Capítulo 10: Detonador

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  Absolutamente media ciudad de Baltimare estaba con nosotros en el callejón oscuro y húmedo, cerrándonos el paso tanto por tierra como por el cielo. Todos estos ponis solo querían el dinero que ofrecían por nuestras vidas, se veían enfermos y débiles, con los mismos ojos sin esperanza parecido a los de mi compañera del tren, armados torpemente con simples cosas que te encontrarías en una casa cualquiera, quien sabe en qué clase de miseria vivirán para tener que suplicar dinero como para estar dispuestos a matarnos.Quizás tenían toda la intención de acabar con nuestras vidas pero en sus rostros podía notar la sombra de duda que no golpea en sus cabezas sino más bien es un pensamiento que ellos deciden silenciar para no escuchar sus propios remordimientos

-¿Nos encargamos de ellos Enderson?-. Me hablo Rain, pero no le di respuesta.

-Podríamos matarlos a todos en un abrir y cerrar de ojos-. Dice Grayson con su desprecio a los ponis ciudadanos

Los ciudadanos comenzaron a hablarnos a nosotros después haber susurrado entre ellos mismos.
Toma la palabra un poni con una camisa desgarrada que tenía a su propia familia atrás de él, tenía dos hijos de la edad de 11 años y su esposa que a la vez cuidaba de ellos -¡Nadie se acerque demasiado! Según la información de los carteles, esos tipos son muy peligrosos-. Termina señalándonos con su cuchillo.

-¡Quien sabe que cosas atroces habrán hecho para que ofrezcan tal cantidad de dinero por sus vidas!-. Dice un anciano en la multitud

Entonces un joven de entre tantos que no tendría mas de 15 años, se acerca velozmente a Red Army con un cuchillo en su boca, salto queriendo clavárselo justo en el cuello, pero él con su casco derriba el arma, Red Army estaba a punto de darle un gran golpe en la cara.

Yo conociendo la bestialidad de su fuerza supe que aquel pequeño no sobreviviría a semejante ataque-¡¡RED ARMY!!-. Grite fuertemente de manera ensordecedora. El me mira con una cara de "¿Por qué quieres me detenga?". Solamente negué con la cabeza y dije –No hemos venido hasta acá para lastimar a ponis inocentes-. Todos vieron la compasión que le tuve, no era muy normal de un "convicto", pero eso les basto para que todos desarrollaron una pequeña confianza hacia mí. El joven poni no hizo nada más que huir asustado por el poder de Red Army.

-Lo siento-. Se disculpa

Di unos pasos adelante, trate de dirigirme a todos de manera entendible y firme -¡Mírense todos! ¡¿Se han visto ustedes mismos?! ¡Están aquí con sus hijos, llenos de ira sin motivo, vienen aquí para matarnos! ¡¿Y Porque?! ¡Porque el gobierno les ofreció les ofrece dinero a cambio de nosotros!-.Los ponis se miraron entre si dándome la razón, no creyendo que deliraba si no que decía la verdad. -¡Celestia les ofrece dinero, pero de que les servirá en un país lleno de miserables como nosotros, ese dinero volverá de nuevo de donde salió! ¡¿Eso es lo que todos quieren, tener una vida fácil y patear al resto?!-. Todos bajaron la cabeza en señal de vergüenza - ¡¿Saben por qué nos buscan?! ¡Porque somos los únicos que teníamos el suficiente valor para levantarnos y acabar con esto!..................Ella les ofrece dinero que algún día se les terminara y las cosas materiales no se podrán llevar cuando mueran, pero yo les ofrezco algo mucho mejor que perdurara por siempre, algo que toda nuestra descendencia podrá gozar, algo que es nuestro derecho indiscutiblemente, ¡Nada ni nadie nos lo puede arrebatar y cuando eso no esté con nosotros entonces pelearemos por él una y otra vez!.....¡¡Nuestra libertad!!- Los ponis aceptando el razonamiento que venía de mi, solo quedaron callados, pero aun así continúe -¡El que no esté de acuerdo entonces que trate de matarme aquí y ahora!- Me adentre en la multitud que se hacía a un lado -¡¿Qué esperan todos?! ¡Mátenme! ¿No han visto mi cartel? ¡Dice específicamente "Muerto"! ¡¡Vengan a matarme, prometo no defenderme, pero eso quiere decir que ustedes prefieren mil veces seguir viviendo de esta manera que tratar de hacer un cambio!! ¡¡TRATEN DE MATARME!!-. Nadie tuvo el valor suficiente para matarme, o de siquiera mirarme a los ojos, fui demasiado directo con todo mundo. –El que quiera ejercer el poder que nos pertenece; que venga conmigo-. Y me fui del callejón con los 5 detrás de mí, sin mirar atrás solamente escuche el caer de cuchillos, palos, palas y una que otro tubo de fierro, los ponis soltaron sus armas para acompañarme a un lugar algo alejado de la ciudad.


Unas horas más tarde en las afuera de Baltimare.


Éramos un total de 562 ponis, restando los niños y las mujeres, solamente teníamos a 428 para pelear, eso no era suficiente para poder enfrentarnos a la cantidad de soldados que hay en toda la ciudad, al contrario si nos atrevíamos a hacer eso todo terminaría en derrota. Tengo que decir que no toda la ciudad estaba con nosotros en esos momentos, solo teníamos a un cuarto de ponis, la ciudad por su tamaño podría tener más de 1500 ciudadanos, pero no teníamos el tiempo para reclutarlos a todos, tiempo era lo que menos teníamos.

Por encima de una colina no muy lejos de la ciudad, el atardecer se acercaba inevitablemente, nosotros 6 estábamos sentados en el ligero césped con el aire con sal pasando por encima nuestra y los ciudadanos se establecían en los campos mientras que algunos regresaron a la ciudad por sus pertenencias "importantes".

-Buueenoooo, tenemos que atacar a 4 instalaciones con un total de 1013 soldados, y nosotros no somos ni la mitad, no podemos arriesgarnos a pelear solamente nosotros 6 porque entonces pondríamos en riesgo a todos los que se nos han unido-. Les hablaba a todos.

-Fácilmente podríamos vencerlos a todos-. Contesta Grayson.

-No, no Grayson, no podemos simplemente llegar así como así....bueno si podríamos pero tenemos que dejar el mensaje de que toda la ciudad participa, si solamente vamos y causamos una masacre, el gobierno creerá que solo estamos jugando, pero al mostrarles que tenemos a mas de nuestro lado, daremos a entender que esto va mas allá de cualquier revolución pequeña-.

-¿Entonces qué debemos hacer?-. Pregunto Magic Nightrain. Las decisiones se hacían mas y mas cerradas, por un lado bastaba con notros para acabar con todo soldado en la ciudad y por otro los de la ciudad deben entender que también deben de pelear o mínimo tener en cuenta en que se están metiendo sin querer echarse para atrás. En lo personal yo no estaba de humor para que alguien me dijera que no estaba seguro de esto.

-Haremos lo que mejor se hacer....explotar cosas-. Respondí mientras saque pólvora de mi arma.

Tiempo después.

Las cosas se tenían planeadas, el anochecer llego, las lámparas en los postes estaban encendidas, se puede asemejar a los escenarios espeluznantes de los libros de terror que mi padre tenía en su biblioteca. Las olas del mar era el único sonido que podías oír.

Estábamos caminando Red Army y yo por esas remotas calles, ambos veníamos cubiertos por ropajes negros.

-Así que...-. Comenzó a hablar Red Army- ¿De dónde vienes Enderson?-.

En realidad no supe porque de repente tenia tanto interés en mí, yo jamás hice una pregunta sobre ellos...pero supongo que es razonable tener dudas acerca de mi, creo que, como decía mi madre, tengo esa cara que no inspira demasiada tranquilidad –Yo vengo del campo-. Conteste secamente y no frenando el paso.

-¿Vivías en una granja?-. Continuaba en su propia curiosidad.

-Sí, tenía una familia algo grande a las afueras de varias ciudades, nos dedicábamos a vender cosechas-. Di mi respuesta muy rápido para evitar recordar.

-¿"Tenia"? ¿Quieres decir que ya no tienes familia?-.

-No...-. En la forma en la que lo dije fue suficiente para que Red Army se diera cuenta de que no me gustaba hablar de eso, por lo cual no hizo ninguna otra pregunta pero en su cabeza pasaban miles de hipótesis acerca de mi, pero como el no sabia nada de la misma manera yo no tengo ni la mas mínima idea de quien es en realidad Red Army hasta que llegamos a una instalación de gobierno casi en el centro de la ciudad. Las ventanas estaban iluminadas, sabemos que muchos soldados viven dentro de esta, los que tienen familia solo vuelven a casa.

-Bien, ya estamos aquí... ¿Ahora qué?-. Expreso Red Army

-Ahora entrare por la puerta principal, tu quédate aquí afuera y haz lo planeado, yo distraeré a los soldados, recuerda: si no salga en 4 minutos con 37 segundos, solo vete-. Empecé a andar dejándolo atrás.

La puerta grande y de madera (como suelen ser todas las que poseen las instalaciones) tenían el mismo grabado: El escudo de la bandera de Equestria. Y para mí no podría haber pedido mejor imagen para hacerla pedazos. Saque mi arma y le di un disparo a la cerradura, entre muy normal por la puerta, al cerrarla al instante me vi rodeado de espadas y algunas lanzas. Tal y como me lo habían dicho: "Debe de haber unos 300 soldados por instalación". Solo sonreí ante la situación presente.

-¿Así reciben a todos?, deberían tener mas cuidado con esas cosas podrían sacarle un ojo a alguien-.

-¡Es Enderson!-. Dice un soldado que se encuentra hasta atrás-

-Ehmmm si yo quien soy, ahora les sugiero que bajen sus armas si no desean que les vuele la cabeza a cada uno de ustedes-.

Uno de los que estaban enfrente mío, quien pareció ser el jefe de aquí, no tuvo más opción que apoyar la idea –Hagan lo que dice-. Expuso tan fríamente. Todos bajaron sus espadas entendiendo la gravedad del problema. -¿Qué es lo que quieres aquí? Tu masacre no nos alcanzara a nosotros, en el instante en el que ataques tendrás a todo el ejercito de Baltimare encima de ti y de tus otros amiguitos -.

-En realidad solo pasaba a saludar-.

-¡No digas idioteces, sabemos muy bien quién eres, estamos perfectamente informados que solo causas destrucción sin sentido en cualquier lugar donde pisas, tu y esos demonios que te acompañan con el único fin de destruir nuestro bello país!-.

Gire un poco la cabeza en señal de que no comprendí muy bien esa información- ¿"Destrucción sin sentido"? Hmmmm no- Cambie mi cara infantil por una muy seria -¿Tú crees que todo esto lo hago solo por maldad? Déjame decirte dos cosas "Jefe", Primero es de tu incumbencia saber que todo esto lo hago para liberar a los ustedes mismos causan ira y terror, no he venido aquí a destruir para demostrar una superficialidad....yo hago todo esto para que el pueblo vea que es más fuerte que nuestra gobernante, hago esto para ponerle un alto a las asquerosa vida que muchos llevan-. Quede frente a frente con el encargado.
-¿Y cuál es la segunda?-. Parlotea arrogante.

Me acerque a su oreja –Que no se dieron cuenta de que hemos sellado todas las puertas y ventanas-. No espere ni un segundo y me fui corriendo de ahí.

-¡Que no es escape!-. Dio la orden.

Como no destroce la puerta de adelante, Red Army la contuvo con su cuerpo y yo use tablas y clavos para que nada saliera. -¡Vámonos de aquí!-. Grite.

Los dos huimos mientras oíamos los fuertes golpes que daban los soldados desde adentro intentado salir desesperadamente. Seguro que se preguntaran que fue lo que hizo Red Army, verán el plan era entrar a distraerlos por un rato, mientras que afuera el bloqueaba todas las puertas con un poderoso aislante o madera, las ventanas fueron cubiertas por grandes rocas (aprovechando la fuerza de Red Army). Literalmente no hay lugar por donde puedan salir.

Pero no era todo, los ciudadanos de Baltimare hicieron eso en cada instalación, todos los soldados se encontraban encerrados, el único inconveniente era que la madera y las rocas no los contendrían por demasiado tiempo, así que teníamos que correr. Resulto que teníamos cableados en todas las instalaciones conectados a pequeñas pero potentes barras de dinamita, así es teníamos al borde de la explosión todos esos lugares. Solo era cuestión de que diera la señal para que Grayson, que estaba arriba en la colina, active el detonador.

Los dos estábamos corriendo con toda nuestra fuerza por la ciudad, salimos de ella y vi a lo lejos (muy lejos) a Grayson con los demás listos para hacer explotar toda instalación con los soldados dentro.
-¡Grayson!-. Grite aun corriendo

El oye mi voz pero con cierta duda -¡¿Qué pasa?!- Grito también.

-¡Activa el detonador!-.

-¡¿Qué?!-. Al parecer no me escuchaba muy bien.

-¡Que Actives el detonador!-. Respondí aun más fuerte.

-¡¿El freidor?! ¡No tenemos sartén!-.

-¡Usa el detonador!-.

-¡¿El ladrón?!-.

-¡¡El detonador!!-.

-¡¿Roedor?! ¡Pero aquí no tenemos ratas!-.

-¡¡El detonador!! ¡¡El detonador!!-.

-¡¿Tenedor?! ¡Pero no tenemos cubiertos!-.

-¡¡¡USA EL MALDITO DETONADOR!!!-. Juro que casi se me desgarra la garganta en ese último grito.

-Ah, ¿Por qué no lo dijiste antes?-. Grayson puso sus dos patas y bajo la palanca que acciono todos los explosivos.

El cielo entero se lleno de fuego como de estrellas, la ciudad entera se había iluminado como si fuera de día, como si el sol ardiente se hubiera anticipado. No había ningún ciudadano dentro de Baltimare, recalco que fui cuidadosamente exacto para que la explosión no dañara casas de alguien más, con un resultado satisfactorio, las instalaciones gubernamentales fueran las únicas que se vieran hechas pedazos. Estaba por demás decirlo, pero ningún soldado aparentemente salió vivo....y eso espero. Todos los ponis de la ciudad estaban a las fueras con nosotros 6 apreciando la destrucción reciente, dando una vista hermosa acompañada con el dulce mar y su inacabable sonido. Todos se llenaron de alegría, soltaron varios gritos para demostrarlo, mientras que otros, me refiero a las mujeres con hijos, lloraban porque al fin podían respirar tranquilos. Puedo creer que todo rastro del gobierno en esta ciudad fue incinerado y en poco tiempo serán cenizas que se llevara el viento salado para que jamás vuelvan, siendo así un simple mal recuerdo.
Recogí mis muy pocas cosas y me puse a andar, sin decir nada.

Todos apreciaban el fuego de la explosión. Los otros 5 se dieron cuenta de que me estaba yendo, se dirigieron hacia a mí.

-¿A dónde vas?-. Pregunta Rain

-Hemos terminado aquí, no tenemos mas razón para quedarnos más tiempo, lo mejor será avanzar hacia la siguiente ciudad. Esta explosión no pasara desapercibida, Celestia se enterara y mandara a tantos ponis como sea posible, lo mejor para todos será ya no estar aquí-. Continúe caminando.
Pero en el momento, un anciano me llamo y me fue corriendo hacia a mí. -¡Jovencito, jovencito,

¿Puedo saber a dónde va?-.

-Lo siento señor pero debemos irnos-. Respondí amablemente.

-¿Pero porque? ¡Quédense ustedes, nadie de aquí les ha agradecido por lo que han hecho!-. Tenía una sonrisa como la de cualquier poni mayor, con los ojos que casi se cierran y la melena color gris con algunas franjas celestes.

-Je, ya habrá tiempo para eso, pero aun no acaba, el gran final todavía no está por revelarse-. Puse mi casco en su hombro

Y en los ojos del anciano tenían lagrimas y de color rojo de la finalmente felicidad obtenida con una liberación tan sencilla como una explosión, pero que requirió un valor que nadie ha tenido en todos estos años. –Gra...Gracias por todo-. Dijo con la voz quebrada.

-Todavía no me lo agradezcas, cualquiera lo habría hecho....yo solo soy un loco con pólvora-. Le devolví la sonrisa, y me retire caminando hacia el norte con mis compañeros detrás de mí.

-Pe...pero-. Alcanza a decirme el anciano.

Gire para verlo -¿Pero qué?-.

-¿Y ahora qué hacemos?-.

-Solo...prepárense, prepárense para el día en que los necesite...para el día del cambio de un nuevo hoy y mañana-. Y continúe caminando.

Un poco lejos de todos alcance a escuchar un pequeño "Gracias", algo débil pero fue suficiente para poder oírlo.

El anochecer nos cubrió por completo a mí y a mis compañeros, dejamos la ciudad de Baltimare libre del gobierno y a cargo de su propia gente como debe de ser. El ruido de nuestras pisadas interrumpía el silencio de la noche. -¿Y ahora a donde vamos?-. Dice Blade –Que yo sepa solamente teníamos en mente Baltimare-.

Solo reí un poco, y mi cabeza se lleno de nervios y recuerdos acerca de mi compañera de tren, de la cual yo había prometido que la volvería a ver, con todo este asunto...quizá ella ya sabe que le mentí acerca de mi propia historia, sentí como se me bloqueaban todos los sentidos pero tuve la suficiente fuerza para responder la pregunta de Blade de manera vaga y sencilla –Manhattan-

Fin del capítulo.  

El Grito de los Caídos (Mlp FanFiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora