Un baile para dos.

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—¡Papi!

Olvide el momento de mi vida en el que deje de creer en las personas.

—Ven aquí hijo, lanza el balón mas fuerte ¡Hacia mi esta vez!

Antes creía que un padre jamas podría llegar a ser violento con sus hijos.

—¿Así?

Antes creía que mi familia nunca seria victima de nada.

—¡Woaa bien hecho hijo!

Todas esas cosas en las que creía, ya no existen, al igual que lo que alguna vez fue mi familia.

—Señor...—Me llamo el niño que jugaba con su padre hace unos segundos—¿Podría pasarme el balón, por favor?

—Claro...—Me levante dejando mi álbum a un lado y patee el balón en dirección del pequeño, lo suficientemente fuerte para que llegase a sus pies.

—¡Gracias! Woah ¿Ese soy yo?—Dijo sorprendido mirando mi álbum con algunas fotografías instantáneas que acabo de sacarle—¿Puedo verlas?

—Si, eres tu de todas maneras...—El niño comenzó a pasar foto por foto, su padre se acerco tras él.

—¿Suele tomarle fotografías a la gente sin su permiso?—Objeto el hombre barbudo, parece muy cascarrabias.

—En realidad, acostumbro tomarle fotos a la gente y luego pedir su permiso, si a usted le parece puede quedarse con ellas, con una simple condición...

—¿Cual?—Protesto el sujeto de barba fea.

—Déjeme quedarme con una para ponerla en mi álbum, suelo venir aquí y hacer lo mismo, todas las demás serán suyas...

—¿Y si me niego?

—Amm, no lo se, nunca antes alguien se ha negado, pero en todo caso dejaría que se las llevara y ya...

—¡Papá! Deja que se quede con esta, su álbum parece algo muy importante, seguro lo cuidara...—El niño me entrego una de las fotos en mis manos, yo le sonreí agradecido.

—Gracias—Hice una reverencia.

—¿Para que es el álbum?

—¿Eh? Mmm...—Mire un rato el libro que el niño había tomado entre sus manos, esta colocando la foto en un espacio libre—Pues, la gente esta tan acostumbrada a guardar sus recuerdos en la computadora, pero yo prefiero lo clásico y anticuado como esto, no tengo familia o personas a las que tomarles fotografías... Así que quiero hacer esto, porque las personas suelen mostrar las sonrisas verdaderas cuando ellos no se dan cuenta, quiero guardar eso...

—Alguien podría golpearlo si hace eso ¿sabe?

—Ya lo han hecho en realidad...—Dije rascándome la nuca—Gracias de verdad por permitirme guardar una foto de su pequeño...

—Mas te vale que te vea por aquí otro día, si no creeré que eres un acosador, te buscare y te golpeare...—Sonreí ante la amenaza del hombre robusto, él es nuevo en el vecindario, eso lo denoto, por eso lo elegí, para conocerlo mejor.

—¿Como te llamas?

—Soy Byung Hun, llámame Byung si quieres...—Baje a la altura del niño—¿Que hay de ti? ¿Como te llamas?

—Leo, y te llamare hermano, gracias por las fotos, la próxima vez traeré mi uniforme y ¿Me sacas mas fotos? También tengo un balón nuevo y...

—¡Leo! Lo abrumas, hijo, solo vayámonos a casa, mamá nos espera para desayunar...

—Si, papá, nos vemos luego hermano...—El hombro me miro aprobadoramente, o fue eso o le arden los ojos, como sea tomo a su hijo entre sus brazos y se alejaron. Volvi a sentarme en el pasto.

NUNCA FUE MI DECISIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora