El día de hoy te contaré una segunda historia, aunque antes te contaré aún más sobre la pequeña vida inconclusa de Marifer.
Hoy te diré cómo fue su pequeño comienzo de una nueva vida.
Marifer se encuentra en esa cabina con una persona abriendo la puerta de la misma.
El aire es difícil de respirar, pero ella está tan tensa que le cuesta aún más trabajo hacerlo adecuadamente. La puerta se abrió.
Sus ojos negros ahora hinchados del llanto se encuentran con los de su padre los cuales están llenos de culpa.
Marifer sale poco a poco y nota el cadáver de una mujer.
Su reencuentro debió de ser con una sonrisa y no con llanto, la mirada del padre está llena de ese patético dolor, mato a esa mujer.
Lejos de ese lugar, una chica con una visita artificial llega a la base como nuevo títere de la Nación.
Entra por esa puerta con aquel traje gris tan representativo de su Nación, ha llegado a la base.
Obviamente está sonriendo pues su vida a mejorado desde que la joven de veinte años de edad paso por sucesos tan trágicos, la pobre chica no sabe lo que está a punto de vivir.
Se encuentra con muchas personas, todas con el cubre bocas que normalmente se usaba para evitar enfermedades.
-Oh una nueva.- exclama una mujer madura con un poco de actitud maternal.
-Mi nombre es Gabriela, encantada de conocerlos.- ella sonríe pero al parecer no muchos toman importancia.
La mujer madura empieza a reír a carcajadas, un hombre la ve y comienza a llorar para luego abrazarla.
-¿Elizabeth?,¡No estas muerta!,¿Porqué tus ojos son violetas?, Te extrañe...¡No vuelvas a dejarme sola.- el hombre la abraza de una forma agresiva.
-¿pero qué..?,¡Suelte, no soy Elizabeth, mi nombre es Gabriela!.- el hombre la suelta y la vuelve a mirar con los ojos aún más llorosos.
-Lo siento, soy tan patético que ya hasta confundí su rostro.- Llora aún más y Gabriela lo observa.
"¿Todos aquí están locos?" Piensa la joven.
Entra el general de aquella unidad y les hace la señal de que se preparen.
Todos comienzan a partir a pie incluyendo a Gabriela.
-¿A donde vamos a ir?.- pregunta la joven.
-Por aquí se esconden algunas personas de otros países, la mayor parte de hablá hispana así que supongo que son latinos o algo por el estilo.
Muchos de ellos son familias que quisieron venir a vivir aquí por la "calidad de vida", nunca pensaron que llegaron en la peor época para hacerlo.- Explica una joven de unos dieciocho años.
En total son unos veinte los que están en la basé.
Todos llegan a ese lugar, y la mujer mayor se sienta con Gabriela.
-Dejemos que ellos hagan todo. Quiero saber más se ti, no se si sea sólo tú físico pero de alguna manera hay algo que me atrae hacia ti, no me malinterprete pero te pareces mucho a mi hija, claro que ella era mucho más infantil.- Dice la mujer.
-¿Era?- contesta
-Un día sólo me llevaron el cadáver, agradezco a Dios por lo menos que me haiga dejado despedirme de ella- sus ojos se ponen llorosos pero se limpia con la muñeca.-Bueno cuenta mejor sobre tu vida ya que la mía es aburrida para ti.-
-Antes que nada lo siento. Como decirlo, mi vista es artificial ya que la perdí cuando tenía once años, cuando mi hermano llegó algo tomado de el trabajo así que discutió con mis padres y yo me asuste, cuando baje el rompió una de las ventanas de manera que me asuste y corrí con mi madre lo cual fue algo estupido porque estaba aún más cerca de la ventana que estalló en pedazos.
Esos pedazos pequeños cayeron en mis ojos, mi vista se tornó en un color carmesí.
Ya no recuerdo mucho,pero imaginaba lo hermoso que sería el mundo cuando abriera los ojos. Crecí sola, porque uno de esos días mi mamá fuera asesinada por causa de la absurda guerra, unos tipos de una Nacionalidad extranjera la mataran a sangre fría mientras yo estaba escondida por allí.
Cuando salieron esos hombres salí corriendo para saber si mi madre estaba bien, el piso estaba cubierto de algún líquido que salía de algo pesado, ese objeto inerte era mi madre de la cual toque su rostro aún tibio, mis lágrimas brotaban de mis ojos. Yo de alguna manera esperaba que contestara a mis palabras llenas de dolor, así como en esas lindas películas de fantasía, estupido pensar que mi madre viviría después de que le dispararan en esas zonas.
Mi padre estaba en el extranjero y de algún modo dejo de contestar mis cartas, así que espero lo peor; mi hermano estaba tan arrepentido que hace aproximadamente diez meces me llevo con un hombre que decía podía curar mis ojos. ¡El tratamiento era horrible!, Poco a poco retiraban mis ojos anestesiados durante varios días, dolía a pesar de todo. Terminando esto me instalaron algo así como otros ojos, sin embargo estos estaban mucho más pesados, supongo les colocaron algo.
Vendaron los mismos unos diez días, el día que quitaron la venda me dolió un poco ver la luz del día porque ya no estaba acostumbrada a la misma, pero después de que esto se me pasará los colores eran un poco opacos, yo recuerdo este mundo más hermoso, esos colores tan vivos desaparecieron. Ahora estoy aquí para proteger a la gente.- Explica la joven
-Bueno yo vengo de una ciudad pobre...- la mujer es interrumpida apuñalada por uno de los extranjeros que viven en ese lugar.
Gabriela grita y corre hacia otro lado, la chica de dieciocho años le dispara a el hombre que mató a la mujer mayor.
La joven Gabriela llora al ver que la mujer está muerta, observa el color más vivo desde que recuperó la vista, ese color hermoso.
De su cuello sale un rojo vivo.
Cuando deciden regresar se dan cuenta de que sólo hay unas 17 personas, aunque Gabriela sólo recuerda la mujer mayor.
Les llevan un vaso de agua a los de la base, ahora Gabriela tiene la misma mirada que todos cuando llegó.
La comida son reservas enlatadas, el alimento es esencial.
Gabriela termina de comer y bebe el vaso de agua que le correspondía.
Luego pone las manos sobre su cara y llora sin temor a ser juzgada.
-¿Porqué ocasionas esto Dios?, Ya perdí a mi madre y ahora a ella.¡Eres cruel!.- Grita
-El hombre es el culpable de todo lo que está pasando en este mundo, acostumbrate a esto que apenas es tu primer día, debes sobrevivir.- Dice la joven de dieciocho, tiene el pelo muy rizado y las pestañas con rímel viejo aunque de alguna manera tiene un aspecto lindo.
-Pero,¿porqué me dejó sola?, ¿Porque deja que mueran las personas que quiero?- Dice Gabriela entre lágrimas.
-Estas equivocada, el alma nunca muere sólo se libera del cuerpo. Pasará la eternidad en un paraíso o un lago de fuego, bueno solo es la creencia que me dejó mi padre y yo estoy segura de que es verdad,Si tanto crees que existe un Dios entonces debes tener Fe y seguir sus palabras, si solamente le reclamas sobre lo que pasa en tu vida y no aplicas sus leyes entonces eres hipócrita.- Sus palabras quedaron guardadas en la mente de Gabriela.
-Lo siento, ¿Cual es tu nombre?, El mio es Gabriela.- pregunta.
-Mi nombre es Violeta, encantada.- Sonríe y le da la mano.
En el anochecer todos fueron a dormir,a Gabriela le tocó dormir con una chica de unos catorce.
Ya al amanecer llegó otra persona a la puerta, un niño de doce años con una actitud algo caprichosa e infantil.
Llegó a molestar a Violeta con palabras para intentar ligarla y luego quería tomar su mano. Al ver que Violeta ya se estaba molestando por su actitud Gabriela llego a su pequeño rescate.
-Deja de joder mocoso.- Dice Gabriela algo cabreada.
-Pero miren quien está celosa.-El niño la abraza por la cintura.
Gabriela lo avienta y se retira al sanitario, el niño la sigue.
-Deja de seguirme.- Molesta dice con los ojos cerrados.
-¿Quieres perdonar a este pequeño admirador tuyo.- el niño hace una reverencia y se arrodilla.
A ella le causó un poco de ternura pero no quiso demostrarlo así que sólo abrió los ojos.
-Estas bien.- en ese momento llevaba una blusa un poco escotada.
-Cubra su pecho que corrompe esta inocente mente mi lady.- dice en un tono un poco burlón pero en la misma posición de reverencia, después se levanta.
-Ya calla mocoso.- desvía la mirada y le da un golpe en la cabeza mientras el ríe de la joven.
-Es broma, ¿Cual es tu nombre?.- El niño sonríe inocentemente.
-Gabriela, ¿Y el tuyo?.-pregunta ella.
-Soy Ian.- Le guiña un ojo.
A el le encantaba molestarla, tal y como lo haría un hermano.
Ella comenzó a tomarle cariño, cuando salían siempre lo protegía.
Talvez encontró ahora una razón para seguir en esa guerra, no la en que muchos eran obligados a estar, más bien en esa guerra emocional para mantenerse con vida.
En muchas ocasiones casi matan a Ian pero la joven siempre hallaba una manera de salvarlo.
El era para ella parte de su familia.
Otro día el estaba en el comedor con ella, la joven entró a la cocina y el permaneció en el lugar.
Había una puerta para entrar al sitio, esta puerta estaba abierta y un hombre de una pinta pelirroja entra emocionado para gritar que lo ha encontrado.
Al parecer es un hombre de otro país que buscaba la base.
Vio a Ian y le apuñaló, dejo la navaja en su vientre.
En cuanto Gabriela escucho salió corriendo y vio a Ian en el suelo y tomó la navaja así que corrió hasta alcanzar a ese hombre, encajó el puñal en su cuello y luego en su pecho.
El hombre calló,Gabriela se dio cuenta que atravesó un pedazo de papel.
Cuando abrió su bolsa se dio cuenta que no sólo el cuerpo del hombre estaba ensangrentado, la fotografía de una niña pequeña.
Esa niña ahora ya no tiene un padre del cual sentirse orgullosa, Gabriela lo mato.
Corre hacia el baño con la navaja en la mano, se quita el cubre bocas y corta sus mejillas como castigo.
-Maldita asesina.- Se grita así misma en el espejo.
Su cara esta cubierta de sangre, sus manos también.
Violeta toca la puerta y grita que la abra.
Gabriela sostiene la navaja, la pobre esta llena de culpa.
Su rostro tiene heridas al rojo vivo.
Sus ojos bañan su rostro con sal.
Ahora comprende lo que es la realidad, pero es probable que no quiera quedarse en ella.
De verdad se verá patética si se quita la vida por esto, esto era normal en un lugar como este.
Todo es su desicion, pero dudosa esta por la correcta.Fin del capitulo 2...
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Dolore, ¿Guerra Por Tu Amor?
Science FictionEstas en una guerra donde todo lo que tienes es una vida controlada por un gobierno corrupto que no te permitirá vivir tranquilo. Tu muerte es un alivió para la nación pues ya no vas a respirar el aire de tu familia, no beberás el agua de tu pueblo...