Capítulo 1

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Esta vez escuche la alarma. Eran las 6 AM. Aproveché que era temprano y fui a bañarme.
Al salir de la ducha me dirigí a mi habitación. Cuando me colocaba mi jean, mi teléfono sonó, era una llamada de Lila, mi mejor amiga. Atendí y comenzó a hablar.
-Emma, irás a la escuela hoy, ¿verdad?-
-Sí, ¿Por qué preguntas Li?
-Hay rumores de que entrará un chico nuevo a nuestro curso, me enteré anoche por Stefani Lockbic- Se oía contenta.
-Lila- eché a reírme -No puedo ni imaginarme cómo será, ¿Tú lo sabes?-
-No, no lo sé,. Pero lo averiguaremos en una hora, porque ahora tengo que terminar de maquillarme, tengo que estar bonita- Me volví a reír y me despedí, yo también tenía que terminar de arreglarme.

De tan solo pensar, en que fuera más perfecto que Andy, me daba dolor de cabeza, porque es imposible, él es único.

Terminé de arreglarme, bajé las escaleras y fui directo a la cocina, moría de hambre. Mi mamá ya me esperaba con un café en la mano y pancitos de manteca sobre la mesada. Amo este desayuno, es típico de mí. Ella me sonrió.
-Buenos días hija- Me dió un beso en la frente- Tu hermana llamó. Dijo que le esta yendo bien en la universidad, ya quiere terminar-
Si, tengo una hermana, el año pasado egresó y se fue de la casa a esta universidad en Córdoba. Vivir en Buenos Aires con nosotros y estudiar acá no le pareció interesante y solo se fue.

Papá conducía hacia la escuela.
Cuando estaba formando para después pasar al curso, miré la fila detrás de mí, buscando señal de ese tal chico nuevo. Estaba tan intrigada y nerviosa de saber cómo era. Pero en un momento me distraje, por Andy, esos joggins negros, apretando sus muslos tan hermosamente, y esa remera azul al cuerpo que marcaba cada músculo, perfecto. Se que no se fijaría en alguien como yo, cabello castaño, ojos marrones, no muy delgada y cachetuda. Se que a él le van mejor las rubias, eso me da envidia, pensé en teñirme, pero sería lo más estúpido que haría.

La directora dió el permiso de pasar a las aulas, eso hice. Al llegar, entré y me senté del lado de la ventana que daba al estacionamiento de los profesores. Lila llegó justo para sentarse conmigo. Luego, al estar todos ya sentados, vimos venir a la vicedirectora con él. Madre santísima, ¿Era él?. Oh por dios.

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