Delicada como una flor, flor de loto. Con la misma intensidad del color que emanaba de ella, con esa misma intensidad veía las calamidades que ocurrían en su vida.
Tenía un pasado complejo: separación de sus padres; anteriormente anoréxica; recién salida de una relación definida como "tóxica" por su psicóloga. Podría colgarse un cartel alrededor del cuello que dijera "Hola me llamo Elena y estoy luchando contra mil batallas, no me molestes" , pero sería redundante.
Una mirada muy dulce para una chica con tanta mala suerte en la vida. Parecía tan fragilmente emocional que hasta daba pena.
De una familia cristiana y muy conservadora, Elena, era la hija y hermana más pequeña. Y por esto, es que siempre fue cerrada y extrovertida. Su mamá, una fiel ama de casa. Su papá, un exitoso arquitecto.
La relación con su familia era "normal", o al menos así la definía ella, sí, con comillas incluidas. Su hermana es una doctora recién recibida que en poco tiempo se las arreglará para llenarse de prestigio gracias a su tan ansiado matrimonio con un tipo que - según Elena - es un pesado, pero que posee unos cuantos miles y conoce a unos cuantos de influencia. ¡Que familia tan perfecta, ¿eh?! Ella solía escuchar eso a menudo, y se asqueaba. Sabía lo que le esperaba: un hermoso título: Doctora, como su hermana, o maestra. Pero maestra no, la maestra ya no es más un símbolo de educación y respeto; la maestra tiene novios; la maestra pide aumentos; la maestra participa en manifestaciones; la maestra fuma; tiene el pelo corto; tiene tatuajes; usa vestidos; y otras aberraciones que ese tipo de mujeres no deberían hacer, o que mejor dicho ninguna mujer debería de hacer. Sin embargo, la doctora siempre enamora algún doctor; la doctora gana bien; es bien vista y prolija; ¡Salva vidas. Que mejor empleo que ese!
Bombero. Sí, Elena quiere ser bombero. Ya olvidó si por puro antojo, o por contrariar a su madre, que bastante le decía lo que debía y lo que no debía ser. Esa era la parte difícil: Elena no podía ser, Elena "se dejaba ser". Jamás eligió sus estudios, ni su ropa o su corte de cabello. Ni siquiera a su antiguo novio Mark, aquel problemático chico que se enfurecia y la golpeaba, una y otra vez. ¡Pero claro, si es el chico perfecto! Hijo de samaritanos, ambos doctores. Por eso mismo los padres de Elena no paraban de regañarla y someterla a preguntas como "¿Qué has hecho? ¡lo has arruinado! Lo cierto es que ella solo se limita a no hablar del tema.
Esta es Elena. Una chica totalmente falta de personalidad. Pero lo que ella no sabía -lo que nadie sabía- es que eso mismo le ayudaría a conocerse definirse como tal.
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Flor de loto
Teen Fiction《Porque el amor no tiene límites. Es inseguro, dispuesto, valiente y puro.》 Jayme, conocerá a quien traerá calma a su vida. Elena, se conocerá a sí misma. Para el amor no hay edad, religión, raza ni sexo.