Mi guardaespaldas |Dylan O'Brien|[Editando]

16. No es lo correcto

Dylan.

Al notar que estábamos demasiado cerca, me dio el impulso de querer besarla y al parecer ella estaba dispuesta, ya que Grace tenia sus manos sobre mis mejillas esperando... El beso.

¡No!... Esto no debe de pasar.

Tomé de sus manos, y las aleje poco a poco de mi rostro. Grace me miró con extrañeza.

— Sabe que esto... — dije dejando un suspenso

— ¿Esto qué? — preguntó

— No es lo correcto — dije

Ella solo se quedó ... Reflexionando un poco. Después de unos minutos de incomodidad total, habló.

— Tienes razón... Lo siento — dijo

— No — conteste y ella me miró confundida — digo que no porque yo fui quien ... Me acercara demasiado a ti — dije

— No Dylan — escuché decir mi nombre (otra vez) sobre sus labios, un momento alegre apareció dentro de mi... Quería saltar o gritar, pero tuve que contenerme — yo tengo la culpa

— No, yo la tengo — dije. Me levante.

— Que no, fui yo — ella igual se levanto

— Eres una terca — dije

— Tu eres un idiota — dijo defendiéndose

— Tu eres una diva — dije. Oh rayos Dylan... No me digas que no tuviste otra cosa que decir... ¡Vaya! Hasta que me apoya mi subconsciente no me refería a esto... Sabes que olvida lo que te iba a decir gracias.

—  Tu eres un simple empleado ... — dijo y debo admitir que eso me lastimo un poco

— Tu eres la persona más ciega que he conocido en mi vida — dije

— ¿Por qué ciega? — preguntó

— Porque crees que todo es sencillo, pero claro ... Tu naciste en una cuna de oro, eres bien presumida por tu dinero y uno en cambio tiene que salir adelante... — dije

— Agh, como te odio... Eres un fastidio desde que llegaste a mi vida y sabes lo que haré ... — dijo

— Muero de curiosidad — contesté con sarcasmo

— ¡Odio tu maldito sarcasmo! — me golpeó en el pecho — haré lo posible para que te despidan y que ya no vuelvas a mi mansión.

— Haz lo que quieras — contesté — al menos tuve el suficiente cariño de mi madre...

Y esto fue la gota que derramo el vaso, Grace se le cristalizaron los ojos. Se fue corriendo hacia su habitación.

El peor error que puede cometer como un idiota como yo.

Siempre me lo dijo mi mamá
Jamas hagas llorar a una mujer.

Y fue lo primero que hice, tal vez ya era hora de que se diera cuenta, pero en verdad si exagere en decirle aquello, no fue correcto.

Me siento mal, voy a su habitación cuidadosamente y toco y ella no respondía toco otra vez y nada, una vez mas y no me aleje de la puerta. Iba a derribarla y en ese momento abrió... Sus ojos hinchados ... Claro por mi estúpida causa.