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Lo que más odio de cometer homicidios es la tarea de limpieza y desintoxicación de las armas para no dejar huellas. Normalmente suelo usar unos guantes asquerosos que robo del laboratorio de ciencias. Los guantes son blancos transparentes y por dentro tiene una especie de polvos de talco que me da bastante repelús. 

Pero el placer de matar siempre es superior a los esfuerzos.

Dejé a la preciosa Marisse colgando del puente. Bajo su cuerpo el río absorbía poco a poco su oscura sangre a medida que la transportaba corriente abajo. Pronto alguien se daría cuenta de la sangre. El río desembocaba en la plaza principal. Seria un descubrimiento de lo mas interesante. Puesto que el rio abastecía una fuente en el centro de la plaza. Unas esculturas de piedra en forma de ángeles y peces serian los portadores de la sangre de Marisse. Genial.

Como toda adolescente recogí mis cosas y me dispuse a asistir a mis deprimentes clases. 

*¨*

-¿Jeff, se puede saber que estabas haciendo?- preguntó mi mejor amiga Harley.

-Matando el tiempo.

-No te lo vas  a creer, ¿ te acuerdas del chico que te presenté el mes pasado?

-¿Rick, el de los ojos verdes?

-Si.Pues su hermano es el novio de la mejor amiga de Paul.

-¿Paul?

-Si, el de la discoteca.

- Y me cuentas todo esto por que...

-Pues por que el padre de Paul es el alcalde.

-Dios mio Harley te voy a pegar. ¿Que demonios intentas decirme?

-Ay, Jeff haces que todo pierda gracia.Pues me ha contado Rick que su hermano le ha contado que el padre de ....

-Harley al grano tia.

- Han encontrado hace 10 minutos a Marisse muerta.- vaya sorpresa.

- ¿Que me dices? Eso es imposible...

- Pues por lo visto dicen que ha sido un asesinato. Han encontrado su cuerpo en río atada de pies a cabeza.

- Espera, ¿has dicho atada?

-Si tía, alguien la tenia que odiar mucho. Su cuerpo estaba completamente cubierto por una cuerda marrón . Pero eso no es lo mas alucinante de todo. La cabeza estaba tapada con una bolsa de plástico.- eso no lo he hecho yo, ¿ que demonios estaba pasando?- Y en cuando la quitaron vieron que tenia en la frente una J y una K juntas. Como si se le hubieran dibujado las letras con un cuchillo sobre su frente. Daba mucho miedo tía.

Yo estaba en completo estado de shock. Alguien me había visto o había visto el cuerpo y había aprovechado la oportunidad. ¿Pero entonces, me estaba amenazando, o retando? ¿Por que coger mi cuerpo y poner sus iniciales en el? A no ser que me esté intentando encubrir, cosa que dudo. Nunca dejaba pruebas, era meticulosa, fría y calculadora a la de limpiar posibles pruebas incriminatorias. 

Todo esto despertaba mi instinto mas asesino. No soportaba que me controlaran. Que la gente sintiera que me tenia bajo su control, que pudieran llegar a domarme. NO. Si pensaba que pararía de matar por esta absurda broma, es que no me conocía. Ahora sería mas sádica. No sabia con quien se había metido.

- ¿Tierra llamando a Jeff? ¿Has oído algo de lo que te acabo de decir?

- Si... lo de Marisse... me tiene preocupada. 

-Bueno a ver, tampoco es que la tuvieras especial aprecio...

-Ya ... pero aun así, da un poco de miedo eso de que haya por ahí alguien dispuesto a hacer esa clase de cosas...

-¿Matar? ya..- No se la veía para nada afectada por Marisse, como si fuera lo mas normal del mundo encontrarse un cuerpo flotando sin vida en el río.

*,*

Para cuando terminaron las clases, las madres se amontonaban a la salida del colegio preparadas para recoger a sus hijos lo antes posibles. Como si un asesino pudiera aparecer por ahí cuando todo el mundo lo esperaba. La policía también hacia acto de presencia, aun que poco más.  A parte de observar inquisitivamente a todos y cada uno de los alumnos y hacer preguntas incomodas a los profesores, su función se basaba en sentarse detrás del parabrisas del coche e indicar a las madres que se relajaran.

Anduve de camino a casa con el único pensamiento de que posiblemente yo era la única que no corría ningún peligro en la ciudad. Si me quisiera muerta me habría matado, no habría esperado a que me fuera para cometer su crimen. 

Doblé la esquina que daba a mi calle.Una avenida larga bordeada por adosados azules y blancos estaba delante de mí. Los coches se encontraban aparcados en frente de cada casa, excepto en la mía.  

Llegué al portal de mi casa y descubrí que la puerta estaba abierta. Tiré la mochila en el suelo de la entrada y caminé lentamente hacia el salón. Mi hermana estaba tirada en el sofá con un chico encima de ella. Como siempre. No sé ni por que me preocupo por ella. Volví atrás y di un fuerte portazo . Mi hermana pegó un grito y se rió. Subí las escaleras cabreada y dando fuertes pisotones para que retumbaran en el piso de bajo.

Abrí la puerta de mi habitación y me quedé petrificada. La ventana estaba rota y una caja la había atravesado. Sobre mi alfombra una nota se había desprendido del paquete. Era una hoja normal arrancada de un cuaderno. Le di la vuelta y leí aterrorizada el mensaje: 

VAS A NECESITAR UNOS NUEVOS.

-JK.

Abrí el paquete lentamente. Unos guantes blancos de latex reposaban perfectamente doblados en el fondo de la caja. El problema era que estaban llenos de sangre, sangre de Marisse. Y tenían mis huellas.  Me había seguido, me conocía. Y ahora me manipulaba. 

Tenía que encontrarle y matarle.


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