Capítulo XXX

96 6 2
                                    


        El camino a casa se había vuelto bastante incómodo, pues no podía quitarme de la mente que estaba andando junto a un soldado. Una parte de mí sabía que Dan no mentía, y que claramente no había sido influenciado negativamente por las atrocidades que realizaban detrás de los muros. No obstante, los militares bajo el mando de ese misterioso doctor, generaban en mí una incertidumbre profunda entre si lo que habían cometido en este presente apocalíptico formaba parte de su verdadera moral o no. Al fin y al cabo, Dan nos había salvado en reiteradas ocasiones, y estoy bastante segura de que seguirá siendo así en un futuro. "¿Futuro?"

        En cuanto cruzamos la abundante maleza que camuflaba a nuestra resistencia, notamos que Sasha caminaba por la entrada con una pala cargada sobre su hombro. Parecía bastante perdida, con una expresión en su rostro completamente neutral, sin color ni brillo. Vimos a un par de metros que comenzó a remover la tierra con dicha herramienta. Dan y yo nos miramos confundidos, casi sin poder deducir qué estaba tramando nuestra compañera. Trotamos hasta posicionarnos cerca de ella y nos sorprendimos al ver el rectángulo perfecto que estaba dibujando sobre el suelo.

- ¿Sasha? - Pregunté casi asustada. - ¿Qué estás haciendo?

- Sigh. - Suspiró sin siquiera voltearse, sólo dejó su actividad y dejó clavada la pala en la tierra. Apoyó el antebrazo derecho en el mango de éste y se secó el sudor de la frente con la mano izquierda. Asintió levemente antes de darse la vuelta con brutalidad. Me miró a los ojos con cierta decepción, tristeza y con una confusión tan potente que no pude despegarme ese sentimiento de la mente. 

- ¿Para qué es el hueco? - Interrumpió Dan, ansioso por saber lo que nos estábamos transmitiendo con la mirada.

- Decidieron que la entrada sería el mejor lugar. - Contestó a su pregunta con la mirada clavada en el vacío. Ambos estábamos tan confundidos ante lo misteriosa que se estaba mostrando Sasha. Inmediatamente, Ben y Sam se acercaron a nosotros desde atrás cargando con un enorme peso recubierto con las sábanas blancas del hospital que habíamos improvisados años atrás.

- ¿Qué sucedió? - Exclamé con una mano en la boca, casi intentando que el alma no se me escapara en un suspiro. Volteé nuevamente a Sasha y esperé una respuesta, pero las palabras aún no salían de su boca. - ¡Ben! - Grité desesperada, acercándome al cuerpo que transportaban hasta la tumba que Sasha estaba cavando. Hice que mi compañero diera un salto, pero aún así no recibí una contestación inmediata. - ¿Quién es? - Dije por fin, con el aliento de alivio esperando en la garganta, y con las lágrimas preparadas en mis ojos por si acaso. 

- Sucedió de nuevo, Chloe. - Afirmó Sam. - Otra muerte inesperada, completamente súbita. Janna lo revisó y confirmó la similitud con el caso de aquel hombre. - Mis ojos comenzaron a arder, pues no podía cerrarlos a causa de la estupefacción que sentía. Di pasos trémulos y lentos hasta el cuerpo, y extendí mis manos para poder correr la sábana y observar el rostro del difunto. Realmente no quería hacerlo, no deseaba para nada  ver muerto a uno de mis compañeros y es por esa razón de que Sam me confesó el nombre antes de que yo pudiera corroborarlo. - Es David. 

- Oh Cielos, no. - Dije mientras retrocedía. - No puede ser, ¡Él no estaba enfermo! 

- Nadie lo vio toser, o quejarse por un malestar, absolutamente nada. - Interrumpió Ben. - Estaba caminando por la calle y sólo se desplomó. Por suerte Janna estaba cerca, pero era demasiado tarde como para que ella pudiera hacer algo. - Relató mientras yo negaba incesantemente con la cabeza, dejando caer mi cuerpo sobre la tierra. - Chloe, nadie sabe lo que realmente pasó. - Intentó que volviera a entrar en razón, pero ya no podía escucharlo con claridad, pues me cubría los oídos con las manos trémulas.

Detrás De Los Muros lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora