ESE HOMBRE

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Independizarse es un objetivo que preservamos cada persona indistintamente de las edades o maneras en que fuimos criados, sin embargo, entre muchos coincidimos en esos aspectos.

Alicia, Roxana y Luisa son amigas desde siempre, una es dulce, otra un poco mas reservada y por supuesto la perversa.

Son diferentes pero en una vida tan difícil para las estudiantes universitarias han planeado dos de ellas independizarse, salir a la hora que ellas quieren, conocer chicos llevarlos a su casa sin tanto interrogatorio de parte de sus familias.

Roxana vivía cerca de la universidad y por su casa había unas piezas en alquiler lo bastante espaciosas, propuso a Luisa y Alicia hacer lo posible para vivir cerca de ella.

– Luisa: ¡Buen día, Roxana! Levántate...

– Alicia: ¡Si, ya logramos cancelar seis meses para así estar cerca de ti y la universidad!

– Luisa: Si, Alicia. Más cerca de Roxana que de la universidad.

– Alicia: Nuestra única responsabilidad son las clases por favor.

– Roxana: ¿Interrumpo algo?

– Alicia y Roxana: Apúrate. Baja ya.

– Roxana: ¡Caminen pues!

Llegaron a las clases dos minutos de retraso, aun así vieron sus respectivos horarios de obligaciones como estudiantes.

Al salir, Alicia se separo del grupo. Roxana y Luisa vieron a lo lejos que un chico de capucha hablaba con ella.

(...)

– Roxana: ¿Quién es ese hombre?

– Luisa: ¡No lo se!

– Roxana: ¿Puedes verle la cara?

– Luisa: ¡Te recuerdo que no veo de lejos los rostros y bueno, tiene capucha! Tranquila, ella nos dirá. Adelantémonos y esperémosla en la habitación.

Horas mas tarde Roxana y Luisa habían almorzado veían tv, mientras pensaban en la ausencia de Alicia.

– Roxana: ¡Hay que salir a buscarla!

– Luisa: ¿Estas loca? No, ahí si se molestaría. Déjale su espacio.

– Roxana: ¡Mierda! ¡Saldré a esperarla afuera!

– Luisa: ¡Paranoica!

– Roxana: ¡Te escuche!

Alrededor de las nueve de la noche llega Alicia a su habitación.

– Roxana: ¡Oh, gracias a Dios apareces. Estaba a punto de llamar a la policía! ¿Qué hacías?

– Alicia: ¡Nada importante!

– Luisa: ¿Qué? Te hemos visto con un hombre.

– Alicia: ¿Pretenden controlarme?

– Roxana: ¡No, linda. Esta bien. Debes estar agotada! Aquí tienes que comer.

– Luisa: ¡Tienes que contarnos!

– Alicia: No tengo hambre y no quiero hablar. Iré a dormir.

– Roxana: ¡Hasta mañana. Me voy a mi casa entonces!

– Luisa: ¡Demasiada cansada diría yo!

En la mañana siguiente Luisa se levanto a sus respectivos quehaceres y obligaciones, mientras Alicia seguía en la cama acostada.

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