El encuentro 1

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Después de unas merecidas vacaciones y de un viaje super relajante, hoy regresé a mi tienda con todo el gusto del mundo. Es una tienda de libros en la que ofrezco también un pequeño espacio para leer o hacer reuniones de discusión de lecturas. Desde siempre me gustó leer, mi padre desde muy chica me enamoró de los libros y de las mil y una historias que podían contar. La maravilla de poder conocer el mundo a través de las palabras y de las descripciones que podían hacer y la manera tan especial de adentrarnos a diversas culturas y personalidades.

Cada libro nuevo que ponía en mis manos lo convertía en una fiesta y la discusión del mismo luego de finalizarlo, era como ir de paseo. Siempre motivándome. Siempre alentándome. Fue maravilloso el trabajo que hizo conmigo día a día y que hoy, hace que mi trabajo sea el mejor para mí.

Soy Melissa y tengo 42 años. Hasta hace un año, llevaba 9 con mi ex pareja Sofía. La conocí en un crucero que hice con mi mejor amiga luego de terminar una relación de esas agotadoras y estresantes; pero desde que la conocí me cautivó y contra todo pronóstico, mantuvimos una relación de 9 años. Digo contra todo pronóstico porque todos a nuestro alrededor pensaban que sería un amor de verano. Pero no fue así. A pesar de nuestras marcadas diferencias, logramos encontrar un equilibrio y sin siquiera imaginarlo, pasaron los días, los meses, los años hasta que finalmente, se terminó. Nos ganó la rutina, la costumbre, la falta de emoción ... nos arropó ese comodismo que nos hace seguir día a día, pero sin un propósito definido. Así que a pesar de las miles de cosas que nos unían, decidimos separarnos.

Soy una mujer de físico normal, nada extremadamente llamativo, o al menos, eso es lo que me dice mi espejo día a día, pero a pesar de ello, me siento bien con mi apariencia. No me gusta ser el centro de atención, así que para mí, funciona de maravilla no ser del tipo que hace voltear a todo el mundo por donde pasa. Sin embargo, debo decir, que hay quienes me dicen que nunca podría pasar desapercibida en ningún lugar, que mi aura tiene un halo de misterio que a todos atrae. No lo creo, pero los dejo pensar que sí para no contradecirlos.

Volviendo al tema de la tienda, mi clientela es variada, pero debo decir que la mayor población que la frecuenta es homosexual. Con los años la tendencia fue creciendo y hoy, casi el 80% de los clientes son de la comunidad. Y de ese 80%, el 70 son mujeres. Nunca concebí el proyecto como algo sectorizado, pero así se dieron las cosas, así que no pude menos que agradecer y darle la bienvenida.

En ese ir y venir de personas, hay un grupo bastante nutrido que es de visita frecuente, pasan al menos dos o 3 veces por semana. Están los que vienen sólo los domingos y quienes vienen sólo a las tardes de charlas o discusión sobre algún libro. Por otro lado, están las que van por una temporada y quienes sólo son aves de paso y que muy rara vez, las he vuelto a ver. Me gusta atender de manera personal a las personas que me visitan, me gusta que se sientan atendidas y bien recibidas, así que mi trato va más allá del simple buenas tardes o buenas noches. Fue así como la conocí. Fue así como entró en mi vida.

Una tarde de Abril, entró a la tienda una niña muy menuda, de cabellos largos enrojecido, de labios gruesos, mentón redondeado, nariz perfilada, ojos oscuros y pestañas perfectamente maquilladas, mirada evasiva, pero que cuando baja la cara y te ve entre sus pestañas, te atrapa con ese derroche de timidez ... curvas nada exageradas, pero muy acorde con su pequeña estatura y contextura. Manos delgadas, uñas impecables y piel morena clara. A primera vista, una chica normal, pero aun así, de inmediato llamó mi atención.

Entró con pena y la vi dudar entre quedarse o salir corriendo. Allí supe de inmediato, que pertenecía al grupo de chicas que están en búsqueda de su identidad. Saber qué es eso que les está pasando y que definitivamente las llevará a descubrir si les gustan las mujeres por ser lesbianas o por ser bisexuales, pero donde sin duda alguna, al cabo de un tiempo, terminan ratificando una de las dos tendencias. La actitud es muy distinta de quienes sólo entran por curiosidad, así que pude identificarla con cierta facilidad.

Sin mirar atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora