[Capitulo 4]: Negro y blanco.

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[Peeta]

Buttercup ha aparecido en mi casa esta mañana.

A veces lo hace, le gusta colarse cuando me dejo una ventana abierta y cuando no, se tira un buen rato arañando la puerta hasta que le oigo y le abro. Le gusta mi compañía y a mí también la suya, le encanta mi comida y ronronea con gusto cuando le acaricio.

Ojalá pudiera hablar para contarme qué pasa en su casa, mañana hará una semana que no sé nada de Katniss. No contesta a mis llamadas

Hace días me llamó para decirme que no podía quedar porque estaba enferma, le pregunté si quería que me pasara para verla, pero se negó rotundamente alegando que estaba muy cansada. Al día siguiente también me dijo lo mismo, y al otro. Sae, que va todos los días, le hace una sopa y se encarga de que se tome los medicamentos, me dijo que de repente era como ver a la Katniss de hace meses, la que llegó del Capitolio después de lo de Coin.

Puede que haya sufrido una recaída fuerte, puede que se lo provocara alguna pesadilla o que el detonante fuera un recuerdo del pasado. No puedo sentirme sorprendido porque yo también he sufrido ese tipo de recaídas cada vez que creo que ya no voy a tener ningún ataque, como ese día que me desperté en el bosque.

No quiero molestarla, sé que necesita estar sola. Pero me encuentro preocupado y cada día que pasa lo estoy más. Hacía tiempo que no sentía este tipo de preocupación por ella, al menos no tanto. Antes no me costaba dejarla a solas con su dolor pero ahora no puedo. Intento no pensar en ello y distraerme, pero es su rostro el que acabo dibujando en el papel.

Y encima, la echo de menos. He pasado tan solo unos pocos días con ella y ya la echo en falta. Quiero volver a hacer el libro con ella al lado, llevarle bollos de queso e ir al lago. Admito que estoy más afectado de lo que quiero reconocer.

Le doy a Buttercup un poco de tocino que me había sobrado del desayuno y un poco de leche. Le acaricio las orejas mientras le veo comer con ganas, de hecho, con demasiadas ganas. Tiene pinta de no haber comido en días, puede que Katniss no haya podido alimentarle.

Le doy un poco más de comida antes de irme a la Plaza donde he quedado con los demás residentes del Distrito, es lo único que parece que me distrae de pensar en ella.

Sin embargo es inútil, a pesar de pasarme todo el día ayudando en la reconstrucción, se me van los ojos cuando veo a alguna chica o niña de la Veta con trenzas o incluso cuando veo un pájaro volar cerca. Hago trabajo de más para volver cansado a mi casa y poder dormirme, para que el día pase rápido.

Cuando llego, Buttercup sigue ahí, le dejo la puerta abierta por si quiere volver con Katniss pero no lo hace. Mueve el rabo con las orejas levantadas indicando que quiere comida.

A pesar de lo cansado que me encuentro, me cuesta dormirme. Me dedico a cavilar si mañana Katniss estará mejor.

Pero no lo está, hoy tampoco podré ir a verla y Buttercup sigue aquí. No es que me moleste pero me extraña que ella no pregunte por él o haya intentado venir a buscarlo. Cojo el teléfono para llamarla y decirle que el gato está aquí, pero se me ocurre que es un buen pretexto para ir a visitarla. Así que decido ir.

Toco un par de veces la puerta pero nadie responde. A lo mejor está dormida o débil para levantarse, no sé exactamente qué es lo que le pasa, pero sea lo que sea sigue sin abrirme. Me cruzo de brazos meditando. A lo mejor venir aquí no ha sido buena idea, no querrá ver a nadie.

Me alejo de la puerta afligido. Quiero verla, ahora que parecía que entre nosotros la situación mejoraba, no me abre la puerta. Cada día que paso sin saber de ella aumenta mi inquietud.

"DISTRACCION"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora