mejores amigas y lo mejor de todo, sus padres no estaban cerca, eso era todo lo que una joven de 14 años podría pedir en su momento.


Aparto todos los recuerdos de su cabeza y decidió buscar lo que realmente había ido a buscar a ese lugar, pistas.


— No mas distracciones — susurro Meryl para si misma. La joven comenzó a subir las escaleras directo hacia el cuarto de Tessa. Este se encontraba tal y como lo había visto la ultima vez que había estado allí o eso era lo que la joven creía.


La linterna callo de sus manos, causando un gran estruendo en el suelo. La chica llevo sus manos hacia su boca evitando gritar, estaba horrorizada de lo que sus ojos presenciaban. Las paredes se encontraban manchadas de sangre, huellas de manos, groserías escritas con esta o incluso rasguños se lograban ver.


De un momento a otro, la puerta se cerro de golpe. Meryl rápidamente corrió hacia esta y con todas sus fuerzas intento abrirla, pero era imposible, esta se encontraba cerrada con llave.


—¡Ábranme! —gritó a todo pulmón la chica, sus manos y piernas comenzaban a fallarle, estaba asustada. —¡Por favor! — nuevamente grito, lagrimas caían por sus mejillas, la situación se estaba volviendo cada vez mas tenebrosa.


Rendida dio media vuelta y se dejo caer contra la pared, deslizandoce hacia el suelo. Abrazo sus piernas mientras escondía su rostro entre estas. Voces y pasos resonaban por todo el lugar, dándole a entender que no era la única en la casa.


— ¡Por favor, me quiero ir! — la rubia gritaba y lloraba a todo pulmón, las voces se escuchaban cada vez mas cerca. Sin pensarlo Meryl arrastro su cuerpo hacia la esquina de la habitación tomando la linterna que había dejado caer al suelo. Su vista se encontraba posicionada en la puerta blanca, esto era lo único que la luz del aparato alumbraba.


Las voces y los pasos de un segundo a otro desaparecieron, dejando que reine el silencio en toda la habitación. La chica llevo una de sus manos a su pecho e intento tranquilizar su respiración, todo había acabado.


Respiro profundamente y sin fuerzas algunas intento levantarse del suelo, para luego dirigirse a paso lento hacia la gran puerta blanca, intento abrirla creyendo que esta se encontraría abierta, pero seguía sin estarlo.


Los pasos habían vuelto a escucharse, pero estos se escuchaban aun mas cerca, como si estuvieran en la misma habitación. La chica se quedo estática al sentir una respiración sobre su cuello, el frió aire chocaba contra su piel logrando que esta se erizara. Voces en su cabeza le decían que voltease, por mas que esta no quisiera, no podía controlar su cuerpo, en cuanto quiso acordar ya se encontraba dando media vuelta. Trago saliva bruscamente al ver una figura en plena obscuridad, la rubia se alzo de valor y alumbro hacia donde esta se encontraba.

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