09.

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Desde que le mentí a Cynthia no he pegado ojo durante toda la noche.

Los vampiros también necesitamos descansar como los humanos y más yo que en un solo día he recibido más noticias malas que buenas.

Mientras preparaba los libros de las asignaturas que iba a tener hoy para llevarmelos, entró Cynthia:

-¿Que es esto?- dijo agarrando mi libro de griego.

-Tiene forma cuadrada y con páginas, Piensa.

-En realidad tiene forma rectangular ya que sus lados son iguales dos a dos -dijo Cynthia mirándome con una sonrisa.

-Ya empezamos -dije rodando los ojos.

-Bueno, como te vas a ir otra vez a ese asqueroso instituto, pues me he imaginado que un poco de mi saber de milenios te ayudarían a subir nota ¿no crees?

-Claro... y yo soy meghan trainor disfrazada de Allison -dije mientras ella se reía.

-¡Ya ves! Tengo una mente muy cultivada -y al ver que no la miraba, sabía que algo iba mal y me preguntó -¿Que pasa Alli?

-¿A mi?

-No, es a la ventana que se llama como tú. Dime que te pasa -soltó y al ver que no respondí me dijo - Es sobre Marie-Jeanne ¿verdad?

Al sacar el tema, aunque no le iba a decir nada de que le mentí anoche, le volví a mentir de nuevo ahora diciendo:

-Si...¿Por qué no me cuentas por qué estáis tan unidas?

-Allison, yo quiero con toda mi alma decirtelo, pero no puedo...no puedo decirte el por qué. Pero eso no significa que dentro de un futuro próximo te lo cuente.

-¿Y ni siquiera puedes decirme como la conociste?

-¡Mira la hora! ¡Corre que llegas tarde!

Entonces cogí los libros, los metí rápidamente en la mochila y salí corriendo atravesando el mismo atajo que descubrí ayer.

Me preguntaba constantemente a mi misma por que tenía que ir al instituto cuando ya tenía 30 años. Pero lo hago porque cuando la gente viera que me parezco a una chica que vivía hace tiempo llamada Allison y que llevara un anillo raro y actuara de manera extraña no creo que ignoraran las pistas que les dejaría. Simplemente voy al instituto para parecer una persona de mi edad física que hace lo que una chica adolescente haría en mi lugar. Voy para acabar mi estudios aunque tengamos carnets falsos y para ser más humana.

Mientras corría saltando arbustos y algunos árboles, ya que la maleza había crecido tanto que apenas podías pasar a través de ella de lo frondosa y espesa que era, oí como algo pisaba una rama justo detrás de mí.

Intenté mirar y descubrir que había ocasionado aquel sonido extraño salido de la nada y tras estar un rato intentando oir, no conseguí lograr encontrar nada. Y simplemente lo ignoré.

Cuando llegue habían cerrado las puertas del instituto y tenía que esperar a que sonara la segunda alarma de la siguiente clase para poder entrar.

Tenía a esa hora literatura universal. La profesora era una mujer anciana que iba vestida con una mini-falda y una camiseta de tirantes.

Desde el momento en que la vi, sabía que estaba amargada ya que cuando empezaba a explicar, miraba a los tíos y les guiñaba un ojo mientras que se meaban de risa los compañeros de cada uno a los que le hacía eso.

Pero también noté que estaba enchufada por el director, porque cuando hablaba de un libro o de la literatura en general, no tenía ni idea de lo que decía mientras hablaba.

Entonces para demostrar la veracidad de mi teoría, le pregunté:

-¿Sabe que autora escribió Orgullo y Prejuicio?

-Si...- me respondió mientras miraba imaginariamente a través de la camiseta de un chico- Espera...¿Mary Bennet?

Y como ni la clase lo sabía, uno respondió la respuesta correcta por mí:

-¡Jane Austen! -dijo gritando y llamando la atención de todos.

-¡Muy bien! -respondió la profesora felicitándole por haberla dicho -Positivo para ti.

Entonces me giré y aunque no parecía popular entre la clase, su actitud y personalidad demostraban que era muy orgulloso. Y a diferencia del libro, estaba cien por cien segura de que mi opinión no era solo un prejuicio.

Cuando se acabó las tres primeras clases, tuvimos un descanso de media hora y me fui a la cafetería a leer. Si, a leer. Yo jamás me concentró en una zona silenciosa como una biblioteca. Prefiero zonas con ruido pero tampoco sin exagerar demasiado.

Mientras estaba leyendo, oí una conversación que estaba pasando cerca de mí:

(Multimedia)

«-¿Qué hace nuestra bruja favorita en un lugar donde la gente disfruta tranquila? -dijo una chica»

Giré la cabeza para ver que un grupo de chicas con algunos chicos que parecían ser sus respectivos novios ya que uno le dijo que como le hiciera daño a su novia le cortaría la lengua.

Entonces me levanté de mi silla y fue hacia ellos decisiva mientras Aurora me observaba tras esos imbéciles que intentaban acosarla:

-Os podéis marchar de aquí por favor -les dije indicando con mi brazo la salida.

-¡Anda! No nos habías dicho que te buscaste una zorra de turno para que te protegiera -dijo la chica mirando a la hija de Lydia.

-Por favor, creo que a todos nos harías un favor si os fuerais de aquí -volví a decirles

-Nosotros nos vamos cuando nos salga de ahí y si no te gusta te jodes.

-Os estoy diciendo que os vayáis y la dejéis en paz de una maldita vez.

-Y yo te digo que no me da la gana de irme.

-Entonces cogéis el camino y os largáis ya de aquí -dije mientras les agarraba las cinturas y los empujaba a la puerta.

-¿Se lo comes también como un pago extra? Porque me están entrando de pegarle a tu amiguita.

-¡He dicho que os salgáis! -grité y algunas personas se dieron la vuelta como siempre hace la gente cuando alguien se va a pelear.

-O si no qué -dijo quitándose la chaqueta de cuero que tenía por encima de sus hombros y que en realidad era de su novio mientras todos gritaban eufóricos por ver la pelea.

-No me provoques -dije como un último intento de tranquilizarme.

Entonces me pegó un puñetazo tirandome al suelo y reaccioné de una manera que jamás tendría que haberla hecho.

La tiré contra la pared y oí como dejó de gritar, al igual que dejó de latir su corazón.

LA RENACIDA  ▸  ALLISON ARGENTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora