S e s e n t a y U n o

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—No puede ser, permítanme hacer algo por ustedes—propuso mi padre en cuanto se acerca al tuyo—. Han sido tan solidarios en acompañar a nuestra familia en momentos críticos con Amelia, que siento que debemos hacer algo por ustedes.

—No creo que se pueda hacer algo, mi trabajo en Italia comienza el lunes y el vuelo es mañana, se los agradezco de todo corazón, son una familia ejemplar.

Tu padre te hizo señas para que te despidieras.

Me miraste melancólica y con las lágrimas almacenadas en tus pupilas susurraste en mi oído que me amabas, te abracé una vez más, pero esta vez deposité el beso en tus labios.

—Tal vez puedas trabajar conmigo, ayer mi jefe hizo algunas entrevistas de trabajo, pero no quedó satisfecho con ninguno de aquellos hombres, estoy seguro de que te podrías quedar con algún puesto, además el salario es muy bueno—ofreció mi padre.

A tu padre se le escapó una sonrisa y la chispa de esperanza en sus ojos era evidente, él tampoco quería mudarse a otro país.

Hola, ¿Quiéres Ser Mi Novia? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora