Desaparecí por el túnel llegando al avión. Pero sentía mi estomago muy revuelto, ¿qué coño estaba haciendo con mi vida? Me paré en seco. A la cabeza me vino Brett y los buenos momentos que hemos pasado las últimas semanas. Me ha hecho feliz por un poco periodo de tiempo. Es de locos, pero así ha sido. Pero no estoy completamente segura...
Luego me vino Trevor. Su sonrisa, sus ojos marrones, su pelo alborotado de buena mañana, ver cómo lentamente su torso desnudo se elevaba y bajaba mientras dormía, su boca en la mía, tantas risas.. Su risa era la mejor melodía para mis oídos. Pero luego también donde hay bueno, hay malo. Los constantes va y vienes. Las peleas, y la de veces que he acabado rota.
-¿niña?
Levanté mi cabeza al oír una voz, era la azafata mirándome extraña mientras seguía delante de la puerta del avión, inmóvil, con los ojos aguados.
-Tienes que pasar, tenemos que despegar en breve.
Ni si quiera pude moverme. Mire hacia atrás viendo un túnel vacío, vacío como lo está mi corazón ahora mismo. Me sentía ausente del mundo, ahora mismo no podía pensar en nada.
-Haz el favor de mover el culo no tenemos todo el día.
La miré y eché a correr hacia fuera del túnel.
(...)
Bajé del taxi delante de su casa, aún con lágrimas en los ojos. No podía con esta culpa que sentía, culpa de ser una persona horrible.
Corrí hacia la puerta y toque varias veces, con la carne de gallina, sintiendo escalofríos por todo mi cuerpo. Me sentía malditamente enferma ahora mismo. Quería vomitar de los nervios que me corrían por dentro. Unos pasos se escucharon detrás de la puerta y aguante la respiración preparándome para la reacción que vendría a continuación.
Cuando abrió la puerta su pelo alborotado y sus pantalones de pijama me dio la señal de que lo había pillado durmiendo. Sus ojos se agrandaron al verme y una sonrisa tímida salió por parte mía como respuesta.
-Hola.. – dije cuando empezaba a ser un tanto incómodo.
-¿Qué haces aquí? Se supone que tienes que estar volando ya hacia Madrid – preguntó desconcertado.
Tome una gran bocanada de aire. Sentía mis pulmones comprimirse.
-Brett, tenemos que hablar.
Dicho esto y tras asimilar las cuatro palabras que acaba de decir, se echó hacia un lado y me dejo pasar.
(...)
Tras volver a casa de mi padre cogí mi vieja bicicleta y empecé a pedalear. Busque por millones de sitios pero no encontré nada. Estuve media hora dando vueltas como una imbécil sin saber dónde podría estar. Me senté en un banco cansada de pedalear como una loca de allí para allá. Como desearía tener un coche ahora mismo.
Le cogí la cabeza, intentando pensar. Algún sitio en donde podría estar. Pero no me venía ninguno en mente ahora mismo. Me vino los momentos que pasamos en casa de mi padre cuando él no estaba. En como de bien lo pasamos el y yo solos. Haciendo tonterías, cocinando y haciendo el amor, al menos la primera vez, por qué las demás fue volviéndose cada vez más salvaje. Como nuestros cuerpos nos pedían a gritos estar unidos por que ya se echaban de menos. Como me hacía sentir cada vez que estaba encima de mí y me besaba como lobo hambriento o que solo quería más y más. Como conseguía que yo me entregara a él con solo ponerme un ojo encima. Y las pequeñas charlas que teníamos cuando no hacíamos nada, planes que nos gustaría hacer, experiencias que vivir, lugares que visitar...
Y se me encendió la bombilla. Me hablo de una especie de mirador, que frecuentaba solo para poder pensar. El cual solo yo se que ahí va para despejarse. Es mi última oportunidad y habían unos 4o minutos de recorrido. Me subí y empecé a pedalear todo lo deprisa que mis piernas me permitían. Sentía tal adrenalina que fui más rápida de lo que me imaginaba. Cuando llegue a la cuesta me paje y empecé a correr con la bici a mi lado. Como siga así escupiré un pulmón y medio. Vacío. Estaba vacío. Me estaba apunto de dar un ataque. Grite frustrada. Tanto que le di una patada a un árbol y empecé a dar saltitos como una retrasada.
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El viaje de Lauren
Teen FictionElla:Lo ama con locura y no teme aceptarlo. Él:La ama..pero no se da cuenta de lo que quiere hasta que lo pierde. 《Un viaje les cambiará la vida y nuevas personas romperan los esquemas.》