IX

563 56 1
                                    

Eren pasó las páginas de la revista deteniéndose a mirar apenas las imágenes que se le hacían llamativas o las letras grandes, como disimulando lo ansioso que estaba. De momento se movía de un lado para otro en el asiento o revisaba la hora en su celular, descubriendo que los tristes minutos se hacían cada vez más largos y las voces en la sala se escuchaban más lejos. Era un hospital privado y el movimiento era normal, aunque aquella sala parecía aislada de todo. Era tan silenciosa que hubiera sido un crimen cortar aquella calma.

Del otro lado, Isabel apoyaba su cabeza en el hombro de Farlan, que leía un libro, pasando las páginas tan lentamente que Eren dudaba el si lo estaba leyendo enserio. Hanji había pasado casi toda la hora hablando por teléfono afuera, entrando a intervalos para conversar con Eren. Ella le parecía una persona interesante. Le había contado algunas cosas sobre sus viajes con exagerado entusiasmo y por lo que Farlan e Isabel habían reido un buen rato, diciendo que nadie en el mundo aguantaba escuchar a Hanji por tanto tiempo.

Una enfermera se acercó entonces y todos voltearon hacia ella, la chica revisó algo en el pizapapeles que cargaba y pronunció un nombre diferente al que deseaban escuchar, Eren se tiró en el asiento enseguida, Farlan suspiró e Isabel solo frunció las cejas. Todos estaban ansiosos y no podían ocultarlo en lo más mínimo. Ya los habían sorprendido varias veces de la misma forma.

Eren recordó lo que había hablado con Levi antes de la operación... Una sonrisa se dibujó en su rostro y su mirada se perdió en el blanco del techo. Del alguna manera estaba nervioso por la impresión que podría causarle, tenía el ligero presentimiento de que Levi era más que su pareja... ¿Cómo explicarlo? Cerró los ojos por un momento, la imagen de su recurrente sueño vino a su mente, donde él era salvado por aquel hombre que ocultaba su rostro. Hanji entró en la sala entonces y tronó los dedos, haciéndolo despertar de un brinco.

―Me asustaste... ―murmuró él.

―¿Estás cansado? Esto está tardando demasiado ―respondió ella, cruzando los brazos detrás de su cabeza mientras se acomodaba en el sofa.

―Sí, ya pasó un buen rato ―suspiró Eren.

―Hablemos de algo interesante... ―dijo Hanji y enseguida lanzó una pregunta― ¿Qué opinas de las pesadillas?

Eren sintió la presión encima, ¿sería recomendable contarle sobre eso a ella? Antes de que se decidiera Hanji tomó la palabra.

―Para mí son sólo un sueño más, sólo que sin ese toque fantasioso y perfecto que está lejos de ser alcanzado.

―¿Podrían las pesadillas estar relacionadas con nuestra vida?

―Por supuesto que sí ―respondió Hanji, animada por la pregunta―. ¿No te ha pasado que sueñas algo antes de que pase? Está comprobado.

―Mi padre siempre dice que los sueños son sólo producto de nuestra mente, de cómo tomamos las cosas. No hay nada fuera de lo ordinario en ellos. Pero yo no pienso lo mismo, ¿sabes? Creo que las pesadillas van más allá de recuerdos de nuestra vida.

―¿De otra vida entonces? ―rio Hanji.

―¿Levi Ackerman? ―llamó una enfermera antes de que alzara la vista del pizapapeles, Farlan e Isabel se apresuraron a levantarse al igual que Hanji, Eren sonrió, acercándose tambien. La chica los condujó por un largo pasillo hasta una habitación donde Levi descansaba sobre una camilla, las vendas se apretaban alrededor de sus ojos rodeando su cabeza y había un doctor algo mayor tomando notas.

Luego de explicarles algunas cosas sobre la operación y los cuidados que vendrían después (y de que Levi ordenara que se apresuraran), la enfermera comenzó a desenrollar las vendas. Todos se acercaron lo más posible, impacientes por saber el resultado. Eren se quedo un momento atrás, con las manos apoyadas en sus bolsillos, luego se acercó lentamente hacia el frente.

The only exceptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora