Encuéntrame

Prólogo

-Ya bajo pá- Apurada metí los cuadernos en mi mochila y bajé lo más rápido que pude, pero no bastó para sacarle esa mirada de enojo a mi papá.

- Vas a llegar tarde otra vez a la escuela, conste que hoy no fue mi culpa- me dijo mientras me empujaba afuera de la casa para que subiese al auto.

Él maneja tan lento, ¿Cómo quiere que no llegue tarde?, y hoy que justo tengo una evaluación de lengua, solo espero que no me pongan media falta.

Le dí un beso de despedida a mi papá y salí disparada hacia las puertas de la escuela, ahora que me doy cuenta son demasiado anchas y les falta más pintura azul. Entré y miré a mi preceptor con la misma cara de ayer, confundido, pero fue raro que no me llamara para que me pusiese la nota, solo me miró con esos ojos negros y esa cara, con bigote y barba larga que me daba miedo, y que sea de mi altura lo hacia peor, asi que, antes de que se me acercara, corrí hacia el aula y entré nerviosa.

-Señorita Lonsk, llegando tarde como siempre, sientate adelante de andy-
Al entrar vi ese asiento vacío y le rogaba a los dioses que no me ponga ahí, porque estar lo mas mínimo cerca de él me ponía loca, con tan solo mirar esos ojos café claro, su pelo corto, lo suficiente para jugar con él, su cutis tan perfecto, su rostro y ni hablar del cuerpo, tenía una espalda tan marcada y un pelvis tan pequeña que lo hacía perfecto. Pero vamos al grano, estoy enamorada de él.

-¡Señorista Lonsk, siéntate que ya vas 15 minutos tarde para hacer el examen!- me gritó la profesora Rita, ¡Ag! esa vieja de lengua me tiene harta.  Es muy dispersa, se olvida de todo. Pero no la culpo, ya es vieja, con muchas arrugas en su piel morena. Además, se maquilla mucho, tapa lo único lindo que tiene, el color de los ojos, verdes. Me senté y me entregó la hoja, vi los ejercicios y parece qué había estudiado mucho para esto. Era fácil, esos 15 minutos perdidos no me hacían falta.

Pasó ya media hora y cuando iba por el último ejercicio, veo caer a mis pies una bolita de papel, así que miré a la de lengua, y cuando se distrajo con un compañero, me agaché y agarré el papelito. Lo abrí rápido y no podía creerlo, Andy me pidió que lo ayudara, y lo hice, se lo devolví cuando la profesora no miraba.
Al terminar la evaluación y entregarla todos, toca el timbre para salir al recreo y veo a Andy dirigiéndose hacia mí.

-Emma, gracias por ayudarme con ese punto. Nunca hago eso pero me costaba y se que vos sos muy buena en todo, te la debo- Creo que no escuche muy bien, no me concentré por esos ojos tan hermosos, con esa mirada que te fulmina, y solo pude decir -de na nada- Parecía una tonta, y el solo se marchó. Tocó el timbre de salida y me subí al auto con una sonrisa de oreja a oreja, pensando en lo que había sucedido en ese recreo.

Llegué a casa, comí y luego para pasar el rato miré una maratón de Harry Potter que justo la pasaban por Warner. Al haber empezado la tercer película comenzó a sonar mi teléfono, que era raro. Lo desbloquee y vi un mensaje de él, el que me destruyó mi infancia. Todavía no puedo entender por qué no se lo digo a mis padres.