¿Amigo de Alice?

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Una mañana lenta y pesada transcurrió LuHan aquel día. De verdad el de piel pálida estaba casi "agonizando" de aburrimiento por la clase de Historia que estaba teniendo, y los fuertes pensamientos que invadían su mente, junto con imágenes rondando en su cabeza como abrazos con su profesor de Matemática, sensaciones extrañas en su pecho que le hacían sonreír de a momentos, hasta la manera en la que su rostro se escondía en el pecho del moreno.
No podía más, el menor estaba tan ansioso que pudo haber revisado su móvil unas diez veces en dos minutos. La inseguridad que tenía ante lo dicho en la madrugada era terrible... "¿Le puedo enviar algún mensaje después?" Resonaba en su cabeza, escribía en su teléfono y borraba, a veces hasta el castaño lograba aparecer conectado en aquella aplicación que utilizaban, y LuHan cerraba todo desesperado por no querer hacerle notar que estaba o escribiendo o leyendo algo de la conversación. Habrán pasado unos treinta minutos desde que el de cabellos más claros terminó con aquel último módulo de Historia, por lo que pudo por fin salir del salón con sus pertenencias, y así decidirse o no por mandarle algún mensaje a Kim.

( Kim ; SMS )

Profesor... Hice cada ejercicio que debía mostrarle el otro día... ¿Puedo pasar a dejarlos en algún lugar para que los corrija?

( S e n d )

Tecleó tan rápido que ni él podía creer no haber tenido alguna falta de ortografía al hacerlo. Guardó el aparato, se acomodó la mochila, y casi corrió a casa por la ligera emoción o euforia que le generó aquella situación de "superar" la verguenza que tenía por el actuar frente a su mayor.

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Quién se quedó en los columpios aquella mañana fría esta vez fue Jong In, debido a que simplemente dejó alejarse a su frágil alumno que de manera notoria le hizo saber que estaba mal. No lograba concentrarse demasiado aunque quisiera ya que era la primera vez que ese sentimiento de nostalgia lo invadía por completo por una ínfima cosa que siquiera sabía si para LuHan era importante o no.
Quizás hasta él mismo creía que era una exageración pensar tanto en ello, pero no podía parar. Acomodó sus hebras oscuras al pasar su diestra por estas hacia atrás, y luego de abotonar mejor su sacón negro, se echó a caminar hacia una diracción sin conocimiento porque aquel día su automóvil estaba en el estacionamiento nocturno, y sólo no había ido por él.
Varios pasos se dieron con facilidad, exceptuando tramos en dónde el viento se lo impedía un poco, pero aún así, todo fue bastante normal hasta que se cruzó por la vista del moreno una pequeña casa color pastel, con un pequeño jardín bien cuidado, junto con una muchacha que yacía revisando algunas cosas entre las pequeñas flores. Le resultó bastante conocida, no sabía el por qué, pero por cómo era él no dudó en acercarse con cuidado y calma a hablarle.

— Buen día.  ¿Tú eres Alice?

Preguntó en un suave tono de voz, inclinándose ligeramente hacia adelante en un saludo amable, esperando que no estuviese equivocado, pero no, la muchacha de cabellos oscuros volteó y todos los recuerdos volvieron a su mente en un rápido flash.

— ¿Jong In? ¿Qué haces por aquí? Desde la preparatoria que no te veo.. ¡Ven, pasa, bebamos algo de café!

Esbozaron los dos unas amplias sonrisas en sus rostros, e ingresaron sin duda alguna ya que la invitación fue aceptada rápidamente, el clima alentó a ello.

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Caminó hasta llegar a la esquina de su hogar, respiró con algo de dificultad puesto a que se había agitado por su paso rápido y el frío clima era todo lo contrario a su temperatura corporal. Se esforzó por llegar, pero una voz realmente familiar llenaron sus oídos por lo que se frenó sin siquiera pensarlo a escuchar... No duró demasiado, la puerta se abrió y LuHan se encontró con el Profesor Kim frente a sus orbes. Parpadeó como si todo fuese un sueño, pero el mayor no desaparecía, seguía ahí.

— ¿Q-Qué hace en mi casa? ¿Y mi hermana? ¿Dónde está?

Preguntó en unos pocos segundos, las palabras se abultaban en su boca, y no podía hablar con claridad ante la sorpresa que se había llevado. Era imposible que aquel hombre estuviese dentro de su maldita casa, sin siquiera avisarle, ¿Y cómo llegó hasta allí? ¿Acaso lo siguió?

— ¿Tu hermana? Sólo... No sabía que era tu casa, Alice era una compañera de preparatoria.

Respondió el castaño, y volteó a observar ahora a la muchacha de contextura física parecida a la del menor quién todavía no sabía cómo reaccionar, hasta que la de cabellos largos lo jaló dentro de la casa con una amplia sonrisa.

— ¡Él es Jong In! ¡Un amigo de prepa! Hace años no lo veía, y lo invité a beber café, pero ya se iba... ¿Qué pasa, Lu?

Le contó a su hermano, notando que este ahora poseía su rostro completamente rojo, a pesar de querer disimularlo pero al ser tan obvio todos notaron su "incomodidad". 

— Él es mi profesor de Matemáticas, Alice... Ya sé quién es... ¿Ha leído mi mensaje? Debo darle mis ejercicios...

Habló, buscando su cuaderno para entregárselo, mientras que Alice entraba en un estado de emoción por la reciente noticia de la cercanía de LuHan con Jong In, y después ir dónde su cuarto con la cabeza completamente baja ante el pudor que comenzó a sentir ante la noticia de que su profesor tenía casi la misma edad que su hermana, una adulta que para él era como su madre, responsable, madura y organizada... Como su profesor. Ahora no podía verlo de una manera amorosa, él sabía que si hablaba sobre sus sentimientos se escucharía terrible, más con alguien que lo ha conocido desde adolescente.

— Mierda... ¿Qué haré? Alice me matará si sabe que él me gusta.

Suspiró, y apoyó su frente en el marco de su habitación... ¡Alto! ¿Qué fue eso? Volteó inmediatamente, observando a Jong In tras su fisonomía con una mueca un tanto extrañada.

— ¿Qué dices, LuHan? ¿Qué ocurre?

Preguntó el castaño, quién sólo había preguntado si podía ir a saludar al menor, por cortesía y costumbre solía saludar a quienes vió o había visto en el día antes de irse, era algo que su madre de pequeño le enseñó... A ser educado.

— ¿Yo? N-no he dicho nada. ¿Por qué sigue aquí?

Articuló queriendo salir corriendo de allí, pero era algo imposible puesto a que se vería raro, y más raro que todo lo que le venía ocurriendo en la semana. Trató de fijar su mirada en el más alto aunque fuese algo complicado para él, pero aún así, lo intentó por unos escasos minutos.

— Venía a saludar, y sólo he oído de alguien que te atrae... ¿Tienes problemas con alguien?

Volvió a preguntar, no pensaba que sonara insistente, menos cuando ya tenía la oportunidad de saber todo lo que quería sin tener el peligro de que el muchacho escapase de él o los demás lo inhibieran como de costumbre en el Instituto cada que estaban charlando juntos. Una de manos se acomodó a los lados de la cabeza impropia, sobre la pared, manteniendo todavía sus orbes sobre el rostro de LuHan, al mismo tiempo que trataba de deducir qué podría descubrir con sólo observar sus ojos.

— ¿Por qué le importa eso? No es su problema... No debería quedarse aquí si quiere que todo vaya bien con su trabajo... Váyase por favor... Le traeré problemas. Además, no es correcto que hablemos de eso, usted es un adulto, y yo sólo un pendejo que no sabe cómo mierda ha llegado a esta situación. Soy un torpe.

Confesó el chico, su rostro terminó por esconderse entre sus propios hombros ante la cercanía de ambos, tratando de verse lo más normal posible a pesar de ser evidente que nada estaba bien con él ni con su profesor. Tragó duro, se oyó en aquel silencio que se formó en el ambiente, y fue peor para el pudor de Lu, aunque todo pensamiento negativo voló de su cabeza al momento que Jong In acercó sus carnosos cerezos a uno de sus oídos a susurrar.

— Debemos hablar más tarde... Y no te escaparás con esa actitud de pequeño escurridizo, es Viernes, y me preocupo. Pasaré por ti a las siete. Prepárate, trae los ejercicios, y hablaremos de eso. ¿De acuerdo? Hasta luego, Lu.

Le indicó sin dudas, con una actitud fría y segura de sí, hasta que sólo se alejó con el objetivo de retirarse del establecimiento dejando a un LuHan a punto de derretirse.

Profesor Kim. « KaiLu»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora