Cápitulo 6.

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4 meses antes.
Todo había cambiado, Anna se había enterado de que Abraham estaba enamorado de ella. Aunque ella ya no quería saber de él, después del daño que le había causado, no sabía si era correcto intentar algo con Abraham.
Después de pensárselo mucho, accedió.
Él le envío un mensaje.
Abraham: ¿Irás hoy a la escuela?
Anna: No lo creo, ¿por qué?
Abraham: Pensé que podríamos salir hoy.
Anna: ¿A dónde?
Abraham: Al centro de la ciudad, ¿Me acompañas?
Anna: Claro, ¿dónde te veo?
Abraham: Paso por ti a tu casa.
Anna: Jaja, ¡No! Mejor te veo en la parada de autobuses y de ahí nos vamos.
Abraham: OK, ¿A las 2:00 pm?
Anna: A las 2:00 pm.
Abraham: Bueno, allá nos vemos.
Se desconectó y Anna siguió platicando con sus amigos.
Al cuarto para las dos, ella salió de su casa para verse con Abraham. Llego puntual al lugar de la cita. Él aún no llegaba, pasaba el tiempo. Diez minutos. Quince minutos y nada. Ella pensó llamarlo, pero había olvidado su celular. Entro a un café internet con la esperanza de que estuviera conectado.
Anna: ¿¡Dónde estás!?
Abraham: Cerca de tu casa, por una farmacia, ¿dónde estás tú?
Anna: En un café internet, está a la vuelta de la farmacia. Quédate ahí, ahora te veo.
Anna sacó dinero para pagar el uso de la computadora, en cuanto iba saliendo, lo vio ahí, camino hacía ella. Abraham se acerco a ella y la abrazó con fuerza por al menos 2 minutos, cómo si fuese la última vez que la vería, como se abraza con el corazón, como se abraza cuando se ama a alguien.
Caminaron hacía el autobús y se dirigieron a una tienda de cómics, él compro varios que le hacían falta. Al pasar por la librería, Anna vio un libro que llevaba mucho tiempo que quería leer, pero no había podido comprar. Se quedo mirándolo, él lo noto y dijo que lo compraría para ella. Al principio no accedió, porque no quería hacerlo gastar en sus tonterías, pero él la convenció al decirle que lo leerían juntos. No podía rechazar algo así. Eso significaría volver a verlo.
Al salir, él la tomó de la mano. Caminaron juntos por parte del centro de la ciudad, entraron a un local a jugar videojuegos, él le compró un reloj de bolsillo. Fue un sueño estar con él. Aunque aún seguían siendo amigos.
Al final del día, se sentaron cerca de una fuente, mirando la puesta de sol. Él se acerco a ella y la besó. Al terminar el beso, hubo otro. Caminaron para tomar el transporte de vuelta a casa, tomados de la mano, haciendo paradas para abrazarse o darse un dulce beso.
Cuando iba en el autobús, una parada antes de bajar, él le preguntó: ¿Quieres ser mi novia?
Había esperado demasiado para escuchar eso, por fin estaba sucediendo, aunque dudo la respuesta, pues no estaba segura de acceder. Dijo que sí.

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