O n c e

144 19 0
                                    

Así que tomé mi guitarra y me dirigí con un ramo de rosas a tu casa.

No sabía cómo hacerlo, nunca le había dedicado una serenata a nadie y tampoco tenía buena voz.

Inseguro, comencé a cantar la canción que tenía preparado para ti, tú aun soñolienta, te asomaste a tu balcón y me miraste confundida.

Al terminar la canción, tú bajaste a mi encuentro, me dedicaste una sonrisa.

Ambos nos mirábamos con deseo.

Así que te besé.

Hola, ¿Quiéres Ser Mi Novia? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora