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Sonreía con la luz del sol rozándole el rostro, dejando ver al completo y con detalle todas sus facciones.

Podría alguien intentar columpiarse en aquellos mechones rizados de cabello que caían sobre sus ojos, que no lo conseguirían. Quedarían embobados en sus labios, aquellos que tantas veces me habían hecho volar por encima de las nubes, más allá de la atmosfera, más allá del Sistema Solar.

Sus ojos son castaños, y brillan con sinceridad cada vez que me dice "Te amo". Imposible no creerle si puedo notar la ilusión y entusiasmo que le produce pronunciarlo.

Me relajaba entre sus brazos, mi pequeña guarida, sujetándome con fuerza y seguridad podía notar su corazón acelerado que poco a poco se iba calmando, su respiración sobre mi cuello hacía estremecer mi cuerpo hasta el punto de temblar. Acariciaba su espalda dándole a notar que yo también le quería, amaba, deseaba... 

Mis manos se deslizaban por su abdomen hasta alcanzar ese punto, que yo sé, desata su risa. Aunque llorase, aunque le faltase el aire no pararía hasta quedarme satisfecha de aquella hermosa melodía. Como dos tontos, uno detrás de otro, haciéndonos cosquillas pero, y como siempre, él ganaría. Como en todas nuestras batallas, caería rendida por sus besos, sus caricias, sus detalladas sonrisas.

Aquel chico, y en muchas ocasiones niño, descolocaba mis sistemas, derrumbaba mi muro... no... derrumbaba yo el mío, suyo y los demás para poder estar con él, destrozaría cualquier obstáculo por poder volver a respirar su aroma, oh su fragancia... tan delicada, aunque con colonia pueda cubrirla yo seguiría indentificando ese suave toque de arboleda del norte, de mi antiguo hogar. 

Tanto me hacía viajar sin ni siquiera moverme, llevarme mil veces a mi paraíso, aunque este sea en cualquier parte con él, tú sabes, cualquier parte pero contigo.

08/03/2015 1:56

yisuscitrus

Inspiraciones Nocturnas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora