Images. ‹Jikook›

Imagen 6.

Cada día que recuerdo tu mirada se me congelador el corazón y ni el abrazo más cálido puede calentarlo. Necesito que vuelvas, Jungkook, aunque sea para seguir odiándome.

-Imagen número 6-
Nunca se volvió a hablar del tema. Sólo supe que lo mataron y que le causaron cortes en los brazos y luego se los quitaron. Acabó muriendo desangrado y por la bala que coló su pecho en busca del corazón, que resultó no tocar nunca.

En esta foto estabas sentado en el césped del parque, habíamos traído a Scott con nosotros y, aunque te costó bastante, dejamos a tu madre sola en casa. No querías porque podría entrarle hambre y obligatoriamente debía de hacerse ella la comida. Tras unos largos intentos accediste con la cara de amargado de siempre y salimos.

Estabas sentado, con las piernas cruzadas y los codos apoyados en las rodillas, sobre la manta que había traído para no ensuciarnos mucho y poner la comida que había preparado. No quería que las hormigas se comieran tu parte, aunque sabía que ellas serían las únicas que lo harían, que tu no probarías ni un trozo. Pero me sorprendiste cuando cogiste varios trozos del bizcocho que hice con mis propias manos. Dijiste que estaba realmente bueno, que te encantaba el sabor a limón.

Tus pelos se movían al encuentro de estos contra el viento y de tus jugueteos con el perro que acababais siempre revolcados por el suelo. Parecías ser el hermano mayor del perrito, con quien tenía que jugar si o si. Y en cierta parte no me molestaba, pues estaba jugando con él y te reías. Pero cuando se trataba de mi, ponias la cara larga y me mirabas con angustia y miedo. Nunca entendí porqué tus miradas hacia mi eran diferente a las del resto de las personas. Pensaba y pensaba y solo sacaba algo en claro que me negaba a creer; me odiabas.

Sudabas un poco, ya empezaba a hacer calor y traías una camiseta de manga corta, aunque te mantenías con la sudadera puesta, por alguna razón. Yo saqué algo de beber de la nevera.

-Vienes muy bien preparado. -Dijo en un tono serio.
-¿Crees que alguna vez vendrán y te hablarán o algo?
-Quién sabe. Quizás hasta te maten.

Esa frase me sonó fría y así la percibí. Era algo que no esperaba que dijeras así. Está claro que ya había pasado por mi mente la idea de que pudieran matarme, más que nada porque mataron ya a una persona cercana a él. Pero que lo dijera en ese tono y sin ninguna preocupación me rompió el alma y el amor que sentía por él empezó a camuflarse con un enfado y una impotencia que no sabía si podia contener.

-Los veo, están los tres hoy, desde distintos ángulos.
-Juntos son más fuertes, deberíamos irnos. -Dijo el haciendo el amago de levantarse.
-No van a estropear nuestra ci... tarde.

Me miró extrañado, llamó al perro rápidamente para ponerle la correa y que no se fuese muy lejos para que no se topara con esa gente.

Quince mil minutos después de un silencio infernal empecé a recoger y tu entendiste que nos iríamos. Estabas calmado, ambos nos dimos cuenta de cómo los otros se disponían a seguirnos y mi corazón se aceleró mientras tú actuabas con total normalidad, como si no fuese la primera vez y yo sabía que no lo era.

-Cuando estabas con Jin, ¿sabías que lo matarían? -te pregunté saliendo del parque.
-¿Crees que no habría hecho nada para evitarlo?

Me paraste y me miraste a la cara.

-Sabía que a Yoongi no le gustaba mi novio, pero nunca pensé ni demostró que llegaría a ese punto.
-¿Lo volvería a hacer? -Pregunté mirando a mi alrededor.
-No me sorprendería. -Seguiste andando.- Sé que no quiere nada conmigo. Pero tampoco quiere que tenga con nadie.
-No lo entiendo. -Dije cogiendo algo de agua.
-No se trata de entenderlo, Jimin, se trata de darse cuenta de las cosas. Y todavía tardas, y mucho.

No volviste a hablar, ni a mirarme, ni a siquiera pensar en mí. Lo sé porque te colocaste los cascos y allí yo ya no estaba. Pero... ¿De que se supone que debo darme cuenta? ¿Qué es lo que pasa?

Dejé que andarás hacia delante y yo me quedé parado. Sabía que tu no te darías cuenta y si lo hacías pasarías de mí. También pude ver que ellos no se detenían si tu no lo hacías. Aproveché y escribí mi número de teléfono en una de las servilletas que traía. Paré a una persona que pasaba por ahí y le señalé un chico diciéndole "dale esto, por favor". Esa persona le entregó la nota a Yoongi y yo esperaría el mensaje.

Pensaba hablar con Yoongi para saber qué pretendía, qué hacer, cómo seguir.