1+1... ¡Es tan lindo!

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{ Miércoles 5:45 pm }

— Haremos algunos ejercicios... Debes practicar... Ve por allá.

Respondió a cada interrogante foráneo en lo que esbozaba aún esa curvatura en sus labios gruesos, encaminándose junto con el contrario en dirección a la zona dónde había dejado su automóvil. Mientras tanto, con la siniestra, buscó en uno de sus bolsillos las llaves del transporte para sólo presionar el botón que desbloquearía las puertas para que al acercarse el muchacho de cabellos más claros pudiese entrar por la puerta contraria a la suya.
Cuando se acomodó en su asiento, procuró arreglar su vestimenta un poco hasta que colocó las llaves en la ranura y dar a encender el motor, esperando que su acompañante sólo colocase su cinturón como lo había hecho él antes, y arrancar.

— ¿Has estado practicando aún así? ¿O debo comenzar de cero?

Inquirió, quitándole la mirada de encima para ponerla en el camino frente a ambos, permitiendo que sus dígitos palparan el manubrio, pensando los temas que tenía que recordar y repasar en su mente dependiendo de la respuesta que obtuviese antes.
Algunas calles pasaron, y sus miradas se encontraban de vez en cuando, pero cuando su alumno decidió hablar, sus ojos no se le quitaron de encima hasta que la luz del semáforo diera verde.

— He practicado un poco... Sólo tengo algunas dudas, no es demasiado... Además, creo haber repasado cosas que ahora las noto más fáciles de hacer que antes. Prometí aprender~.

El de labios en forma de corazón hablaba de una manera en la que Jong In creía sumamente adorable, y era extraño, porque él no se consideraba ni homosexual, ni pedófilo a sus 25 años, pero no sabía la razón de esas sensaciones "nuevas" que podía experimentar con ese muchacho bastante menor que él.
No respondió a sus palabras por el simple motivo de que al sólo doblar en una de las últimas esquinas de la numeración de la calle, el coche yacía en la puerta de su hogar.

— LuHan, ya hemos llegado, debemos quitarnos los zapatos al entrar. Pero siéntete como en casa, por favor.

Habló en un tono tranquilo después de haber estacionado, y salido junto con el adverso del auto. Los dos se encaminaron hacia el frente del apartamento pero sólo el moreno tomó la delantera para así poder ingresar allí, quitándose el calzado como dijo dejándolo después en uno de los lados de la entrada.
Su abrigo también se lo quitó habiéndolo dejado en el perchero mientras que su alumno lo seguía como un obediente cachorro, copiando sus pasos. El invierno de afuera era insoportable pero gracias a la calefacción podían andar en simples prendas que no sentirían frío alguno, aunque al alto le gustaba beber café aunque no hicieran temperaturas bajas allí dentro.

— ¿Quieres algo de beber? Tengo café, té, leche... Creo que para acompañar también hay galletas dulces, y saladas. Deberías escoger.

Para ser sincero, el de cabello negro parecía mucho más infantil de la edad que traía y aparentaba en el trabajo o en la calle. El estar en su hogar, lo hacía distenderse para que terminase por ser un adolescente más que merendaba a la hora que todos levantaban de la siesta, por lo que eso a LuHan le hizo un poco de gracia pero también unos retorcijones en el estómago que lo mantenían sonriendo cuando se encaminó con cuidado, habiendo pedido permiso previo, al sofá del living.

— Uhm... Té, y con un poco de leche por favor... No quiero fastidiar tampoco... Comeré lo que usted.

Respondió con un suave color carmín en sus pómulos, terminando por desviar su mirada a algún lugar que lo tranquilizara, especialmente fuera de esos ojos oscuros que lo colocaban más tonto de lo normal.

——————

{ Miércoles 6:30 pm }

Unos cuantos minutos tardó en terminarse todo, una bandeja, una taza de café y otra de té, acompañadas de unas galletas tanto dulces como saladas y un Jong In sonriente que se dirigía hacia dónde su menor para dejar lo mencionado en una pequeña mesa circular frente al sofá.
Todo listo, terminado, y lo necesario sobre la mesa para que los dos se dispongan a repasar, estudiar o enseñar.

— Woah, eso se ve delicioso, muchas gracias señor Kim.

Articuló el de piel pálida al momento que observó al ajeno volver con todo aquello preparado, mientras corría de su regazo los cuadernillos de Matemática con hojas sueltas, y su cartuchera.

Ambos dos yacían tanto sonriendo como disfrutando de la merienda en tanto de a poco se propusieron comenzar con las tareas que Jong In debía explicar y LuHan aprender, haciendo que aquella tarde no fuese más que un agradable momento que seguramente ninguno olvidaría.

Profesor Kim. « KaiLu»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora