El Color del Pecado

Capítulo 05

Llego la noche y Lena estaba sentada en la cama cubriéndose con las frazadas había usado su propia ropa de dormir y estaba esperando a la rubia pero no llegaba y no supo en qué momento se quedó dormida quiso acomodarse y no pudo abrió los ojos y sus sentidos se pusieron alerta sintió la mano de la rubia de nuevo en su cintura, se acomodó sin quitar la mano de Yulia de su cuerpo observo la mano de Yulia sus brazos eran largos y sus manos delicadas y finas sintió la respiración de Yulia en su cuello y se le erizo la piel de las cosquillas que le hacía y volvió a dormir, los siguientes días estaba fastidiada veía por la ventana, salía unos minutos de la habitación unos minutos a curiosear el palacio pero no se atrevía a ir más allá por temor a ser reprendida

- Creí que ya dormirías – Dijo Yulia
- ¿Para qué me trajiste aquí? – Dijo Lena
- Ya lo sabes Elena, te quiero para mí y quiero poseerte
- ¿Y cuándo te hartes de mí? ¿Qué pasará? ¿Volveré a casa como si nada hubiera pasado?
- ¿Quién dijo que me cansaré de ti?
- No lo sé yo sólo... Estoy harta de estar aquí
- Pues no sales porque no quieres, según sé te gusta leer la biblioteca está en el ala este tercera puerta, puedes hacer cualquier actividad que te plazca
- Gracias – Dijo aliviada
- Ya que llene una necesidad tuya quiero que te quites eso no volverás a usarlos
- Pero...
- Trajeron varios modelos para que los uses diario, así que quítatelo

La pelirroja bufó no tendría caso discutir con ella si terminaría haciéndolo después de alguna otra amenaza por parte de la rubia, se levantó y saco la ropa y camino al baño

- No, no, no hazlo aquí
- Pero...
- Sin ropa interior
- Pero...
- Ahora, que quiero dormir

Lena empezó a quitarse su ropa y un sonrojo cubrió su rostro el saber que por primera vez se desnudaba frente a ella podía ver el deseo en sus ojos en las mañanas o cuando la veía y ahora que se desnudaría frente a ella podía imaginar su mirada se desnudó rápidamente para ponerse el otro enseguida y estar desnuda lo menos posible sintió el aire recorrer su cuerpo desnudo iba a deslizar el camisón por sus brazos y cabeza cuando sintió unas manos tomar su cadera y acariciar su estómago, caderas y espalda desnudas bajo las manos y Yulia aprovecho para besar su cuello y acariciar su cuerpo

- Ya no voy a esperar más Elena
- Lo sé – Dijo nerviosa
- Ven aquí

La guio a la cama y se recostaron ambas, la pelirroja desnuda y sentía las manos de Yulia recorrer su cuerpo debía aceptarlo jamás sintió aversión, rechazo, repudio o algo contra Yulia y extrañamente se sentía tranquila la rubia beso su cuello y acaricio los pechos haciendo que Lena diera un salto mordió su lengua para que no saliera nada de su boca sentía sus pechos ponerse rígidos y su respiración agitarse y los labios de Yulia en su cuello e ir bajando lentamente por su esternón, su estómago y vientre, por sus piernas su respiración era más agitada jamás nadie nunca la había tocado de esa forma ni si quiera ella al ducharse, sentía tanta pena y cuando sintió la mano de Yulia en su intimidad dio un salto y un grito ahogado de la sorpresa sus manos fueron hacia la de la rubia intentando detenerla pero la rubia ignoro el hecho y acaricio los labios mayores unos minutos y luego se hundió en ellos jugueteando un poco y poniendo a Lena más ansiosa y nerviosa de lo que estaba, la pelirroja sintió los dedos de Yulia tocar un punto demasiado sensible en su cuerpo que la hizo tensarse

- Tranquila, relájate – Le dijo Yulia al oído
- Yo no...

Yulia siguió acariciando el pequeño botón de la pelirroja que estaba inmóvil pero su respiración estaba muy agitada, apretaba los ojos y mordía su labio y por momentos arqueaba su espalda intentaba no pensar en la pena o vergüenza que sentía al estar desnuda frente a Yulia y que la joven Duquesa la tocara a su placer apretó las frazadas la rubia pudo ver como la espalda de la pelirroja se arqueo levemente, Lena sintió que sus piernas temblaron sin que pudiera controlarlas y algo la invadió sentía que moriría, su corazón latía a prisa y Yulia movía sus dedos más aprisa su boca se abrió, apretó más los ojos, las frazadas y luego nada solo su pecho subir y bajar necesitado de aire sentía el sudor correr por su cuerpo y ni si quiera se movió sabía que Yulia la observaba y temía encontrarse con sus ojos azules