Yo y mis idioteces

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THOMAS POV:

No sé por qué lo hize. Tal vez sólo fue un impulso, algo que surgió por el momento. Tal vez fue una manera de consolarla.

O, tal vez, sólo tal vez, lo quería hacer desde hace mucho tiempo.

La cosa es que lo hize.

Una descarga eléctrica me recorrió por completo en cuanto mis labios tocaron los suyos, empezando en los labios y terminando hasta en las puntas de mis pies. Las manos de Grace volaron hacia mi cabello, enredando sus dedos en él y tirándome más cerca de ella si era posible, y yo hacía lo mismo con su largo cabello castaño rojizo. Puse las manos en sus mejillas, acercándola aún más hacia mí, y ella aferró mi cabello con sus frágiles dedos. Nos besamos apasionadamente durante unos minutos, sin siquiera pensar que yo tenía novia y que ella salía con alguien. Sin siquiera pensar que en cualquier momento podría entrar alguien ya que no le puse cerrojo a la puerta. Sin siquiera pensar que, técnicamente, nos odiamos.

No, por esos momentos, lo único real y existente éramos nosotros y ese beso.

Pero me estaba quedando sin aire. Mis labios se separaron de los de ella y, cuando lo hize, sentí que algo vital me faltaba. Algo tan vital como respirar... pero no porque me había quedado sin respiración. La miré; sus ojos azules brillaban de confusión y de algo más que no pude identificar. Luego, como de repente, la realidad me golpeó como un martillo;

Había besado a Grace.

Me separé de ella tan rápido como si quemara, y me levanté, empezando a caminar nerviosamente por la habitación. Ella se había quedado muda, hasta que balbuceó:

- ¿Qué... acaba... de pasar? Thomas, ¿qué... qué fue eso? -dijo entre jadeos, y traté de ignorar que, cuando dijo mi nombre, sentí una nueva oleada de electricidad.

Todavía tenía ese impulso, ese sentimiento, y quería volver a besarla.

- Dios... Thomas, ¡tienes novia! ¡Y yo tengo a Austin! ¿Qué les vamos a decir? -se empezó a hiperventilar, así que fui hasta ella, la agarré fuertemente de los hombros y le dije con dureza:

- Nadie sabrá de esto nunca, ¿okay?

- ¿Ni siquiera Meg y Chris?

- Ellos... no lo sé. Creo que saben guardar secretos. -le respondí. Ella afirmó con la cabeza, y sus azules ojos viajaron hasta mis manos, que seguían en sus hombros. Las quité rápidamente, aún sintiendo esa electricidad entre los dedos.

- Okay, me tengo que ir. -dije al cabo de unos incómodos segundos de silencio.- Debo ir a estudiar...

- Sí, si, claro. -dijo ella distraídamente mirando el piso.- ¡Espera, Tom! -me llamó en cuanto salía de la habitación. Volví corriendo a su lado.

- ¿Si? -dije esperanzado.

Soy patético.

- El libro de Meg. -dijo ella, señalando al atiborrado escritorio de Meg.

Traté de no decepcionarme, y entonces ahí recordé el porqué había venido.

- Ah, cierto, porque...

- Viniste por eso... -completó ella, y reímos como idiotas, nunca mirándonos. Luego encontré el libro, lo tomé y me fui de la habitación tras un simple "adiós".

Ese cosquilleo eléctrico aún no se iba, y aún sentía ese impulso.

Aún quería volver a besarla.

CHRIS POV:

Ya era de noche. Heather ya se había ido con la excusa que tenía tarea, pero probablemente debía estar enrollándose con algún otro chico. Aún así, no me importaba. En lo único que podía pensar era en Meg. ¿Alguna vez habían hecho algo estúpido, pero tan estúpido que no saben si reír o llorar?

2 Amigas y 2 IdiotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora