Detrás De Los Muros l

Capítulo XXXVll

       Una vez más me encontraba en ese oscuro espacio entre mi inconsciente y la realidad, inmersa en una incertidumbre efímera que llegaría a su fin sólo cuando los estímulos externos se volvieran lo suficientemente fuertes como para arrancarme de la misma. La luz brillaba intensamente, tan fuerte que hasta comenzó a molestarme en la vista y no pude evitar formar muecas en mi rostro. La gente a mi alrededor, que por suerte eran mis compañeros, se percataron de mis movimientos y se acercaron rápidamente a mí. Seguramente habría estado dormida por mucho tiempo, pues se oían desesperados y a la vez emocionados a causa de mi reacción. Aún así, nadie produjo palabra alguna, sólo se dedicaron a respirar entre cortado o a aguantar el aliento por unos segundos. Me costó un tiempo acostumbrarme a la luz en mi cara, pero al fin y al cabo debía reunirme con los míos para discutir sobre lo ocurrido. Sería la primera vez que nos veríamos luego de habernos separado. Ellos seguramente habrían sido interrogados y tendrían información para brindarme, y yo también. Parpadeé un par de veces antes de abrir los ojos por completo y comenzar a acomodarme en la cama en la que estaba recostada. Lo primero que observé cuando recuperé la vista no fue los pálidos rostros de mis compañeros, y mucho menos sus expresiones de infinita tristeza, sino el lugar en donde estábamos. Parecía una habitación reforzada de tal forma que, en el caso de que gritáramos a todo pulmón, nadie nos escucharía. Sus paredes verdes seco me daban la impresión de que jamás me dejarían salir de aquí. El cuarto estaba rodeado de camas, todas alineadas por filas y clasificadas por números y letras, tales como las que nos habían asignado el primer día del protocolo. Había una para cada uno, y seguramente planeaban con dejarnos aquí hasta el momento en que tuviéramos que salir detrás de los enormes muros a detonar la bomba.

- Chloe... - Janna se acercó a mí y se apoyó en el colchón para colocar su mano sobre mi frente y así tomarme la temperatura. - Estás ardiendo. - Dijo mientras me retiraba el sudor con la manga de su camisa.

- Janna. - Musité. Ella se inclinó para escucharme mejor. - Ya lo sé. - Al principio no comprendía a qué venía eso, pues pensó que me refería a mi condición, pero mi mirada decía otra cosa. Intercambiamos pensamientos por unos segundos hasta que entendió que me había enterado que su supuesto suicidio no fue más que un intento para salvar su vida. Vi cómo su labio inferior tembló y luego cristalizó sus ojos con una laguna extensa, sin embargo, sonrió. 

- Chloe, ¿Qué sucedió? - Preguntó Kumala inmediatamente. 

- Déjala, seguramente apenas pueda hablar. - Jaden intentó darme un momento para respirar. - ¿Quieres agua?

- Estoy bien, Jaden. - Exclamé mientras me sentaba sobre la almohada. Me froté la nuca un par de veces y me extrañé del terrible dolor que sentía en ella. Llevé las manos hacia los músculos de mi espalda y comencé a hacer pequeños masajes circulares con las yemas de mis dedos, pero éstos estaban tan dormidos que apenas resultó lo que quería. - Puedo hablar. - Emití un quejido en cuanto intenté girar mi cuello hacia atrás. - Al fin y al cabo cualquier tipo de información que discutamos nos servirá para idear un plan. Estuve con el médico al que todos se refieren. 

- Nos comentaron que estarías hablando con él. - Agregó Sasha. - ¿Te hizo algo?

- Al principio no, sólo charlamos. - Afirmaba mientras frotaba mi nuca con la palma de la mano. 

- ¿Charlar? ¿Sobre qué hablaron? - Luis interrumpió desesperado.

- ¿Por dónde empezar? Me confesó muchas cosas. Creo que lo más relevante aquí es que somos experimentos. - Todos quedaron paralizados en cuando comenté eso. - Nos ubicaron estratégicamente en lugares para que nos encontráramos con un determinado grupo de personas, es por eso que algunos no recordamos por qué despertamos en un espacio aleatorio. El fin de que armáramos resistencias era sólo para crear vínculos para luego usarlos en nuestra contra en un futuro.