Capítulo 18

27.9K 1.5K 197
                                    

22 de agosto de 2015

Hace tanto calor que no sé cómo no nos hemos derretido aún. Iris y yo, como viene siendo normal para nosotras en verano, estamos tiradas en unas hamacas en el jardín de casa. Ya me he quitado la camiseta y estoy segura que dentro de poco también me desharé de mi pantalón para quedar completamente en bikini. ¡Me estoy asfixiando! Estiro la mano y cojo el pulverizador para echarme agua en la cara.

―Tengo que contarte algo ―dice Iris cuando le tiro agua a ella también.

―¿Ha pasado algo?

―No lo sé.

―¿Cómo que no lo sabes?

―Tengo un retraso.

―¿Un retraso?

―En la regla ―susurra―, no sé si estoy embarazada.

―¡Pero eso es bueno! ―Borro mi sonrisa al ver que ella no parece feliz―. ¿Es que no quieres tener un bebé?

―Sí que quiero, ese es el problema.

―Mira, no entiendo nada.

―Me he hecho como mil pruebas de embarazo y ninguna ha dado positivo, tengo miedo de no poder tener niños.

―¿Cuánto tiempo lleváis intentándolo?

―Unos meses.

―¿Menos de un año? ―Asiente―. Entonces no pasa nada, hasta que no pase un año no hay por qué preocuparse.

―Pero nada...

―¿Te has hecho alguna prueba desde que tienes esta falta? ―Niega―. Puede que estés embarazada y estás aquí lamentándote en vez de ir a la farmacia y comprar un test.

―¿Estarás conmigo cuando me haga la prueba?

―¿Por qué no te la haces con Manolo?

―Ay, porque ya han sido muchas negativas y no quiero ver su cara de desilusión otra vez.

―Eres idiota.

―¿Estarás conmigo o no?

―Que sí pesada. ―Sonrío―. Si estás embarazada te vas a poner gordísima.

―¡Oh, cállate!

Nos peleamos durante un buen rato hasta que oímos jaleo en la puerta y salimos a ver quién es. Grito y corro a abrazar a mis amigos de toda la vida, se han enterado de que he venido a pasar unos días y no han duda en hacerme una visita.

―Creíamos que ya te habías olvidado de nosotros ―dice Merche, ella ha sido mi mejor amiga desde que teníamos cinco años.

―Nunca me olvidaría de vosotros, solo estaba trabajando.

―Trabajando, claro ―dice Paula―. Ya nos hemos enterado de que has venido acompañada.

―Es mi jefe.

―¿Y tu jefe se queda a dormir en tu casa?

―Nos llevamos bien.

Es en ese momento que llega Daniel, esta mañana tenía una reunión y no me ha dejado acompañarlo. Mientras aparca todos se van quedando en silencio y mirándolo fijamente, se va a asustar. Cuando baja del coche estiro mi brazo hacia él indicándole que venga conmigo. Al llegar a mi lado entrelaza sus dedos con los míos y sonríe al resto.

―Preséntanos ―susurra Merche.

―Daniel, estos son mis amigos.

Empiezo a decir nombres y él los saluda a todos con una sonrisa. Teniendo en cuenta que son unos diez en total es un gesto que le honra. Cuando estrecha la mano de Javi este entrecierra los ojos y no lo suelta durante unos segundos. Iris se ríe de forma escandalosa y yo ruedo mis ojos. ¿Cómo pude ser novia de este idiota durante dos años?

¿Te burlas de mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora