Nací para esto.

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Para una chica con el concepto de moral un poco trastocado, el colegio no era uno de mis sitios favoritos.
Básicamente por que odiaba a casi todos y si no los odiaba me caían mal o estaban al borde del odio.
El sarcasmo siempre fue mi mayor coraza. Prefiero ser una mierda de persona contra el resto antes de que ellos sean una mierda conmigo.
A no ser que me de tiempo para matarlos entonces no pueden ser nada. Jajaja.

Todas las cosas malas que he hecho han liberado a alguien. A veces a mí misma. Por eso las asumo todas. Asumo ser una mierda de persona.

No era una chica asocial, todo lo contrario era popular, de las que conoce a todo el mundo y sale por las noches con sus amigos. El enemigo cuanto mas cerca mejor.
En el colegio solo había dos personas que de verdad me importaran: mis dos mejores amigas Tea y Ella.
Aunque como ya digo nadie es imprescindible. Incluso mi novio lo fue.
Digamos que era el típico chico tímido, tranquilo, sin sentido del humor, seco y demasiado romántico. (puaj) Salí con él por la pena que me daba. Cuatro años colado por mi... solo por su constancia se merecía una oportunidad. ¿Amar a una persona como yo? Paciencia hay que tener por un tubo.
No sabia como cortar con él, por que yo no se amar. Digamos que dentro de mi maquiavélica mente no cabe el concepto de amor. La insensibilidad es mi don mas preciado, por eso no me cuesta matar.
Amo leer y en todos los libros cuando un personaje obstaculiza el desarrollo personal del protagonista, la autora lo mata. Así que tomé el ejemplo de mi escritora favorita.
Lo maté.
Tampoco fue una gran pérdida. Ademas fui dulce con él, algo que no se merecía. Besarle era como besar a una pared. Él se emocionaba y me decía que me quería cada dos minutos. ¿ Por Dios como se puede ser tan empalagoso? Se merecía morir. Y me aseguré de que sus padres tampoco sufrieran su muerte.
Fuimos a dar un paseo en su coche. Serian las 10 de la noche cuando pasamos por el McDonalds. Nunca lo sabrán pero en su cocacola no había solo hielos.
Aparcamos en un descampado elevado desde donde se podía ver toda la ciudad. Lo sé, soy una romántica empedernida.
Las luces de la ciudad iluminaban su cara y pronto los relajantes hicieron efecto. Se durmió. Fue sencillo. Solo tuve que salir del coche y empujarlo por el "acantilado".
No me produjo ninguna satisfacción, pero bueno era un peso menos con el que cargar.
Me encontraron en la carretera tumbada en el suelo. Lo dramático es lo mío.
Lo que le dije al juez fue lo siguiente:
- Estábamos en su coche, llevaba unos días muy pegajoso. Creo que esperaba que hiciéramos algo esa noche pero yo me negaba. -lloriqueaba lagrimas de cocodrilo- Le grité que no estaba preparada, y entonces... Me empezó a tocar y no lo pude soportar y le di una bofetada en la cara. - las lagrimas recorren mi cara a la vez que agito mis manos con desesperación. - Se enfadó tanto conmigo que pensaba que podría llegar a hacerme daño. Así que salí del coche y comencé a andar por la carretera. No quería verle...él no solía ser tan violento, no se que le pudo pasar. Y ahora esta muerto, todo por mi culpa... -las palabras parecían lija en mi boca. Es difícil fingir que te importa la muerte de alguien cuando lo único que te da es tranquilidad. Aun que mi silencio solo corroboró lo impactada que estaba por la muerte de mi " querido" novio.
Me he replanteado varias veces ser actriz. Pero al ser asesina, tampoco creo que siga mucho con vida. En algún momento me pillará la policía.
Tengo a mis demonios, no temo a la policías. Todo lo que ellos puedan hacerme ya lo habré hecho yo con mis víctimas multiplicado por mil.
Así que por que perder el tiempo.