29/05/2016 12:33

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Tu impronunciable nombre, aún en mi cabeza sigue resonando sin yo ser capaz de vocalizarlo.

Para mí serás siempre una ciudad fantasma reteniendo recuerdos pasados repitiendo una y otra vez los mismos pasos. Como una cinta estropeada que se queda atrapada en el mismo gesto sin poder avanzar a las nuevas imágenes.

Muchas veces han intentado hablar de ti, pero es imposible hacerlo sin una daga atravesando el corazón y una película dramática proyectada en la retina.

Y es que quien te ha visto ha contado luego sus malas pérdidas en ti con lágrimas en los ojos y las uñas enterradas en la trayectoria de la línea de la vida.

Queríamos quedarnos la existencia a tu lado, sin embargo acabamos huyendo de ti, dispersos, a kilómetros los unos de los otros con una muralla mental rodeando aquello que es mejor olvidar. 

Pero tú nos guardas a nosotros, desde niños. Juntos, juntos y felices, juntos e irrompibles. Rotos, acabamos sin aliento tras intentarlo mil veces y es que la distancia de nuestros pensamientos nos hizo débiles.

Y yo volvería a aquello, a esa alegría de mi familiar compañía, me da igual que tenga que soportar el sangrar de mis ojos o los clavos al caminar. Mi alma aún sigue allí.

Te pido que te deshagas de mí, de esa parte que tienes de mí. Quizás es mi manía de dejar huella por cada lugar donde paso.

Quizás seas tú quien no quiere tenerme allí y eres incapaz de borrarme.

Quizás es mi culpa y sufrimos los dos.

Quizás debería olvidar de una vez y avanzar.

Quizás me da miedo dejar que gran parte de mí se desvanezca contigo.

Y es que, aún tengo miedo.

12:46

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⏰ Última actualización: May 29, 2016 ⏰

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